- Está a 15 metros, y usaremos una cuerda de 30; así que el carrito irá... -. Trataba de explicar el plan Kiara por tercera vez. Sarah rió al ver lo mal que estaban hechos los dibujos - directa a la cámara del oro.
- ¿Quién lo ha dibujado? -. Cuestionó la rubia entre risas, yo me uní a ella.
- ¿Tú qué crees? -. Respondió la morena girándose a mirar a Pope, quien, al notar nuestras miradas sobre él, nos miró de vuelta. En específico a Kie. No apartó su mirada hasta que John B le llamó para que le echara una mano con el invento que estaban haciendo.
- Joder -. Comenté más para mí misma que para las demás. Ahora comprendía las palabras del moreno cuando estábamos en el desguace en el que robamos el dron. Pope estaba perdidamente enamorado de Kiara.
Las otras dos me miraron sin comprender, yo solo negué con la cabeza tratando de restarle importancia al asunto. Sé que querían preguntar algo, pero fui salvada por la campana. Bueno, más bien por un rubio muy interesante.
- ¡Kie! Espero que funcione -. Dijo apareciendo por la puerta de la furgoneta. Tiró a nuestros pies tres lingotes de oro, los que había conseguido John B anoche - No podremos empeñarlos con el símbolo de una espiga.
La morena cogió un soplete azul y sonrió de manera orgullosa. El rubio la observaba de manera curiosa, aunque de vez en cuando me ojeaba a mí. Sentía que me iba a ruborizar en cualquier momento.
- Funcionará -. Aseguró Kiara.
Salimos las tres de la furgoneta y la morena puso el oro en una cazuela, encendió el soplete y comenzó a derretir el oro. Sarah y John B la observaban sentados con la espalda apoyada en un gran árbol, mientras que JJ, Pope, y yo, estábamos en frente de la chica, quien se había puesto unas gafas para proteger sus ojos. Los dos chicos chocaron las manos de manera feliz, y Kie sonrió orgullosa mientras seguía atenta a su trabajo.
Cuando lo tuvimos todo listo, subimos a la furgoneta y nos dirigimos hacia la tienda de empeños, donde entre JJ y yo mentiríamos para venderlo de la mejor forma posible. Nos íbamos a hacer pasar por hermanos, ya que según el resto, nos parecíamos.
- Sí, los dos sabéis sobrevivir como cucarachas, rubios, ojos azules... y, además, igual de impulsivos -. Había asegurado Pope.
John B paró la furgoneta enfrente de la destartalada tienda, JJ y yo nos bajamos los primeros, mientras que Kiara y Pope nos seguían de cerca. El rubio llevaba el oro en sus manos, y lo iba observando atentamente mientras no hacía más que poner quejas.
- Te has lucido fundiéndolo, Señora Frankestein -. Dijo refiriéndose a Kie.
- Como si tú lo hubieras hecho mejor -. Replicó la morena.
- Claro que sí, di clases de soldadura -. Aseguró enfrentando a la otra chica, quien pensaba defenderse a toda costa. John B frenó a sus amigos ante de que se mataran o algo por el estilo. Yo simplemente miraba la escena, la cual era bastante cómica.
- Tranquilos, ¿vale?
- Para ti es fácil decirlo, no eres tú el que tiene que empeñar este truño -. Comentó levantando el oro, aproveché ese gesto para quitárselo de las manos.
- Deja de quejarte, anda, que ya sabemos todos que es tu especialidad, pero no hace falta abusar - Dije de manera sarcástica.
- Además, ¿por qué nos ha tocado a nosotros? -. Cuestionó echando a andar detrás de mi.
- Porque sois los que mejor mentís -. Respondió obvio Pope.
Entramos al lugar y yo decidí que haría tan solo de apoyo, por si la cosa se torcía, podría seguir la mentira de JJ con soltura. Le entregué el oro disimuladamente al rubio y este asintió con la mirada, comprendiendo mis planes.
ESTÁS LEYENDO
¿El paraíso o el infierno?||Outer Banks
FanfictionUn día cualquiera, llega a Outer Banks una nueva familia, aparentemente, perfecta. Un marido empresario, adinerado como ninguno. Su mujer, reportera y escritora, por no mencionar que también es ex modelo. También está su hija, estudiante de matrícul...