16.

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HOLA GENTE.

Es miércoles. Ayer tampoco fui a la escuela porque soy un cobarde de mierda y bueno... no quise salir de mi habitación en todo el día. Mamá está preocupada, mi hermana también... pero al carajo.

Es miércoles, como dije antes. Son las siete y quince de la mañana. Escribo esto porque... cuando regrese de la escuela terminaré de escribirlo, ahora con lo que sea que Gerard tenga que decir.

Estoy ansioso.

Volveré dentro de seis horas.

¡Adiós!

Pasaron ocho horas y media desde que me fui, pero ya estoy de vuelta. Aunque realmente no quería volver a casa o tal vez sí, no lo sé. Veamos... cuando llegué a la escuela por la mañana Gerard no estaba ahí, a decir verdad, no lo vi en todo el día, hasta que cerca de la hora de salir, cuando ya estaba demasiado amargado y deprimido y desolado como para siquiera mirar a las personas a la cara... su visita me sorprendió.

Estaba saliendo con todos los demás chicos, mirando mi calzado y de pronto choqué con alguien. Creo que, en cuanto choqué con él supe de quien se trataba porque en lugar de insultarse lanzó una pequeña exclamación, como una queja.

Alcé la mirada.

Estaba él.

Medio sonreía. Pero no sabía qué era eso que no le permitía sonreír completamente. Un rato después lo supe.

Estábamos ahí, afuera de la escuela, con todos esos chicos saliendo cuando él tomó mi mano, su tacto era cálido y suave... y sorpresivo también. Sentí algunas miradas sobre nosotros pero Gerard, en sus jeans oscuros y amplio suéter negro, parecía no sentir ninguna de esas miradas.

Caminamos en silencio durante varias calles, a cada rato lo miraba, su cabello, su rostro, sus labios... pero de ellos no salía palabra, estaba bastante sumido en sus pensamientos, tanto que tenía que forzarme para mantener el ritmo de sus pasos.

Un rato después paramos, sólo entonces noté que estábamos en el parque... ya se había vuelto habitual, familiar. Me quité la mochila y la lancé sobre el húmedo césped, luego tomé asiento sobre la misma, él se sentó a mi lado, con los ojos cerrados y ambas manos detrás de su espalda, medio recostado ahí. Tuve que reprimir las ganas de lanzarme sobre él.

"No habías ido a la escuela", dijo luego de una eternidad yo respondí con un balbuceo "¿Es por culpa mía?"

Sentí mis mejillas colorearse cuando giré el rostro hacia él, había abierto sus ojos y me miraba serio. Yo no pude hacer algo más que asentir, él esbozó una sonrisa desganada y luego comenzó a torturar a su labio inferior.

"Eso creí... había asumido que quizás no irías en toda la semana, así que por eso hoy no fui, no vale mucho la pena ir a la escuela cuando tú no estás ahí. Pero Bob me llamó diciendo que tú sí habías ido... eso me pilló por sorpresa. Estaba en casa, dando vueltas en internet, en pijama... me vestí y vine a por ti. Necesitamos hablar, Frank. Por cierto, te envié una solicitud de amistad, lamento haberte eliminado antes y uh... realmente tenemos que hablar porque la última vez fue un desastre y tú eres demasiado bueno y realmente no mereces eso y..."

"Gerard, está bien" le interrumpí con una sonrisa en mis labios al escuchar su charla sin sentido, demasiado acelerado, demasiado nervioso "He tenido tiempo para pensar... me aceleré demasiado, tú... no estabas preparado, yo lo entiendo."

"¿Has escuchado esa frase de mierda que va como... No eres tú, soy yo?" preguntó bastante serio, no pude evitar reír entre dientes, pero de todos modos asentí "¡Se trata de eso! Frank, realmente eres importante para mí, realmente te quiero un montón, pero... tienes que saber que viví cosas feísimas con mi anterior pareja, fue... fue feo y no me siento preparado para comenzar algo nuevo..."

