Amigos Con Derecho (Justin bieber y ___) TERMINADA

epiologo

Epilogo:

Cuatro años después. Verano 2016.

-Quiero que te comportes.-escuché que Justin decía mientras yo bajaba las escaleras.- No puedes pegarle a tu hermana.-terminó de decir mientras sentaba a la pequeña en el desayunador.

Terminé de bajar las escaleras y vi como Mary me miraba penosa mientras revolvía su cereal. Hice un gesto de desaprobación y proseguí a darle un beso en la mejilla a Lindsay.

-Buen día amor.-me dijo Justin sentándose al lado de Mary.

-Buen día.-dije y besé sus labios.- Buen día pequeña.-le dije a Mary y besé su mejilla.- ¿Qué ha pasado?-pregunté mientras me servía café.

-Mary me ha pegado con la muñeca.-la acusó Lindsay.

Por más que las pequeñas eran gemelas muy unidas y casi indistinguibles, Mary siempre pegaba a su hermana cuando ella no quería hacer algo que le decía.

Mary de ojos color miel y rizos dorados, de baja estatura por sus tres años, y Lindsay de ojos color miel, a diferencia de su hermana, tenia el cabello lacio pero dorado, como su gemela. Ambas eran el vivo retrato de Justin de pequeño, ese era el orgullo de mi esposo, saber que sus dos hermosas nenas, eran iguales a él.

-Sabe que eso no se hace Mary.-le dije comenzando a desayunar. Ella asintió apenada y siguió con su cereal.

-¿Vamos a ir al parque de diversiones?-preguntó Lindsay con entusiasmo.- Papá, tú lo prometiste.-terminó de decir. Justin sonrió y miró a ambas.

-Iremos solo si prometen que van a comportarse y no van a pegarse.-dijo Justin quitando la vista del periódico. Mary agachó la mirada.

-Lo prometo papi.-le dijo Lindsay.- Dile que tú también Mary.-la incitó a su hermana.

-Lo prometo papi.-dijo Mary sin levantar la vista.

-Hey, ¿Qué pasa cariño?-me adelanté a decir. Ella me miró con los ojos cristalizados.

-Papá no me quiere tanto como a Lindsay.-soltó segura de lo que decía. Justin dejó de lado el periódico para mirar a su hija y luego se levantó para tomarla en brazos.

-¿De donde has sacado semejante barbaridad?-le dijo Justin dando un beso en su mejilla.

-Esta muy claro que quieres más a Lindsay porque ella es buena y se porta bien.-dejó escapar unas lágrimas que Justin no tardó en secar.

-Eso no es cierto Mary, yo a ti te amo tanto como a tu hermana, pero a ella no debo regañarla porque tu eres la que se porta mal.-le dijo y volvió a besar su mejilla.- Ya no llores, vamos a ir al parque de diversiones y debes tener mucha energía así que toma esa leche y come ese cereal, ¿quieres?- ella asintió y Justin la volvió a dejar en su silla.

Cuando todos terminamos de desayunar, Mary y Lindsay subieron corriendo las escaleras para preparar la ropa que llevarían al parque de diversiones. Justin y yo nos quedamos levantando los tazones sucios y poniendo todo en su lugar.

Cuando todo estuvo en orden, juntos subimos a la habitación y luego de estar listos partimos hacía el parque de diversiones.

Allí nos subimos a todos los juegos que las niñas quisieron. Pasamos un momento hermoso y en familia, como cada domingo. Justin tomaba a Mary de una mano y con la otra sostenía mi mano, mientras que yo tomaba la mano de él y la de Lindsay.

Al volver a casa, les di un baño a las niñas mientras Justin terminaba uno de sus trabajos en el ordenador. Deje a Lindsay sentada en el sillón viendo televisión mientras yo bañaba a Mary. Justin se encargaba de vigilar a la nena mientras que yo colocaba su pijama celeste a Mary.

Pronto ambas bajamos y deje a Mary junto a su hermana. Justin acabó con lo que hacía y cenamos los cuatro juntos.

Las caritas de sueño de las dos, se hacían notar y ya era hora de mandarlas a la cama. Justin se encargó de hacerlas reír mientras las acomodaba a cada una en uno de sus hombros y subía corriendo con ellas sobre él. Ellas se limitaban a reír hasta que Justin las dejó a cada una en su cama. Yo las arropé y nos dispusimos a salir cuando Mary quiso escuchar un cuento antes de dormir.

-¿De princesas?-preguntó Justin.- ¿O de monstruos?-dijo haciendo cara de terror. Ambas rieron y se taparon hasta la nariz.

Yo me senté al lado de Mary y Justin al lado de Lindsay.

-De princesas.-dijo Lindsay.

-Si, de princesas.-la secundó Mary.- Pero que allá un príncipe guapo como papá.-dijo con su fina voz. Justin sonrió.

-Bueno, entonces se la historia correcta.-dijo Justin sonriendo.- ¿Listas? Porque es la historia mas hermosa que van a escuchar.

-Comienza.

-El príncipe y la princesa se conocían desde hacía muchos años, pero eran solo mejores amigos, ninguno nunca pensó que iba a enamorarse de el otro.-sonrió. Yo sabía a lo que él quería llegar.- El apuesto príncipe acababa de pelear con su ex novia y pidió a la princesa que por favor lo ayudara a darle celos a la otra. Ella accedió...-mientras Justin contaba Mary iba cerrando sus ojos, vencida por el sueño.- pero nunca se imagino que iba a terminar enamorada de el príncipe, al igual que él de ella. Un día, decidieron, que sin compromisos podían ser más que amigos, algo como un amigo al que se le puede dar besos en la boca...-Lindsay rió tiernamente.- y pronto se enamoraron...-mientras Justin contaba lo que parecía ser nuestra historia de amor, Lindsay cayó el un profundo sueño. Y apagando las luces, Justin y yo nos retiramos hasta la habitación.

-¿Y que pasó con la princesa y el príncipe?-pregunté mientras me arropaba en la cama. Justin no tardó en meterse dentro de las sabanas y abrazarme por detrás.

-El príncipe terminó enamorándose de ella como nunca antes lo había hecho de nadie, y aunque se casaron jóvenes, y tuvieron algunos problemas con sus padres, ahora viven felices y con dos hermosas niñas.-besó mi cuello.

-Te amo Justin.

-Yo también te amo princesa.-apagó la luz de la lámpara y se volvió a colocar detrás mío.

Éramos felices y aunque capaz tuvimos que pasar por mucho para estar juntos, por fin lo habíamos conseguido. Habíamos jurado y prometido que pasara lo que pasara siempre íbamos a cuidar de nuestras hijas y no nos íbamos a dejar alejar por nadie.

Esa noche, me dormí sabiendo que tenía a Justin para siempre a mi lado y dos niñas que cuidar por el resto de mi vida. Las tres personas que componían mi felicidad y a las únicas personas que amaba con todo mi ser.

Esta es mi historia, algo complicada, pero historia en fin. Y recuerda, si un mejor amigo te pide un favor de ese tamaño, ten en cuenta que puedes terminar como nosotros dos.