Lazos Rotos

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Vegetta observó a los otros Alfas salir por la puerta de su habitación y esperó hasta que sus aromas se sintieron lejos; entonces se acercó en dos pasos largos hasta atrapar el cuerpo de Auron en un abrazo necesitado. El Omega soltó un sonidito de sorpresa pero correspondió al gesto de inmediato. El Alfa se llenó del dulce y nuevo aroma que emanaba de ese cuerpo entre sus brazos, y se relajó; todo el estrés de ese día había al terminado; al menos parcialmente.

-Cuando sentí tu llamado algo dentro de mí se retorció, no sé cómo Luzu y yo soportamos llegar hasta acá con calma- buscó con desesperación la boca ajena y empezó con un necesitado beso. Sus manos se separaron del cuerpo de Auron y le jalaron de las mejillas para profundizar el contacto. Se separaron a los pocos minutos, ambos respiraban agitados.

-Rubius y Fargan estaban cerca, no sé qué hubiese pasado sin ellos. Mónica es muy poderosa, mis trucos nunca han funcionado en ella- Vegetta colocó su frente contra la contraria y suspiró. Sus ojos violetas se abrieron para observar el nuevo rostro frente a él y se sintió extraño al no reconocerlo.

-¿Quién es esa Mónica que te ha atacado?- Auron por fin se separó de él y retrocedió unos pasos.

-Ella…ella es la guardaespaldas personal de mi prometido. Es una Alfa que ha sido entrenada toda su vida con el sólo propósito de cuidarlo y ha estado con él desde que eramos niños- el Omega terminó de retroceder y se sentó en la cama.

-¿Sabes qué no vamos a permitir que te encuentre. ¿Cierto?- Vegetta se acercó hasta estar de rodillas frente a su Omega y tomó sus manos.

-Lo sé, y creo que eso es lo que me asusta más. No me puedo imaginar que se enfrenten a él y a su séquito de Alfas guerreros. Él necesita este matrimonio, porque sabe que mi familia es especial, y no se detendrá hasta marcarme- Auron al fin levantó la mirada, que ahora era oscura y misteriosa. Era difícil adivinar sus sentimientos en esos ojos, pero su aroma delataba su estrés y miedo.

-Puede que yo no sea uno de esos Alfas de sangre pura como tu prometido, pero soy un guerrero, todos somos guerreros y hemos entrenado por mucho tiempo.  Somos los héroes de Karmaland, y vamos a luchar hasta las últimas consecuencias para que no pueda salirse con la suya- acarició las anaranjadas mejillas e inició con un nuevo beso, con el cuál aprovechó para recostar el cuerpo contrario sobre la cama; con él encima.

Auron sabía diferente, pero no menos delicioso, ese nuevo toque a miel le sentaba bien y Vegetta quería seguir probándolo, marcarlo con su aroma de nuevo; así que bajó sus manos por el todo el contorno de su cuerpo hasta lograr colarlas debajo de la sudadera que llevaba puesta. Recibió un sonido de protesta al tratar de aventurarse a los pezones contrarios, y tuvo que parar.

-Todos los demás están abajo, sabrán lo que estamos haciendo- Vegetta bufó y trató de tomar sus labios de nuevo, pero el rostro de Auron lo evadió hasta que logró frustrarse un poco; así que no hizo nada para detenerlo cuando lo sintió salir de debajo suyo y de la cama.

-Hay algo más que creo que debemos hablar, y se que lo tomarás con la mente abierta- el Alfa levantó una ceja al escucharlo decir eso y se recostó en la cama en una posición que le permitía ver a su Omega completamente.

-Sabes que si- Auron suspiró un par de veces y se puso de rodillas en el suelo, frente a la cama.

-Creo que Rubius y Fargan también son parte de nuestra manada- Vegetta frunció el entrecejo y le dedicó una mirada extrañada, ¿dos Alfas más?

-¿Cómo lo sabes?- el Omega suspiró antes de explicar.

-En el momento en que Mónica empezó a atacarme sentí algo nuevo dentro de mi pecho. Una nueva sensación, una sensación desconocida, algo que me dijo que si yo usaba mi llamado tendría a todos mis Alfas protegiéndome. Lo raro es que, cuando al fin logré llamarlos, sentí que era correspondido por 6 diferentes presencias; la tuya y la de Luzu eran las más fuertes, y la de Rubius y Fargan aparecieron casi con la misma intensidad, poco después. Pero luego había dos más que no logré identificar. Lo que intento decirte es que esas conexiones sólo pueden significar que tambien sln mis destinados; ellos y dos Alfas más que no de quienes son- levantó la mirada y la posó sobre la de Vegetta, quién se mantenía frente a él con una expresión pensativa; pero le respondió casi al instante.

-Es…extraño, ya sabes, no es como yo habría deseado que esta relación evolucionará. Pero, tengo que admitir que me he sentido mucho más cercano a Luzu y no creo tener ningún problema con Rubius o Fargan. Sólo…yo…- suspiró un poco frustrado, no estaba seguro si debía decirle lo que pensaba en ese momento, habían sido muchas emociones ese día.

-Te amo Vegetta y si te hace sentir un poco mejor, quiero que sepas que a pesar de tener esta conexión con los demás, es a ti a quien añoro más, son tus labios lo que consiguen calmar mi alma y eres el primero en mi corazón- los hermosos ojos violetas de Vegetta se abrieron mucho al escuchar esas palabras, y ahogó un gemido antes de que el Omega llegara a sus brazos escondiera el rostro en su pecho llenándose de su aroma. Auron dejó salir una risita traviesa y buscó sus labios de nuevo, se subieron juntos a la cama y poco a poco se quedaron dormidos envueltos en un dulce abrazo.

Pure Breed - Omegaverse (Premios Karmaland 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora