Capitulo 4 El Monstruo de Bau Gu

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.Narrador: El lugar más feliz de China era conocido como el Orfanato de Bau Gu, era famosamente conocido por su alegre aura y sus muchas formas para convertirlo en un sitio de paz para niño necesitados de encontrar un hogar. Pero hace años durante una Oscura y tormentosa noche sucedió una llegada que lo cambiaría todo, tocaron tres veces a la puerta, la Directora del orfanato al escuchar el ruido en la puerta tomó una linterna y avanzó con dirección a la entrada para distinguir de quien podría tratarse a esas horas de la noche, abrió la puerta y para su sorpresa solo se trataba de un pequeño bebé envuelto en una manta, no era raro que los padres que no podían cuidar de sus hijos los dieran al orfanato para que pudieran tener una mejor vida hasta que pudieran regresar por ellos o que alguien más los adoptara, pero siempre solía hacerse de una manera más directa, y no simplemente depositaban al niño o niña en la entrada. De cualquier manera se trataba de un pequeño bebé en medio de la lluvia que lloraba desconsoladamente, lo tomo en brazos y entró al orfanato, lo llevó al edificio principal en donde prendió una hoguera para que el bebé pudiera calentarse, le llevó leche y una vez entrado en calor lo examinó, para su sorpresa descubrió que se trataba de un tigre, aparentaba menos de un año, y no solo eso sino que se trataba de una niña.

.Directora: Descuida pequeña te mantendremos a salvo, aquí estarás segura y serás criada junto a los otros niños hasta que alguien venga por ti.

,Dijo la Directora con dulzura. Pasaron los años y la pequeña fue nombrada como tigresa (no porque fueran poco creativos), sino por que ella misma optó por ese nombre). En ese entonces ya contaba con 6 años y era relativamente feliz en compañía de los otro niños, pero eso estaba a punto de cambiar. Una tarde mientras jugaba con los otros niños a los atrapados algo extraño le ocurrió, corría persiguiendo a un pequeño conejo para atraparlo por el juego, pero en ese momento un pensamiento desconocido para Tigresa le pasó por la cabeza, de repente dejo de ver a aquel conejo como un niño que debía atrapar para ganar el juego, y en el instante en el que olisqueo el aire detectó un intenso y delicioso aroma que le hizo perder la cordura, solo fue por un momento de debilidad en el cual sus pupilas se contrajeron de manera vertical mostrando unos ojos de depredador en acecho de una víctima, su boca se abrió enseñando enseñando unos caninos mortales, paso de correr con sus patas traseras a correr con delanteras y traseras alcanzando una velocidad impresionante, todo lo vio a cámara lenta. Cuando reaccionó ya era muy tarde para frenarlo, pero le dio suficiente tiempo para disminuir el impulso y la fuerza con lo que el zarpazo fue menos devastador, asustada corrió a ver como estaba, no parecía muy grave pero le causaba un punzante dolor en el rostro.

.Tigresa: FUE UN ACCIDENTE NO QUISE HACERLO.

.Directora: Sé que no lo hiciste a propósito, pero tienes que ayudarme a atender su herida.

.Tigresa asintió y entre las dos, lo cargaron a la enfermería para atenderlo. Tigresa pasó una mala noche, la Directora le había intentado convencer de no sentir culpa al respecto, pero aun asi Tigres no podía evitar sentirse responsable por sus actos.

.Narrador: A la mañana siguiente Tigresa se levanto aun de pésimo humor, pero al salir al patio y ver a los otros niños se animó un poco, corrió alegremente para ir con los demás, pero cuando se les unió todos la miraron aterrados, Tigresa los miro bien sin comprender por qué la miraban así, entonces de entre todos los niños divisó al pequeño al que accidentalmente había lastimado, se acercó a él para disculparse pero en cuanto la tuvo de frente grito despavorido.

.ES EL MONSTRUO QUE TRATO DE MATARME. Tigresa se impactó de aquellas palabras y se sintió ofendida, pero antes de que pudiera aclarar las cosas uno de los niños había tomado una piedra y se la había arrojado, los oídos de tigresa que no podían fallar nunca escuchó a tiempo la piedra, así que siguiendo su instinto esquivo con una pirueta fácilmente la piedra. Pero esta acción solo provocó que los demás niños le arrojaran más piedras desde todos los ángulos, tigresa podía esquivar una o tres piedras, pero no podía esquivar 20, por lo cual se limitó a cubrirse la cabeza con sus brazos en lo que sentía el dolor de las piedras golpeándola en todas direcciones. A todo este escándalo la Directora salió para averiguar a qué se debía todo ese ruido, en cuanto vio la escena salió corriendo en dirección a los niños para intentar detener la locura que pasaba frente a sus ojos.

.Directora: NIÑOS DETÉNGANSE ESA NO ES MANERA DE TRATAR A SU COMPAÑERA.

.Los niños al escucharla pararon de arrojar las piedras, todos excepto uno, que ignorando las órdenes de la encargada tiró una última y especialmente grande piedra. Tigresa que había escuchado las palabras de la Directora se había descubierto la cabeza pensando que los otros niños cesarian con su irracional ataque, pero fue un error, ya que la última piedra se dirige específicamente hacia su cabeza. Tigresa miró en dirección y ante sus ojos todo pasó en cámara lenta, vio la piedra dirigiéndose a su cabeza y la expresión de triunfo del rostro del chico que la había lanzado, en ese mismo momento sus pupilas se contrajeron formando una delgada línea vertical, con un movimiento casi indetectable atrapó la piedra a unos centímetros de ella. La mayoría se quedaron perplejos y confusos de lo que había sucedido, pero otros miraban la piedra que Tigresa sostenía en su mano derecha con ojos desorbitados, Tigresa apartó su brazo que tapaba su rostro, y todos pudieron contemplar la fiera y asesina expresión felina que tigresa portaba en su rostro, todos la miraron espantados de su expresión alejándose lentamente. Pero la Directora con tranquilidad trato de darle una palmada para calmarla, pero Tigresa estaba rabiosa de ira y al sentir la proximidad de una mano su instinto le hizo lanzar un zarpazo sin dudarlo, al ver lo que hacía, Tigresa recobró la consciencia y vio su acto, no se trataba de una herida seria, pero el brazo de la Directora mostraban horribles marcas de garras. Tigresa se asustó por la escena y salió corriendo de Bao Gu derribando la puerta, cosa que no le costó mucho trabajo hacer, corrio y corrio hasta llegar al rio, solo viendo su reflejo en el agua logró ver la razón del miedo de todos. Sus ojos, sus dientes, sus patas, todas mostraban a un Horrible Monstruo. Todo aquello le provocó una profunda tristeza que finalizó con un llanto descontrolado, sin embargo una vez que se tranquilizo un poco regreso a Bao Gu, puesto que no había otro lugar a donde ir, como no quería que la vieran se escabulló por el techo y una vez en su habitación se soltó a llorar de nuevo sobre su almohada. Pasaron los días y Tigresa no quería salir de su habitación, al menos por el dia ya que en las noches salía silenciosamente de su habitación para tomar un poco de comida, comia y despues de comer salía al jardín a descargar su ira contra los árboles que crecían ahí, pasaron las semanas Tigresa seguía la misma rutina todos los días, pasaron los meses y a los tres meses de rutina derribó su primer árbol para pasar al siguiente, de los meses pasaron a los años y Tigresa prosiguió con la misma secuencia. Para cuando cumplio su decimotercer cumpleaños ya habia derribado 28 arboles sucesivos. Durante esos 7 años las cosas habían ido de mal en peor, todos los niños que habían estado presentes cuando ocurrió ya habían sido adoptados hace años, pero cada nuevo niño que llegaba al orfanato se le eran contados todas las historias ya que durante esos años se habían inventado diversas supersticiones y historias que solo aumentaban el miedo por Tigresa, pero aunque la mayoría solo eran inventos había algunas que tenían cierta franqueza, por ejemplo: en una noche otros chicos un tanto más grandes habían decidido deshacerse del Monstruo Bau Gu y mientras Tigresa dormía la ataron de piernas, manos y brazos, así como de la boca, la metieron a un saco y se la llevaron al río, pero al sacarla del saco ella tenía manos, patas y boca desatadas, así fue como su plan de lanzarla al río se invirtieron los papeles, pero en vez de arrojarlos atados se limitó a lanzarlos para darles una lección, en cambio ellos al regresar a Bau Gu dieron un falso testimonio que apuntaba que Tigresa los había metido en sacos atados de manos, pies y boca, pero que "Afortunadamente" habían logrado escapar antes de que ella los arroja al río. Aquella historia le costó que la encerraran encerraran en su habitación con la puerta cerrada por placas de metal, pero con una pequeña rendija para alimentarla una vez al dia, pero lo que no contaban es que tigresa tenía su propia salida en el techo cubierta por una tabla, pero aunque aparentemente tigresa se mantenía encerrada en su habitación y a pesar de no haber tocado a nadie más en todo ese tiempo, usualmente echaban culpa a Tigresa por los incidentes o disgustos que pasaban en el Orfanato, y aunque tuvieran razón con respecto a que si la comida desaparecía se debía a Tigresa, lo hacía ya que de no hacerlo moriría de inanición debido a la misera cantidad de comida que recibía, a sí mismo también tenían razón con respecto a los árboles, ya que era verdad que Tigresa los derribaba, pero esa era la forma que utilizaba tigresa para controlarse y no lastimar a los otros niños, ya que esa era su forma de descargar todo el pesar que le provocan los demás niños de Bau Gu. Pero las otras acusaciones sólo era un recurso que utilizaban para poder echarle la culpa a alguien sobre los disgustos que sucedieran: Que si la comida estaba mala, que si alguien tenía pesadillas, que si alguna planta se marchitaba, que si alguien se caía, que si estaba un mal clima, que si alguien estaba enfermo, que si les dolía la cabeza, que si alguien tenía insomnio, que si había sequía, era culpa de Tigresa.

.Narrador: Así pasó Tigresa durante 7 años. Pero una mañana llegó alguien que lo cambiaría todo.

Una historia de dos gatos Tigresa x Tai LongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora