Mientras bajaba las escaleras rumbo a la cocina no pudo evitar aspirar el delicioso aroma de lo que sea que Vegetta estaba cocinando; la verdad era la primera vez que alguien le cocinaba algo por voluntad propia. Una parte de él se emocionó y lo hizo bajar corriendo las escaleras, se encontró que el Alfa terminaba de servir los platos.
-Huele muy bien- vio como Vegetta esbozaba una sonrisa y le veía con esos encantadores ojos, ¿cómo no suspirar al verlos si eran tan perfectos?
-Espero que sepa igual de bien- se alejó de la cocina con los platos en la mano y le indicó que le siguiera, llegaron a un elegante comedor con una gigantesca mesa; le recordó a la mesa donde solía cenar con sus padres, solo que esta vez él podía sentarse donde quisiera sin que su madre le obligase a seguir la etiqueta y respetar los lugares. Se sentó muy a gusto al lado de Vegetta y le regaló una sonrisa encantada, se sentía como un niño haciendo las travesuras que nunca le dejaron hacer.
Empezaron a comer en silencio, y sí, la comida estaba deliciosa. Era comida como nunca había probado antes, ¿sería porque tenía un toque más hogareño? la comida en su casa nunca había tenido ese sabor.
-Así que…¿te haces pasar por Beta muy a menudo?- Auron se sonrojó violentamente y casi deja caer el cubierto en su mano.
-Pues es un pueblo lleno de Alfas, ¿hay que ser precavidos no crees?- Vegetta se rio.
-Pues dejar salir una oleada de feromonas en la casa de un Alfa, no me parece muy precavido chiqui- tuvo que desviar la mirada ante el comentario, claro que sabía que había sido descuidado; pero ya estaba hecho.
-Es diferente aquí, a lo que hay allá en la ciudad, más bien, a como todo es en mi casa. Mi madre se asegura que todos tomen sus supresores y nadie invade tu espacio personal así tan fácil. La verdad, nunca me había rodeado de Alfas y es algo muy nuevo. Aquí todas las reglas que conozco parecen no existir, creo que tendré que pensar muy bien las cosas antes de hacerlas- sorbió de la copa de vino frente a él, aún evitando la intensa mirada del Alfa.
-Cuando hablas así de tu casa, me da la impresión de que tal vez vienes de una de esas familias de casta pura que no dejan que sus hijos salgan ni a la esquina. Y no te haré que me lo cuentes ni nada, pero tienes razón, las reglas aquí son diferentes y debes ser más cuidadoso- su tono era serio pero al mismo tiempo amable, volteó a verle con una sonrisa y le guiñó el ojo, él solo sonrió avergonzado.
-Aunque debo admitir que es interesante, estar aquí contigo en tu mansión mágica comiendo la comida que me preparas. Es como probar por primera vez el néctar de lo desconocido y volverte adicto- tomó su copa de vino y le dio un trago sin apartar su vista; y sin siquiera pensarlo dejó que su olor a vainilla saliera sutilmente hasta alcanzar la nariz de su acompañante.
-Vaya, parece que te gusta jugar con el peligro. Aunque, es mi turno de confesar que me tienes enganchado. ¿Qué tipo de persona eres?, no llevo pero ni un día de conocerte y ya quiero desvelar todos tus secretos- Vegetta también bebió de su copa y se dejó caer hacia atrás en la silla. Así sentado se veía tan irresistible, desde la sonrisa hasta esas grandes manos que sostenían la copa y las piernas cruzadas de esa manera.
-Pues no soy más que un Omega perdido buscando su camino. Aunque, si hay algo que confesar he de decir que me gustaría dejarte desvelar todo de mí - no supo si fue el tono de voz o el hecho de que hubiera sacado sus feromonas para atraerlo, pero de un momento a otro estaba aprisionado en los fuertes brazos de Vegetta, con sus ardientes labios sobre los suyos.
Era imposible no corresponder a ese insistente beso, y no pudo evitar pasar las manos por el cuello de ese maravilloso Alfa para profundizar el contacto. El aroma que soltaba Vegetta era embriagante y tan provocador, y Auron nunca antes había besado a un Alfa. El beso duró un rato más, pero cuando se separaron estaba sin aliento y con las mejillas rojas.
