| 20 |

102 18 12
                                    

Termino de anotar los apuntes de la clase de hoy en mi libreta y me dispongo a guardar mis cosas, los chicos me esperaban frente a mi mesa parloteando de temas triviales. Con respecto a la conversación que tuve con Alfred y Margaret, ya había puesto al tanto a Betty sobre eso y mi decisión, ella estuvo de acuerdo conmigo y dijo que me apoyaría en todo lo que decidiera.

Tengo que admitir que lo que dijo el padre de Itzan hizo mucho eco en mi cabeza, pero Margaret tenía razón, soy humana, es normal que sonría, no tiene nada de extraño, supongo que sonreír debería ser algo bueno, después de todo no es como si sólo fuese una muñeca.

La lluvia repicoteaba en las mesas de la cafetería, por ende tuvimos que regresar al salón y desayunar allí, varios de nuestros compañeros de clases nos hacían compañía, cada uno en sus asuntos.

"Deberíamos salir a hacer algo, hace mucho que no nos comportamos como personas normales," hablaba Jules.

Sabía de lo que hablaba, últimamente todos estaban tan concentrados en mí que se han olvidado de sus vidas.

"No lo se, no estoy de ánimos," Betty dijo.

"¿No estás de ánimo?," pregunto y ella niega. "Ju tiene razón, estoy segura que ella extraña pasar tiempo con su mejor amiga, deberían salir por allí como en los viejos tiempos, y por mí no se preocupen, en casa me espera un buen libro."

Los ojos de Jules se iluminaron.

"¡Vamos Bet! Tienes que decirme que sí, por fi."

Betty suspira.
"Okey, okey."

Luka estaba sentado al lado de Jules, su desayuno estaba intacto y él parecía estar en otro lugar. Ju no preguntó nada y Betty mucho menos porque ya sabían la historia.

La lluvia había cesado y teníamos que ir a casa, había olvidado mi lapicero en el aula así que tuve que ir por el mientras las chicas me esperaban en el coche. Aprieto mi chaqueta contra mi cuerpo cuando salgo, la brisa estaba fría y el cielo seguía nublado. Siento que me sujetan del brazo, al girarme me encuentro con Itzan a escasos centímetros.

"Itzan," suelto.

Él me acerca a su pecho y me aprieta contra él, acaricia mi espalda y luego besa mi frente para separarse.

"Dios, te extrañé. Perdona por lo que dijo papá, él... él sabe sobre ti."

"Lo sé, sé que lo sabe. Ahora si me permites, debo irme."

Intento volver a tomar mi rumbo pero el me detiene sujetando mi muñeca, me vuelve hacia él nuevamente y acariciar el lugar donde me tiene agarrada.

"¿Pasa algo?, Ales, quería invitarte a salir hoy."

"No."

"¿Perdón?"

"Mi respuesta es no, Itzan."

Ser dura con él era la mejor decisión que podía tomar, porque eso lo desilucionaria un poco, si me porto cariñosa con él no hará que se aleje.

"¿Estarás ocupada? Podemos vernos otro día y..." interrumpo.

"No, ni hoy, ni otro día. No podemos seguir viéndonos."

Frunce el entrecejo.
"¿De que estás hablando, Alessa?"

"Itzan, ya me escuchaste, no te tengo que dar explicaciones. Déjame en paz."

Una vez más intento irme, pero me hala hacia él y estampa sus labios contra los míos. No le correspondo, coloco mi mano en su pecho y lo empujo con fuerza, acto seguido, mi mano acaba de chocar contra su mejilla con fuerza. Arrugo mi entrecejo, porque eso salió por instinto, porque eso no estaba planeado.

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora