Juliette.
Después de horas de viaje T'Challa nos comunica que estamos a menos de diez minutos para aterrizar, camino hacia la ventana del quinjet asomándome un poco, un gran bosque selvático me da la bienvenida a África, frunzo el ceño ante el panorama, había escuchado toda una gran historia por parte del Rey para encontrarme con la naturaleza — Es una selva — lo miro en su asiento de piloto — Prometiste un gran paisaje de civilización, edificios enormes con arquitectura nunca vista.
El Rey de Wakanda me mira sonriendo burlonamente — No comas ansias — ríe haciendo que el quinjet baje en una nueva dirección, miro que estamos dirigiéndonos directamente a la pared rocosa de un acantilado, pongo mis manos en el propulsor deteniéndolo.
— ¿Qué haces? — susurro asustada —Vas a matarnos.
T'Challa se ríe ante mi comentario, toma mi mentón haciendo que mire al frente nuevamente, los árboles selváticos dejan de verse para mostrar una barrera azul, esta se va desintegrando a medida que la atravesamos, frente a mi aparece una gran lago, en su orilla se encuentran grandes edificaciones circulares, eran tan altos como la antigua torre de los Vengadores o hasta más. Pasamos rápidamente una estructura en forma de pantera, sí que adoraban a su protector, sonrió a medida que nos acercamos al país, la arquitectura convivía pacíficamente con la naturaleza, tenía edificios modernos junto a otros más rústicos.
Sin duda era el lugar más asombroso que había visto hasta ahora, miro a T'Challa, él tenía una mirada de orgullo en sus ojos, sin duda amaba su lugar de origen —Retiro lo dicho —digo encantada ante el nuevo panorama, su sonrisa arrogante no se despega de sus labios, dirige el quinjet hacia una zona de aterrizaje donde hay algunas personas esperándonos. T'Challa aterriza el jet con tranquilidad, abre las compuertas mientras se levanta de su asiento.
— Damas — no invita a bajar de la nave, Natasha y yo caminamos juntas por la rampa, hay dos grupos alrededor de la parte trasera del jet uno era conformado por mujeres con traje rojo con adornos plateados y lanzas a sus costados, el otro era de hombres vestidos de café sus adornos son de color dorado, unos cuantos caminan hacia donde estamos sin hacer contacto, suben al quinjet para llevarlo a su zona de descanso.
Nos detenemos frente a las mujeres, entrecierro los ojos al ver a la que parece ser la líder, su traje era de color naranja con decoraciones distintas a las demás. — ¿Te conozco de alguna parte? — susurro confundida, su cara me parecía conocida pero no recordaba el lugar.
La mujer me mira seriamente, no está dispuesta a hablarme, ladeo mi cabeza buscando en el interior de mi cerebro. —Es Okoye, mi guardaespaldas —responde T'Challa —Mas bien, jefa de Dora Milaje, las fuerzas especiales de Wakanda.
Mi cerebro da clic al reconocer quien es, mis recuerdos de como vestía la única vez que la había visto eran muy diferentes a su aspecto actual — Oh, si — asiento sonriéndole — Recuerdo tu amenaza, la recibí muy claro — sin poder resistirse una sonrisa aparece en su rostro, T'Challa ríe detrás de nosotras, giro hacia él, el hombre levanta el brazo indicándonos a Natasha y a mí que lo sigamos, caminamos a la par, de reojo miro como Okoye nos sigue a una distancia prudente, las demás se han esparcido por el lugar. — ¿Dónde están todos? — pregunto al no recibir la bienvenida que esperaba por parte de los fugitivos.
—Les informe antes de aterrizar que ya estábamos aquí, no sé por qué no han venido —me contesta encogiéndose de hombros, las puertas del castillo se abre dejando salir a dos mujeres, una era adulta con vestimenta muy ostentosa y un gran sombrero adornando su cabeza, a su lado hay una adolescente con un conjunto negro con rayas grises, sobre el usaba un chaleco naranja, ambas sonreían ampliamente.
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A Peculiar Little Marvel Story | Bucky Barnes
Fiksi PenggemarLa amistad entre Juliette, Bucky y Steve había existido desde que eran simples niños, cuidándose los unos a los otros, viviendo el día a día, la única diferencia que había entre Juliette y Bucky es que se amaban, pero ninguno de los dos se atrevía a...