Pure Breed - Omegaverse (Premios Karmaland 2020)

Solo con un beso

La conversación entre Luzu, Fargan y Rubius había llegado a un punto en el que no sabían cómo proseguir. Las ideas se les habían agotado, las únicas opciones que tenían eran investigar más y preguntarle a los más ancianos del pueblo. Aunque el policía insistía en que iría con Mónica al día siguiente, para tratar de sacarle algo de información.

-No creo que ella quiera decir algo, pero no perdemos nada con interrogarla- Rubius se restregó el rostro con algo de brusquedad, se sentía cansado. Habían sido muchas emociones por un día.

-Yo me encargaré de hablar con Merlon a primero hora mañana, estoy casi seguro que él sabrá algo- Luzu se dejó caer hacia atrás en el sofá, también estaba agotado y se moría por subir a la habitación para dormir con Auron y Vegetta.

-Bien, creo que todos tenemos un plan para mañana. Vegetta tendrá que estar a cargo del cuidado de Auron por el momento, ni siquiera Lolito se atrevería a enfrentarse a él- Fargan bostezó de forma un poco exagerada y apoyó su cabeza en su mano derecha, seguía sin tener suficiente descanso.

Y los tres estuvieron a punto de quedarse dormidos en las posiciones en las que se encontraban, pero fueron sacados de su letargo por la voz del dueño de la casa.

-Auron se ha dormido, no creo que sea buena idea que nos separemos de él por el momento. Pueden pasar la noche aquí si lo desean- Vegetta había bajado de su habitación y los observaba desde el marco que daba a la sala.

-Yo aceptaré tu oferta, no tengo las fuerzas suficientes para ir a casa en este momento- Fargan le lanzó una mirada agradecida a su compañero. La verdad es que el búho sentía una necesidad casi insana de permanecer cerca de Auron, el peligro rondaba al Omega y él quería protegerlo a como diera lugar. Así que tener la oportunidad de dormir bajo el mismo techo, sonaba ideal.

-Yo creo que deberíamos hablar un poco de ese extraño llamado que recibimos. No pueden negar que todos los aquí presentes lo sintieron- los otros tres Alfas desviaron la mirada ante el comentario de Rubius. La verdad es que ninguno quería admitir nada por el momento, aunque el único que no estaba del todo enterado era Fargan, aun así, los dos Alfas que ya mantenían una relación con Auron sabían que lo mejor era esperar que él mismo les explicara las cosas.

-No es posible escuchar “El Llamado" hasta que tienes un lazó estable con un Omega- Fargan le regresó una mirada llena de duda, pero no recibió ninguna respuesta a su comentario.

-Creo que eso es algo que podremos responder cuando Auron despierte y se encuentre un poco menos alterado. Hay cosas que explicar, pero ahora el descanso es fundamental- Vegetta le esbozó su mejor sonrisa al búho, y acto seguido hizo un gesto con la cabeza a Luzu para indicarle podía subir a su habitación; el alcalde no perdió el tiempo y despareció al subir las escaleras.

-Vamos a la habitación de huéspedes- Fargan y Rubius se miraron entre sí, uno de ellos comprendía muy bien como estaban las cosas entre sus dos amigos y Auron. El otro se daba una idea, aunque ambos tenían un ligero sentimiento de celos al saber que esos dos dormirían junto al Omega. Pero eso era algo que no podían discutir con Vegetta, al menos no por ahora.

Luzu subió para encontrarse con Auron profundamente dormido sobre la enorme cama de Vegetta. El Alfa no pudo evitar esbozar una sonrisa, el ambiente estaba plagado del dulce aroma a vainilla y miel que exudaba el Omega. Era diferente, pero seguía teniendo ese toque especial que le volvía loco. Así que se acercó con pasos suaves y movimientos precisos, no quería despertarlo, y se acomodó a su lado. El cuerpo contrario se pegó al suyo por inercia y hasta ese momento Luzu se fijó en la frialdad de su piel, la piel naranja que tenía una textura pegajosa y lisa.

Suspiró pesadamente, era increíble como las cosas se habían salido de control tan rápido, se arrepentía enormemente por haber creído en la naturaleza servicial de Lana. De no haber ido al Erebus, probablemente hubiese estado ahí cuando el ataque sucedió y no hubiese resultado tan mal. Y no es como que culpara a Rubius o a Fargan por lo sucedió, pero tal vez Mónica no hubiese atacado si estaban Vegetta y él con Auron.

-Hueles amargo, ¿te sientes bien?- la adormilada voz del Omega lo sacó de sus pensamientos, sonrió de medio lado y se abrazó un poco más fuerte al cuerpo entre sus brazos. No se había dado cuenta del momento en que sus feromonas cambiaron, así que las suavizó poco a poco.

-Debes estar muy cansado, ¿por qué no vuelves a dormir? Vegetta vendrá en un momento- Auron le volteó a ver con esos nuevos y misteriosos ojos negros, era tan extraño verlos sin encontrar los bonitos orbes color miel que tanto le gustaban. Suspiró sin poder evitarlo y se inclinó hasta que sus frentes se toparon.

-Haré todo lo que esté a mi alcance para recuperar tu forma amor. No puedo evitar pensar que si Vegetta y yo hubiésemos estado aquí…yo…- cerró los ojos para contener su frustración y sintió como las frías manos de Auron se colocaban en sus mejillas, mientras dejaba suaves besos en todo su rostro.

-Por favor Luzu, esto no es tu culpa ni de Vegetta, ni de nadie más. Reborn iba a encontrarme tarde o temprano, Mónica no es la única que trabaja para él de manera incansable. Confío plenamente en que encontrarán la cura para esto, mi corazón me lo dice- terminó por depositar un suave beso en los labios contrarios y pasar sus brazos por el tenso cuello de su Alfa.

El beso no les duró mucho, ya que Vegetta entró a la habitación y tuvieron que separarse.

-Siento interrumpirlos, pero me muero del cansancio- Auron sonrió y se volteó para abrirle sus brazos al recién llegado, este se acomodó entre ellos y aspiro el tranquilizador aroma que emanaba.

-Mañana será un día un poco pesado para todos, pero creo que lo mejor será que hablemos todos juntos. Explicar las cosas dese tu punto de vista- los ojos violetas de Vegetta se posaron sobre el rostro de Auron con seriedad.

-Claro, podemos hablar todos juntos, creo Fargan es el único que no está completamente enterado de lo que está pasando. Es importante que todos sepan lo que está en mi cabeza en este momento- Luzu frunció el entrecejo algo confundido, pero aceptó. Era mejor descansar y luego habría tiempo para hablar.

No dijeron mucho más, los dos Alfas se abrazaron al cuerpo de su Omega y en un momento se quedaron dormidos. Debía haber mucho estrés y cansancio acumulado en ellos. Auron suspiró, tenerlos así de cerca era reconfortante, la verdad es que en ese momento se sentía más protegido que nunca.

Las presencias de Rubius y Fargan estaban cerca, eso quería decir que estaba en la mansión. Se sentían relajados, debían haber caído rendido tal como los dos que dormían con él en ese momento. Al menos algo bueno había resultado de ese día, a pesar del horrible susto que se había llevado al ver como Mónica casi lastima a uno de ellos con sus pociones extrañas. Porque ahora podía percibir las presencias de todos sus Alfas, representadas por sus feromonas y vividos colores en su cabeza.

Vegetta era morada, Luzu azul, Fargan naranja, Rubius blanco y había otras dos. Una verde y una roja. Era difícil de explicar cómo se presentaban en su cabeza, pero estaba claro para él. Sonrió por puro impulso, le alegraba tener esa conexión, aún sin la marca, porque de esa manera podía saber si estaba bien en todo momento. Aunque no podía evitar pensar ¿Qué tan fuerte sería su conexión una vez estuviese marcado por ellos?  El pensamiento lo hizo sonrojarse, ni siquiera estaba seguro de cómo podría ser marcado por todos. Lo tendría que investigar más a fondo, llegado el momento.

Sonrió para sus adentros y se acomodó un poco mejor, al día siguiente tenía mucho que explicar así que lo mejor sería dormir. Cerró los ojos un poco más relajado, aunque ese día parecía ser uno de esos en los que no podría descansar en paz; porque un aroma a pólvora le llegó muy claramente a la nariz. Era el dueño de ese color rojo en su cabeza, y estaba muy cerca.

Su corazón se aceleró sin poder evitarlo y la curiosidad lo dominó de pronto. Si sus cálculos eran correctos, el Alfa se encontraba en la parte de abajo de la fortaleza de Vegetta, muy cerca del elevador. Bajar ahí implicaría que tenía que salir de la casa, y eso estaba terminantemente prohibido, sin mencionar que sería muy peligroso. Además, estaba casi seguro de que ese olor le pertenecía al altanero Alfa que había conocido en la casa de Rubius, aquel cuyo nombre era Lolito. Y todos habían coincidido con que era peligroso, incluso había sido responsable de que dos de sus Alfas fueran al Erebus a arriesgarse.

Observó el dormido rostro de Vegetta con detenimiento, no quería causarle más problemas con sus acciones, pero su impulso interno le decía que tenía que hablar con él. Apretó los labios y fijó su vista en el techo un momento, pero la verdad es que no había mucho que pensar porque sus impulsos siempre lo habían dominado.

Deshizo el abrazo de sus dos Alfas con cuidado, y salió de la cama con el mayor sigilo posible. Estaba seguro de que no habían sentido nada por el cansancio que cargaban encima, se sintió un poco mal, pero aun así salió de la habitación. Sabía que Vegetta había dejado el control de las torretas sobre la mesita de la sala, así que bajó con lentitud y sonrió al localizar su objetivo.