Okay. No sé cómo ustedes tomen eso pero a mí sólo me pareció mierda tras mierda y después de eso, un poco de mierda más. Se me hizo tan... falso, ridículo y un poco actuado también. En ese punto estaba listo para ponerme de pie e irme a la mierda, y eso fue lo que comencé a hacer, pero su voz me obligó a quedarme.

"Por favor... déjame explicarte" susurró, yo le miré de reojo. Realmente lucía acomplejado con el asunto así que asentí y volví a sentarme "Yo... ni siquiera con Mikey he hablado con todo esto porque todo lo que me pasó fue porque era un idiota y... siento que el pasado debe quedarse ahí. De verdad me gustas mucho... no sabes las ganas que he tenido todos estos días de irme a tu casa con una serenata pero... no soy bueno cantando y..." él sonrió, no pude evitar hacerlo también.

¿Cómo es que puedo querer tanto a alguien y odiarlo al mismo tiempo?

"Me hubieses dicho y te hubiese acompañado con la guitarra, desde mi ventana... habría sido interesante" murmuré como si nada, su sonrisa pasó de ser una forzada a una infantil. Con sus hoyuelos y ojos achinados. Maldito cerdo adorable.

"Bueno... lamento haber reaccionado así esa vez" murmuró regresando a lo importante "Realmente no sabía cómo hacerte saber qué estaba pasando en mi cabeza. Siento... a veces siento que no te merezco, eres demasiado bueno, demasiado puro, demasiado... yo estoy roto, Frank. Estoy... soy un desastre."

En este punto puse los ojos en blanco una vez más. El idiota autocompasivo junto a mí no se parecía en nada al Gerard que veía casi todos los días, era... un ser completamente nuevo y... extraño. Me provocaba muchas cosas. Pero por sobre todo, sólo dos cosas:

Abrazarlo y cuidarlo eternamente.

Golpearlo por imbécil.

"¡Gerard! Para con eso, por la mierda" exclamé exasperado, lo vi abrir los ojos enormemente y fruncir el entrecejo, sorprendido, con la boca medio abierta, una frase a medio hilar que, si era como las demás, no quería escuchar en lo absoluto "Yo te quiero. Te quiero así como eres. Me vale mierda si estás triste todo el tiempo, si tienes problemas, si te crees un trozo de mierda, todo eso me da igual. Tú no te ves de la forma que yo te veo. Yo veo a alguien inteligente, ambicioso, increíblemente interesante, divertido, ingenioso, con un excelente gusto musical, que da unos besos de ingenio y me hace sentir como si fuera la única maldita persona en el maldito mundo. Para mí... para mí eres asombroso, Gerard. Y no importa si estás triste de vez en cuando, no importa si andas de mal humor... no importa nada. Yo te quiero así, de verdad..."

Su rostro era una máscara de diversos sentimientos y emociones, realmente no tenía una pista para adivinar en qué pensaba. O si es que pensaba siquiera. Me quedé ahí, esperando a que dijera algo estúpido o ingenioso... pero la respuesta no fueron palabras bobas (o ingeniosas) fueron sus labios, sus labios sobre los míos.

Un beso suave y cálido, tan puro, tan nuestro, tan... especial.

En medio del beso sentí sus mejillas húmedas, pero no quise mirar. Cuando el beso se rompió me alcé de rodillas en el césped y lo abracé contra mi pecho, lo sentí llorar durante mucho tiempo, mis dedos sólo se dedicaron a acariciarle el cabello hasta que el llanto cesó. Hasta que su respiración volvió a acompasarse.

Cuando se apartó, sonreía.

Me besó los labios una vez más y luego, sin decir más, se marchó. Pero esta vez no quedé con incógnitas o rabia-dolor-curiosidad en mi interior, era un sentimiento completamente nuevo, algo que sigo sintiendo, como un cálido fulgor rellenando cada espacio vacío en mi pecho.

No sé qué es... y no sé si se quedará por mucho tiempo.

Sólo sé... que si algún día tengo que decirle "Te amo" a alguien,

Ese será Gerard Way.

xoFrnk

Estado: ¡Mañana habrá otra entrada, lo juro por ese perrito en la tienda de mascotas que cada vez que me ve me hace ojitos para que me lo traiga a casa!

puntos suspensivos; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora