Capítulo treinta y seis.

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Nota: Preparen los pañuelos para Natasha.

Juliette

Aparezco frente a todos, mi nariz había dejado de sangrar pero seguía doliendo y la sangre seca me incomoda por completo, los trajes especiales del reino cuántico nos liberan, tomo una gran bocanada de aire, me siento más tranquila al haber vuelto a nuestro hogar, miro a los chicos frente a mi encontrando que cada uno portaba en algún contenedor las gemas—¿Qué tienes ahí? — Steve se acerca a mi viendo el cubo en mis manos, era la única que lo llevaba sin protección.

             —Lo que fuimos a buscar —los miro —Lo que casi perdemos — Tony y Steve se miran preocupados y luego miran el maletín que el multimillonario tenía en su mano. —¿Qué es eso?

Ambos me miran y contestan al unisonó —El Tesaracto.

Mi risa llega al ver a ese par de tontos y se corta abruptamente al escuchar un golpe seco, mis ojos recaen en Barton, esta hincado y llorando, reviso mi lado derecho encontrándolo vacío, faltaba una persona— Natasha —susurro, su mira sube para verme a los ojos, los suyos están llenos de lágrimas al igual que sus mejillas, dejo caer el cubo y camino al lado de mi amigo, me dejo caer de rodillas frente a él y lo abrazo, él se aferra a mi cuerpo sollozando fuertemente.

Abrazo fuertemente a Barton, paso mi mirada por todos en la habitación, están en silencio. Bruce es el primero en irse, Nébula, Rhodes y Rocket lo siguen, unos minutos después Tony, Thor y Scott se van, los únicos que quedamos son Steve y yo junto a Ojo de Halcón.

Con la ayuda de Steve llevamos a Clint hasta la sala del complejo, se deja guiar como si fuera una máquina, no pregunta a donde vamos ni porque, solo camina, Steve se queda con el mientras yo voy a la cocina a preparar algo de tomar, cuando el té está listo tomo una bandeja donde coloco las tres tazas, camino hacia la sala, me hinco frente a la mesa dejando la bandeja, tomo una de las tazas y se la doy con cuidado a Clint.

            — ¿Qué es lo que paso? — pregunto cuando creo que es el momento, Barton da un sorbo más a su bebida, clava sus ojos en los míos, estos seguían rojos de tanto llanto.

            — Morag es un planeta vacío — empieza a hablar — Tiene una gran montaña que es la que te lleva a la gema del alma — su mirada se aparta de mí, vuelve a tomar de su té y ahora mira un punto de la habitación — Todo lo que Nébula había dicho era verdad, al llegar a lo alto un espectro llego, el guardián de la gema, el precio de esta gema es un alma — sus manos tiemblan un poco — Un alma por otra, Natasha sacrifico su vida por la de todos.

Trago saliva viendo a Steve parado al lado del sofá, coloco mi mano en la rodilla de Clint para reconfortarlo un poco, me levanto con cuidado del suelo sentándome al lado del hombre, coloco mi brazo por su espalda apoyando mi cabeza en su hombro, con la otra aprieto levemente su brazo, Clint apoya su cabeza contra la mía, siento como su cuerpo se estremece y más sollozos golpean mis oídos. Limpio las lágrimas que caen por mis mejillas, me abrazo más a Barton.





Miro desde lejos a los cinco hombres discutiendo, hasta esta distancia solo llegan murmullos, en un momento Bruce toma la silla de la pequeña isla del lago y la lanza lejos, miro las ondas del lago llegar hasta la pequeña ofrenda para Nat, esta se tambalea un poco pero no se vuelca. Los miro alejarse los unos de los otros, le sonrió a Steve cuando se acerca a mí.

            —¿Qué paso?

El niega y me envuelve en un abrazo —Estamos todos estresados, esto nos ha costado más de lo que pensábamos.

A Peculiar Little Marvel Story | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora