Pasaron cerca de dos horas, pero yo no tenía pensado despertar a ninguno de ellos. Estos días estaban siendo un agobio absoluto, y ellos, a pesar de estar sobre llevándolo más o menos bien, se les haría más cuesta arriba el no descansar. Mientras que yo estoy acostumbrada a dormir dos horas por día y tirando.
El ajetreo que había al inicio de la noche se había ido disipando hasta el punto de no quedar nada. Tan solo se escuchaba el leve murmullo del mar y algún que otro pájaro o grillo.
No tardó mucho más en amanecer, y junto con el sol, apareció el movimiento de nuevo. Coches de policía, surfistas que iban a aprovechar las primeras olas del día, deportistas corriendo al fresco de la mañana... todo parecía normal, de no ser por el estruendo de helicópteros sobrevolando la isla.
Fijé mi mirada en el cielo, aún levemente oscuro, y pude ver esas máquinas voladoras yendo a algún punto de Outer Banks. Esto no me olía bien. Cambié mi escondite, ya que la luz hacía que cualquiera me pudiera ver. Escogí subirme a las ramas más bajas de uno de los árboles, con el forraje pasaría desapercibida y podría seguir vigilando el lugar.
El sol no tardó en hacerse ver de manera completa; logrando que los chicos que estaban descansando en el coche se despertaran. Vi a Kiara salir del vehículo buscándome con la mirada, yo simplemente la observaba desde la lejanía. Acabé saliendo de mi escondite y me acerqué hacia ella, quien estaba de espaldas.
- Kie -. La llamé, provocando que diera un pequeño salto en el sitio por el susto. Se giró y soltó el aire que tenía en los pulmones.
- Joder, no me des esos sustos -. Comentó - ¿Nos has despertado a alguno por la noche?
- Nah, estabais muy monos ahí durmiendo sin armar jaleo -. Respondí echando un vistazo hacia la camioneta.
- Pero eso significa que no has dormido -. Supo atar cabos con la voz dormida, después me miró mal - Llevas ya dos días sin dormir.
- No es la primera vez, no te preocupes -. Le quité peso al asunto - No es por molestar ni nada, pero aquí nos ve todo el mundo. Deberíamos entrar al coche.
- Sí, si, tienes razón -. Nada más decir esto se giró hacia el vehículo. Rodé los ojos y subí a la parte trasera; donde estaban JJ y John B aún dormidos.
- Buenos días -. Murmuró Pope desde el asiento de copiloto.
- Hola -. Saludé en un tono bajo para no despertar a nadie.
Ninguno de los tres que estábamos despiertos decía nada, no sé si era por no molestar en el descanso de los otros dos restantes o porque la situación era de todo menos cómoda. Al cabo de media hora más o menos, John B comenzó a despertarse, y al estirarse dio un manotazo a JJ, quien se levantó sobresaltado.
Una risa escapó de mi boca cuando vi la cara de confundido del rubio, quien me miró mal y después observó la cara de pánico del de pecas al saber que le iba a matar por haber interrumpido su sueño.
- Ni se os ocurra mataros -. Advertí mirando a los dos amigos.
- Díselo a él antes de que haga que mis sesos vuelen. Con la mirada que me está echando parece que vaya a utilizar telequinesis o algo de eso -. Respondió John B sin apartar la vista del rubio.
- JJ, quieto -. Mandé como si fuera un perro. Lo más interesante de eso es que realmente lo dejó estar.
- De esta te libras, pero ni una más -. Avisó apuntando a su amigo con el dedo. Este asintió de manera nerviosa y yo rodé los ojos.
Kiara puso la radio, imagino que para evitar que comenzaran a discutir entre ambos. Se comenzó a escuchar un noticiero al que no prestaba atención; al menos hasta que comenzó a hablar de John B. Pasaron un par de coches de policía por la carretera que estaba frente a nosotros, y JJ se incorporó ligeramente para mirarlos. No me había percatado de que ya tenía un porro encendido en la mano.
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¿El paraíso o el infierno?||Outer Banks
FanfictionUn día cualquiera, llega a Outer Banks una nueva familia, aparentemente, perfecta. Un marido empresario, adinerado como ninguno. Su mujer, reportera y escritora, por no mencionar que también es ex modelo. También está su hija, estudiante de matrícul...