— Vaya recibimiento más malo —. Se quejó el hombre, yo no respondí — Tan solo venía a... visitar a tus padres. Pero ya veo que no están.
— Están en un viaje de trabajo, ¿qué quiere?
— Respuestas, Eira, respuestas... y creo que tú me las puedes dar —. Dijo acercándose hacia mi, yo traté de retroceder, pero choqué mi espalda contra la puerta — Tranquila... no voy a hacerte daño, no si tú no me das razones para hacerlo.
— Si quieres saber sobre el negocio de mi padre, no sé nada, de verdad.
— Algo así —. Cogió mi rostro con sus delgaduchas manos y pasó sus largas uñas por mi mejilla — Cuánto has crecido... si tomaras el puesto de tu padre podrías llegar tan lejos... una pena que no quieras hacerlo.
Tragué en seco deseando que se alejara de mí de una buena vez, él sonrió al ver el pánico en mis ojos.
— ¿Qué quieres saber? —. Pregunté con un hilo de voz.
— Bueno, —. Empezó a decir alejándose de mí — quiero que me digas por qué tu padre ha venido a esta islucha en mitad de la nada.
— N-no lo sé, tan solo supe que debíamos huir a un sitio donde pudiéramos pasar desapercibidos.
— No me sirve, pero comprendo que tú padre no te dijera nada... —. Hizo una pausa antes de volver a hablar — ¿Has encontrado algo raro aquí? —. Le miré sin comprender a qué se refería, él sonrió aún más — Verás... tuve noticias recientes, acerca de una rubia muy molesta, que llevaba claramente el apellido Novalee en su rostro. Mis muchachos tuvieron que dispararla porque se puso en medio de una investigación muy importante. ¿Te suena de algo?
Mi mente empezó a procesar a toda velocidad, tan solo debía hacerme la tonta, y conseguiría las respuestas que esperaba obtener de parte de mi padre antes de que desapareciera.
— ¿Las marismas? —. Tartamudeé — E-estaba ayudando a la búsqueda de un barco hundido, unos chicos le encontraron y me dijeron que no estaban participando en la búsqueda. Yo les dije que se fueran para que no se metieran en líos. Aparecieron unos tíos y traté de disimular que estaban en la búsqueda para el departamento del sheriff, ellos no me creyeron. Me apuntaron con un arma y entré en pánico. Me dispararon cuando pedí ayuda, después salieron detrás del otro barco y yo aproveché a escapar —. Expliqué nerviosa. Agradecía haber estado mintiendo toda la vida, así podía lograr que gente como el hombre estaba ante mí me creyera.
— ¿Estás segura? —. Inquirió mirándome a los ojos, yo asentí asustada. Él sacó dos imágenes y me las mostró — ¿Los reconoces? Son mis hombres, y quiero saber qué les ha pasado —. Su cuerpo volvió a acercarse al mío de manera exagerada — Y algo me dice que tú sabes qué les ha pasado.
Miré ambas fotografías y vi a los dos hombres que nos habían atacado a los chicos y a mí muertos. Una arcada vino desde lo más profundo de mi estómago, pero estaba demasiado tensa como para vomitar.
— N-no tengo ni idea. L-lo siento —. Respondí mostrándome cada vez más nerviosa.
— Ahora, la pregunta del millón —. Guardó ambas imágenes y me miró con sus grandes ojos grises de manera seria — ¿Estás buscando el oro del Royal Merchant?
Su pregunta me tomó desprevenida, pero seguí interpretando mi papel de actriz. En el fondo yo tendría que ir a Hollywood y convertirme en estrella.
— ¿Qué es eso? —. Tartamudeé — Me suena de haber escuchado a mi padre hablar de ello, creo que hay una exposición de algo parecido a eso en el museo, pero no sé qué es.
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¿El paraíso o el infierno?||Outer Banks
FanfictionUn día cualquiera, llega a Outer Banks una nueva familia, aparentemente, perfecta. Un marido empresario, adinerado como ninguno. Su mujer, reportera y escritora, por no mencionar que también es ex modelo. También está su hija, estudiante de matrícul...