Desactivaría las torretas y esperaría al Alfa en la entrada de la fortaleza, con el control a la mano. De esa forma se aseguraría de poder defenderse si algo sucedía. Además, aún tenía muchos trucos bajo la manga, no estaba indefenso. Así que suspiró varias veces antes de salir por la puerta de la mansión y llegar a la puerta con escáner de retina. Presionó el botón para desactivar las torretas y vio como estas bajaban automáticamente, esperaba que nadie dentro de la mansión hubiese escuchado el suave sonido que habían hecho.

Aunque parecía ser que Lolito sí que lo había escuchado, porque sintió como su presencia se acercaba más; debía estar al final del puente, justo donde estaba el ascensor. Afianzó su agarre sobre el control de las torretas, y suspiró un par de veces acercarse al escáner de retina y abrir la puerta automática.

Lolito dejó salir un suspiro de nervioso al ver que la puerta de la fortaleza se abría y una silueta salía por ella. El dulce aroma a vainilla le pegó de lleno contra el rostro, él se limitó a cerrar los ojos y disfrutarlo. Aunque se dio cuenta, casi de inmediato, que el olor del Omega era ligeramente diferente a como lo recordaba; ahora venía acompañado de un sutil olor a miel.

-Sentí tu presencia cerca, me imagino que quieres hablar conmigo- el Alfa sintió un escalofrío recorrerle entero al escuchar su voz. Era la primera vez que hablaba con él siendo consciente de ello, así que se sentía muy nervioso. Hizo todo lo posible para que su voz saliera lo más firme posible.

-Necesito saber que me sucede, mi lazo con el Omega que pensé que era mi destinado se está rompiendo. Y hace unas horas escuché tu llamado. No puedo sacarme tu olor de la cabeza, siento que me llama, me estoy volviendo loco- Lolito avanzó unos pasos y observó como el cuerpo de Auron retrocedía por puro instinto.

-Todos me han advertido de ti, dicen que eres malo y que representas un gran peligro para mí. ¿Cómo puedo estar seguro que no me harás daño?- el Alfa suspiró, la verdad es que no tenía forma de garantizarle nada. De no ser por esa extraña sensación que Auron provocaba en él, de seguro ya lo habría capturado.

-No tengo forma de asegurarte nada, tampoco puedo negar que mis negocios no son del todo legales. Es más, mi plan era atraparte y hacer cosas impensables contigo. Pero ahora mismo el único deseo que tengo es el de protegerte- trataba de sonar convincente, incluso transformó sus feromonas, para que se sintieran más calmadas y menos amenazantes.

-Vegetta y el resto están muy enfadados contigo. Enviaste a la chica esa, Lana, a que los entretuviera en El Erebus y eso…¿por qué lo hiciste?- Lolito suspiró, contarle eso no haría que confiara más en él, pero al mismo tiempo deseaba ser sincero.

-Tu prometido me contrató una semana después de que me enterara de tu desaparición. Uno de sus hombres obtuvo mi nombre en los bajos mundos y me ofrecieron una suma muy superior a lo que tus padres ofrecen por llevarte con él- Auron no dijo nada, pero pudo observar cómo se apoyaba contra el barandal de madera y veía hacia abajo.

-¿Le dijiste que estaba aquí, en Karmaland?- se acercó un par de pasos al Omega, tanteando el terreno, mientras negaba con la cabeza.

-Si te soy honesto tenía otros planes, no me había decidido aún si quería regresarte con él o…- detuvo sus pasos a unos metros de Auron y suspiró.

-Mi madre debió haber hablado de más, creo que en la ciudad somos muy ingenuos y pensamos que la policía nos va a resolver la vida- Lolito no pudo más que asentir ante este comentario.

-No puedo pedirte que confíes en mí, pero necesito saber por qué siento estas emociones tan intensas contigo. Yo…necesito…- sin pensárselo más avanzó los últimos pasos que lo separaban de Auron y tomó su rostro entre sus manos. Se percató del extraño aspecto que el Omega tenía, pero no dijo nada acerca de ello. Se limitó a acercar sus labios a los contrarios, y le robó el beso que terminaría por convencerlo de que había encontrado a su verdadero destinado.

Hola!!! Me tardé esta vez y lo siento. Tuve un bloqueo donde estuve a punto de mandar todo a la kk. Jajajaja, pero sólo era yo siendo dramática como siempre. Espero que este capítulo les guste, es un poco relleno pero el final es importante. Si les gusta el capitulo no se olviden de la estrellita y comentar si pueden. Eso me levanta mucho la moral.

Nuevamente les recuerdo que la historia esta participando el los Premios Karmaland 2020 así que denle apoyo si pueden.

Les mando un beso. Muak!