Final.

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            Dudé en si debía terminar o no de relatar esto porque con cada palabra que avanzaba la herida se abría un poco más y los terribles fantasmas de mi pasado venían a visitarme. Tuve noches terribles pensando en lo que nunca fue y en lo que pudo haber sido, pero creo que eso ya es tema del pasado. De hecho, todo referente a Gerard es un tema del pasado.

Después de su última visita no volví a saber de él. Los meses pasaron pero él no volvió a golpear mi puerta, tampoco intentó buscarme de forma virtual (aunque yo cerré todas mis redes sociales para evitarlo). Su hermano se apartó de mí también y aunque a veces nos encontramos y charlamos, ya nada es como antes, y él no intenta hablarme de su hermano. Creo que Mikey fue quién más se tardó en aceptar que todo había terminado para bien.

Y aunque quiero odiarlo no puedo hacerlo. Es una enorme necesidad de mantenerme apartado de él porque sé que si vuelvo a verlo voy a caer nuevamente a sus pies, pero no hay rencor ni absolutamente nada negativo en su contra. La curiosidad me come por dentro, a veces, porque me pongo a pensar en la razón que tuvo para ir a Jersey sólo para hablar conmigo. Quizás quería lograr algo con eso, quizás tenía otras intenciones... pero yo le dije todo lo que quería saber y aun así se marchó.

Siguiendo esa lógica, no valía la pena pensar en él de todos modos. Sólo fue alguien que pasó por mi vida para crear caos y brindarme unos momentos maravillosos a su lado. Aunque me hubiese gustado que esos momentos duraran más para que la tristeza por perderlo tenga algo de sentido.

Aunque supongo que en el amor casi nada tiene sentido.

Jamia me amaba, pero yo no podía amarla después de lo que pasó. Recuerdo que al día siguiente de ver a Gerard por última vez ella me dijo que alguien nos había visto juntos en el jardín de mi casa y sus ojos realmente pedían que lo negara, pero le conté la verdad. Le dije incluso lo que había pasado en New York y ella, luego de decirme terribles cosas que claramente no sentía en realidad, me dejó. Su hermano también se apartó de mí, aunque esto era obvio.

Decidí, entonces, que Jersey estaba demasiado lleno de recuerdos. En donde iba me recibía el aroma a Gerard o el aroma a Jamia. Mi trabajo había dejado de satisfacerme y mi cabeza estaba demasiado vacía como para ser sano. Decidí abandonar el trabajo y postulé a una Universidad en Florida. Comencé a estudiar Psicología pero al poco tiempo de entrar decidí que no era lo que quería para mí, así que abandoné la universidad y he intentado darle forma a mi vida desde entonces.

Pero aunque esté lejos de mi hogar, lejos de cualquier recuerdo de mi pasado, no puedo dejarlo atrás. Todas las canciones que logro escribir son una mierda caótica y depresiva que indirectamente van dirigidas a él. He conocido personas pero nadie que se asemeje a él.

Y aunque debería hacerlo, no puedo ponerle un punto final a mis sentimientos hacia él. Supongo que, al menos para Gerard, siempre habrá puntos suspensivos.

puntos suspensivos; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora