Encuentros Inesperados

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Rubius había terminado su lucha con los monstruos hasta que no quedó ninguno en el bosque, la luz del amanecer se había encargado de eliminar al resto. Así que había decidido ir a su casa a darse un baño y cambiarse la ropa, no quería pasearse por ahí oliendo a sangre y mugre de monstruos. En el camino le informó a Fargan que el encargo había sido entregado en el buzón del alcalde y que regresaría al pueblo en un rato; sabía que el búho estaba a cargo de vigilar a Lolito y que le avisaría si él o Mangel salían de la posada. Era una preocupación menos, así al menos estaría listo antes de encontrarse con el Omega; no lo había visto desde el día en que le había roto el corazón. 

Suspiró por lo bajo y apresuró el paso a su casa, y gracias a su agilidad logró llegar en sólo un momento. Coringa lo recibió moviendo la cola y dándole mimos, al menos alguién se alegraba de verlo; correspondió la muestra de cariño y se dirigió a la ducha sin más. Aunque no lo pareciera había sido una noche dura y estaba deseando descansar, a lo mejor se olvidaba de la vigilancia por ese día y mandaba a Willy en su lugar. 

Se metió a la ducha antes de decidirse por completo, tal vez después de estar refrescado cambiaba de opinión y se iba al pueblo a cumplir con la guardia. Pero justo cuando estaba apunto de terminar de bañarse escuchó como alguien llamaba a su puerta, y tan ensimismado estaba en sus pensamientos que sólo atinó a tomar una toalla rápidamente y salir sin siquiera darse cuenta del muy conocido aroma de la persona que estaba afuera.

Así que cuando abrió la puerta y se encontró cara a cara con Mangel sintió como algo dentro de él se rompía. Y su rostro debió haber delatado que algo iba mal porque el Omega alzó las cejas extrañado y retrocedió un par de pasos. 

-Rubius…hola...creo que no esperabas que viniera. Lo siento, pensé que ya que estaba en Karmaland pasaría a ver como estabas y podríamos platicar un rato- le sonrió con la misma sonrisa encantadora que recordaba de siempre. Hasta ese momento se percató del suave olor a que emanaba Mangel, cargado de las posesivas feromonas de Lolito; rosas y pólvora era lo que olía, que estuviesen combinados así sólo quería decir que…

El corazón se le oprimió en el pecho cuando vio claramente que Mangel tenía una marca en el cuello. Tuvo que usar todo su poder de voluntad para no cerrarle la puerta en la cara y salir a llorar dentro se su casa, y es que se había prometido a sí mismo que no demostraría ningún signo de debilidad frente a él. Aunque no por eso se limitaría a ser amable con él, no lo merecía, así que habló de la forma más cortante y grosera que pudo lograr. 

-No tengo nada que hablar contigo. Las cosas me quedaron muy claras el día que te fuiste con él y no se me ocurre nada más que decirte- retrocedió un par de pasos dispuesto a regresar adentro. Pero la suave mano de Mangel tomó la suya y lo hizo detenerse, al contacto de sus pieles dio un pequeño brinco y apretó las manos en puños. 

-Por favor Rubius, se que lo que pasó no fue justo contigo pero no podía seguir pretendiendo que estaba enamorado de ti solo para no lastimarte. Lo importante es que eres mi mejor amigo y no quiero perderte- el oso se soltó con furia del agarre en su mano y levantó la mirada hasta posarla en el Omega. 

-¿Qué carajo te estás creyendo al venir aquí a decir esas estupideces?, me dejaste por Lolito cuando te encontré revolcándote con él en su casa. No me vengas con que no era tu intención lastimarme porque si te hubiese importado en lo más mínimo me habrías sido honesto. Y por si fuera poco, cuando te ofrecí mi perdón me dejaste con los brazos abiertos y regresaste con él a declararle tu amor incondicional. ¿Tú en serio crees que eso es algo que haría tu mejor amigo?- Mangel retrocedió por puro instinto, Rubius era más alto que él y era un Híbrido Alfa que cuando se enojaba podía ser muy amenazante. 

-Rubius… por favor… sabes que yo…- un gruñido enojado salió de la boca del oso y le enseñó los colmillos. 

-No, no hay más que decir. Si pensabas que venir a mi casa a disculparte iba a servir de algo estás muy equivocado. Lo único que has conseguido con esta visita es demostrarme una vez más lo mucho que estás dispuesto a lastimarme, ¿o es que acaso creías que no me daría cuenta de la marca en tu cuello y ese repugnante olor que ahora sale de ti?- Rubius avanzó dos pasos más al frente con las manos a cada lado de su cuerpo en dos puños de los cuales cayeron varias gotas de sangre al suelo. Mangel se apartó más y ahogó un gemido de pánico.

Pure Breed - Omegaverse (Premios Karmaland 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora