Pure Breed - Omegaverse (Premios Karmaland 2020)

PASIÓN

Durante todo el tiempo en que Auron había estado inconsciente los seis Alfas se habían visto obligados a convivir como una manada, aunque había un poco de incomodidad aún con Lolito, a pesar de haber compartido su historia y sus razones para estar con Mangel. Y gran parte de la creciente inconformidad tenía que ver con el hecho de que su ex-Omega seguía sin dar signos de vida, a pesar de que había contactado a varios de sus contactos del bajo mundo para que lo buscaran, hasta el momento no había dado señales vida.

—Estaré en mi habitación un momento, creo que dormiré un rato— Lolito se levantó del sofá de la sala después de comprender que la conversación entre Vegetta y Auron tal vez tomaría más tiempo de lo que había contemplado. Los otros cuatro Alfas apenas si le dirigieron un gesto de que lo habían escuchado, pero eso no lo molestó, todos estaban aún demasiado tensos y cansados.

Afortunadamente la casa de Vegetta era lo suficientemente grande como para tener la disponibilidad de asignarle una habitación privada a cada uno, así que se dirigió a la que le había tocado, un poco alejada del resto y con una agradable vista al jardín del frente. La verdad había pasado poco tiempo ahí dentro, su prioridad era Auron y estar a su lado lo calmaba lo suficiente, a pesar de que estaba dormido, por lo que.las últimas 48 horas apenas si había salido de la mansión. Además de dos salidas con Luzu a buscar a Mangel, el resto del tiempo se había dedicado de lleno a velar el sueño de su Omega.

Se sentó en un sofá que estaba junto a la ventana y al instante de haberse acomodado sintió como su teléfono vibraba dentro de su chaqueta, eso lo puso en alerta, tenía a tanta gente ayudándolo con la búsqueda de Mangel que siempre que recibía una llamada o un mensaje se aseguraba de contestar sin falta. Claro que hasta el momento no había una pista sólida del paradero de su ex-novio, y ese mensaje no era la excepción, sólo se trataba de las mismas noticias siempre, seguían sin tener idea de donde se encontraba y prácticamente ya habían explorado todo Karmaland y los tres pueblos más cercanos.

Suspiró cansado mientras dejaba su teléfono sobre un pequeño mueble junto al sofá, la última persona que había interactuado con Mangel era Rubius, quién lo vio cerca del cartel de Karmaland un día antes del incidente de Auron. El oso no dio mucho detalle pero tanto los miembros de la hermandad oscura como él sabían que ahí estaba su guarida, y aunque lo más lógico era que hubiese estado buscando una forma de entrar, Willy había inspeccionado las cámaras y no había señas de él. Así que había llegado a otro callejón sin salida con esa pista, además de que el Híbrido no parecía muy interesado en salir a inspeccionar el lugar.

Se mordió el labio con algo de fuerza, la verdad es que Mangel había perdido importancia en su vida desde el momento en que Auron lo convocó con su llamado de Omega, y aunque no quería parecer cruel, si no fuera porque le había prometido al resto de la manada que los ayudaría no se estaría tomando tantas molestias por encontrarlo. Sólo él conocía en detalle la verdadera naturaleza de su enfermedad, y los años le habían enseñado que a ese punto había poco que pudiera hacer para ayudarlo… tal vez Fargan tenía razón y debía llevarlo a un hospital…

Una brisa particularmente fresca entró por la ventana y lo hizo dejar de lado sus divagaciones acerca de Mangel, no quería seguir pensando en él a decir verdad, después de todo se había enterado de muchas cosas importantes mientras Auron estaba dormido. Fargan y Luzu le habían platicado el día anterior, todo con el objetivo de que supiera un poco más acerca de Auron y él también había decidido platicarles de su encuentro con la madre del Omega, una fina dama cuya apariencia gritaba dinero, quién había confiado en él para recuperar a su hijo, pero que al mismo tiempo le había tratado como un simple sirviente que haría lo que ella dijera sólo porque tenía dinero. Era justamente el tipo de mujer al que siempre le había tenido rencor, tal vez porque su pobre madre nunca había tenido ni la más mínima oportunidad de estar a su nivel, y en vez de eso había sido enterrada en una tumba miserable en el cementerio que estaba junto al psiquiátrico.