-Tengo que admitir que eso ha sido un poco impulsivo de tu parte, chico de ciudad- Auron río y bajó la vista mientras acariciaba los brazos del contrario de arriba hacia abajo.
-¿Impulsivo bueno o impulsivo malo?- los ojos de Vegetta le vieron expectantes, estaban aún bastante cerca.
-Creo que esa es una pregunto que tú debes responderme- intentó besarlo de nuevo pero Auron no se la iba a poner tan fácil, así que se alejó con sutileza y le puso un dedo en los labios; que fue besado con ternura.
-Por hoy he tenido todas las emociones que podía soportar. ¿Qué te parece si te ayudo a recoger la mesa y nos vamos a dormir?- el Alfa pareció decepcionado pero asintió. Se separaron por completo y juntos llevaron los platos sucios a la cocina. Auron corrió al lavaplatos e insistió en querer lavarlos él, aunque parecía como si fuera la primera vez que lo hacía porque era fatal para hacerlo.
Vegetta rió internamente antes de acercarse por atrás para poner sus manos sobre las del Omega, e indicarle cómo fregar los platos de la forma correcta. Auron vio sus manos moverse con mucha atención, a decir verdad nunca había lavado un plato en su vida, pero no parecía para nada complicado. Llevó sus manos a las enjabonadas que le enseñaban e imitó sus movimientos, estaba tan concentrado en lo que hacía que no había notado la cercanía del otro. Pero cuando sintió que su trasero topó con la pelvis contraria supo que lo mejor era separarse un poco.
-Emmmm, Vegetta, creo que puedo seguir solo. ¿Por qué no los secas tú?- el Alfa entendió la indirecta y se separó, no quería ponerlo más incómodo.
Terminaron de lavar los platos entre indirectas de Vegetta y sonrojos de Auron. Al fin había llegado la hora de ir a dormir, aunque el Omega notó como su acompañante le olía con insistencia cada vez que tenía oportunidad. Recordó que había dejado su supresor sobre la cama antes de bajar, vaya que hoy estaba siendo más descuidado que de costumbre. Aunque casi parecía ser a propósito, como si algo muy dentro de él quisiera provocar a Vegetta y tentar su suerte.
-Bien Vegetta, ha sido todo muy adorable pero he tenido un viaje muy largo y quisiera descansar. Así que, creo que subiré a mi habitación a terminar de acomodar mis cosas y dormir- se dio la vuelta con prisas y empezó a caminar hacia las escaleras, pero el dueño de la casa no se la iba a poner tan simple. Sintió como era jalado de nuevo para estar entre esos fuertes brazos, vaya que se estaba volviendo costumbre.
-Vamos Auron, después de ese beso no me vas a dejar solito con mis pensamientos ¿verdad?- se le pegó al cuello y aspiró con ganas sus feromonas, eso no era muy buena idea, dado que estaban saliendo sin control.
-No...no sé a qué te refieres con eso...pero lo único que va a pasar esta noche será que yo suba a la habitación y duerma...solo- sintió una sonrisa sobre su cuello y como Vegetta empezaba a dejar un camino de besos.
-Pues, podemos dormir después de que nos divirtamos un rato- aventuró ambas manos hasta llegar al firme trasero de Auron, y lo apretó de forma atrevida.
-Vegetta, quiero decirte algo importante. ¿Podrías detenerte por un momento por favor?- usó sus feromonas para convencerlo, haciéndolas menos provocadoras, otro truco en el arsenal de su madre. La técnica funcionó y Vegetta se separó lo suficiente para verle a la cara atentamente. Auron iba a hacer una confesión que le parecía algo embarazosa pero necesaria para que entendiera por lo que estaba pasando.
-Verás, yo...nunca...pues...nunca he...nunca…- la cara de Vegetta estaba llena de confusión pero no lo dejaba de ver.
-Lo que intento decirte es que yo nunca he estado con un Alfa… de esa forma…¿sabes a qué me refiero?- tardó un momento pero el Alfa comprendió a lo que se refería, y por algún motivo se sonrojó.
-Vaya, y yo que pensaba que los chicos de ciudad eran un poco más atrevidos- Auron bajó la mirada y volteó su rostro sonrojado, Vegetta se separó un poco de él, pero tomó sus manos con ternura.
-No haré nada que no quieras Auron, tal vez me dejé llevar un poco por lo bonito que eres pero soy un caballero y seré paciente. Además, apenas si acabas de llegar al pueblo, tenemos mucho tiempo para conocernos- las palabras de Vegetta parecían tan sinceras y perfectas, nunca antes alguien lo había llamado bonito o lo había querido conocer. De pronto sentía como si pudiera contarle sus más profundos secretos a ese Alfa frente a él, ¿sería mala idea decirle de dónde venía y por qué estaba ahí?
-Quiero que sepas otra cosa, pero es algo muy secreto y privado. No se ni porque estoy diciéndotelo honestamente pero necesito sacarlo de mi pecho- apretó las manos que le tenían sujeto y Vegetta le correspondió el apretón.
-Puedes contarme lo que sea que lo escucharé- esos ojos de nuevo sobre los suyos, ¿por qué tenían que ser tan bellos?
-Uf...bueno...creo que empezaré por el principio...con la razón por la que decidí venir hasta Karmaland, y que básicamente fue por mis padres- apretó las manos de Vegetta y con un gesto le indicó que prefería sentarse, así que fueron a la sala y se sentaron uno frente al otro aun con las manos entrelazadas.
-Mi familia tiene más dinero del que te puedas imaginar ,y tienen una idea bastante cerrada de lo que sus hijos deben hacer y cómo deben comportarse. En mis venas corre el orgullo de mis padres, su sangre de casta pura. Así que, hace unos seis meses me informaron de algo que yo sabía era inevitable; habían encontrado al perfecto Alfa para que me casara con él y tuviera sus cachorros. Me imagino que sabes como va el rollo, un Alfa de casta pura sin Híbridos en su familia y con más dinero del que puedas contar- Auron suspiró y cerró los ojos.
-Yo, entré en pánico y empecé a pensar en todas las posibilidades para librarme de ese compromiso. Mi idea de la familia perfecta nunca ha sido entregarme a un petulante que solo quería exhibirme como un trofeo, que me use para tener cachorros, y luego me engañe con todos los Omegas que quiera. Pero debes comprender que nunca he hecho nada por mi mismo, a mi madre siempre le interesó más enseñarme las tácticas de los omegas ricos, que enseñarme a sobrevivir en el mundo sin dinero; cosa que sería una blasfemia para la familia. Así que, después del anuncio del compromiso supe que debía huir de casa y obligarme a aprender todo lo necesario para sobrevivir sin ellos. Pero mis limitaciones eran claras; nunca había salido de mi casa sin escolta, y sin el permiso de mis padres, así que estaba totalmente perdido de a dónde podría ir. Pero estaba decidido y cómo mi única fuente con el exterior era mi computadora, busque en el internet por un lugar donde mis padres nunca se atrevieran a buscarme; y di con Karmland. No había mucha información pero en los foros decían que era un pueblo de Alfas guerreros muy alejado de la ciudad, y pues la verdad yo nunca había estado rodeado de este tipo de personas, los únicos Alfas con los que he tenido contacto son sólo ricos pretenciosos con Omegas de juguete que exhiben como trofeos- Auron se acercó un poco más a Vegetta y comenzó a jugar con su dedos para relajarse un poco, este solo lo observaba atentamente.
-Me pareció el plan perfecto, así que vacié una de las cuentas de papá y tome todos los supresores que tenían guardados para mí, lo guardé todo en una maleta y puse una fecha en mi calendario. Y el día llegó muy rápido, antes de darme cuenta había logrado escabullirme de la casa y me encontraba en la carretera; solo tuve que esperar por un taxi y de pronto ya estaba en la ciudad. Estuve ahí solo por una horas y luego tomé un tren a un pueblo cercano, llamé al ayuntamiento de Karmaland y le expliqué a Luzu que estaba huyendo de algo pero no le di más detalles, tres días después encontré cómo llegar. Y pues, aquí me tienes- Vegetta le había escuchado con atención y ahora lo veía con una cara de sorpresa, así que sus suposiciones eran ciertas y ese Omega era en efecto uno de casta pura.
-Eres toda una cajita de sorpresas chiqui, pero debo admitir que lo que has hecho es muy valiente- llevó la mano de Auron y dejó un beso en su muñeca.
-¿No crees que soy tonto por haber huido de casa por puro capricho?-
-Creo que nuestros corazones siempre nos guiarán por el camino correcto. Y el tuyo quería libertad antes que cualquier otra cosa, y creo que al fin la ha conseguido-
-Es...extraño ¿sabes?, a cada paso que doy siento los ojos de mi madre en la nuca diciéndome que no puedo hacer esto o aquello. Pero debo admitir que este día ha sido el mejor día de mi vida- Vegetta se acercó nuevamente esta vez dejó un suave beso en su mejilla.
-Perdona si me he tomado libertades contigo, pero es que eres muy irresistible. Si me permites yo puedo ayudarte a establecerte y luego ya veremos como van las cosas. Aunque quiero que quede claro que a partir de este momento te estaré cortejando- las mejillas de Auron se tiñeron de rosa y dejó salir una risita tierna.
-Nunca he sido cortejado como es debido- una oleada más de feromonas invadió la sala y escucho un sonido ronco proveniente de la garganta de Vegetta, eso le sobresaltó un poco.
-Creo que primero que nada debes aprender a controlar esas feromonas porque me está costando controlar mis impulsos cuando haces eso- Auron bajó la mirada un poco avergonzado, a decir verdad nunca antes había estado sin sus supresores en presencia de un Alfa. Cuando era más joven su madre se había dado a la tarea de enseñarle pasos basicos de como controlar ciertas emisiones de feromonas, con el objetivo de hacer que tu Alfa hiciera ciertas cosas, en especial cuando llegaba la hora de procrear. Pero estar así frente a Vegetta era algo nuevo y excitante.
-Lo siento, debo seguir tomando mis supresores para evitar estos incidentes. Aunque creo que ha llegado la hora de ir a dormir- se soltó del agarre de su mano y se dispuso a levantarse del sofá. Fue detenido por la mano de Vegetta sobre su antebrazo.
-Auron...¿me dejas darte un beso de buenas noches?- la proposición había sido pronunciada de una forma tan tierna y suplicante que se inclinó sobre el bello rostro de Vegetta, y depositó un suave beso en sus labios.
-Descansa…- se separó repentinamente y salió casi corriendo rumbo a su habitación, dejando a un muy excitado Alfa en el sofá.
*****
Cerró la puerta tras de sí y dejó salir un suspiro enamorado, el lugar estaba inundado del sabroso olor de Vegetta y eso lo hacía sentirse aún más emocionado. Nada mal para su primera interacción con un Alfa, un apuesto e irresistible Alfa con los ojos mas hermosos qe habia visto en su vida.
Se acercó a la cama y vio su supresor junto a la bolsa con el resto, sabía que no tomarlo era muy peligroso, pero de pronto se había vuelto adicto al peligro. Sonrió para sí mismo y tomo la pastilla para luego llevarla a la boca y tragarla de un solo; no quería tampoco provocar mucho a Vegetta, aún no, quería saber que se sentía ser cortejado por alguien como él. Aunque había otros tres Alfas ahí afuera que ya habían llamado su atención, y bastante.
Dejo esos pensamientos de lado y bajó la maleta de la cama para acomodarse ahí, si era honesto se estaba cayendo del sueño. La huida de casa había salido a la perfección, a pesar de todo, pero no podía confiarse todavia; asi que era mejor estar alerta y preparado para irse en caso de ser necesario. Cerró los ojos y se dejó llevar por el cansancio, esa noche sus sueños estarían invadidos por esos perfectos ojos violeta.
Quería traer un capítulo nuevo pronto porque me estoy divirtiendo mucho escribiendo esto. Cambie de idea con respecto al título y eso. Todo lo que lean de Auron siendo un de casta pura y eso lo voy deduciendo en el camino así que si tienen preguntas se las puedo aclarar. Pero bueno. Espero les guste. Besos.
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Pure Breed - Omegaverse (Premios Karmaland 2020)
FanfictionSer de casta pura era un mundo maravilloso de riquezas y glamour. Pero un matrimonio arreglado estaba lejos de que deseaba en su vida. Ahora Karmaland le ofrecía algo nuevo que explorar y él lo haría gustoso. ¿Qué podría salir mal?