A la mañana siguiente me desperté por unas suaves risas provenientes del salón. Abrí los ojos perezosa y pude ver ante mi, el rostro dormido de JJ. Realmente se veía muy mono mientras descansaba; principalmente porque no podía dar guerra. Me quedé ahí tumbada observando cada pequeño rasgo de su cara. De repente una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
- Si haces una foto dura más -. Susurró abriendo solo un ojo. Sentí mis mejillas sonrojarse y me mordí el labio nerviosa, logrando que él soltara una risa - Buenos días, princesa.
Dicho esto, plantó un suave beso en mis labios, el cual yo seguí con ganas. Adoraba su manera de hacerme sentir la chica más especial de todo Outer Banks.
- Me podría acostumbrar a despertar así cada día -. Susurré cuando nos separamos. Él depositó otro beso, esta vez en mi frente, y sonrió.
- Yo también.
El ambiente que había entre nosotros era perfecto. Deseaba que ese momento durara para siempre; pero todo lo bonito se acaba. Unos fuertes golpes en la puerta nos sobresaltaron.
- ¡Es hora de levantarse, perezosos! -. Escuchamos la voz de Pope al otro lado - ¡Aún tenemos cosas que preparar!
Dicho esto, oímos sus pasos alejarse de la habitación. Nos miramos entre nosotros y una risa floja se nos escapó a ambos. Me levanté de la cama y busqué con la mirada dónde habían ido a parar mis pantalones la noche anterior. Los encontré en la repisa de la ventana, justo al lado de mi camiseta. Me puse ambas cosas y vi que JJ seguía tirado en la cama, por lo que decidí acercarme a hacerle cosquillas, logrando que se levantara.
- Me gustó más la otra forma -. Se quejó mientras se estiraba.
- Venga, anda, que Pope tiene razón -. Comenté tras darle otro beso, tan solo para que no se quejara. Él me puso un puchero, yo le sonreí y le guiñé un ojo. Después, salí de la habitación, cerrando la puerta al hacerlo.
Kie y Pope estaban en el porche hablando. Me acerqué hacia allí, pues era donde tenía mi ropa, y al salir los dos me miraron con una media sonrisa en sus caras.
- ¿Qué tal la noche en vela? ¿La has disfrutado? -. Cuestionó Kiara de manera pícara, yo la miré mientras me mordía el labio.
- Sí, la verdad es que sí -. Respondí mientras cogía mi mochila con ropa.
- ¿Y JJ qué tal está? ¿Ha descansado? -. Dijo esta vez Pope.
- Como un bebé -. Volví a contestar mientras entraba de nuevo a la casa.
Era obvio que ambos sabían lo que había pasado anoche, pero no pensaba dejar que me tomaran el pelo con ello. Entré al baño y me di una ducha rápida, después revisé lo que tenía en la mochila; que constaba de un bikini azul marino bastante simple, y un par de pantalones y camisetas. Acabé escogiendo un conjunto negro y gris. Desenredé mi pelo como pude, y salí del baño para dirigirme de nuevo al porche.
Allí seguían Kie y Pope en la misma posición que yo los había dejado; aunque JJ también se les había unido. Me senté al lado del rubio y miré el reloj. Era casi más del mediodía, ¿dónde narices estaba el otro integrante de los Pogues?
- ¿Alguien sabe algo de John B? -. Cuestioné interrumpiendo su conversación. Los tres me miraron confusos - Ya debería de haber vuelto de pescar, los pijos no disfrutan del tiempo en el mar.
- Y lo sabes porque... -. Trató de descubrir Pope.
- Porque he vivido toda mi vida en una familia de pijos, tal vez -. Ironicé mientras alzaba una ceja. Él me dedicó una sonrisa cerrada y volvió a hablar.
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¿El paraíso o el infierno?||Outer Banks
FanfictionUn día cualquiera, llega a Outer Banks una nueva familia, aparentemente, perfecta. Un marido empresario, adinerado como ninguno. Su mujer, reportera y escritora, por no mencionar que también es ex modelo. También está su hija, estudiante de matrícul...