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Estaba en la oficina de Hazel, con Margaret al lado, era extraño que ella me acompañe a mis sesiones pero da igual. Ellas hablan animadamente poniéndose al día antes de que Hazel empiece con su serie de preguntas.

"Hoy es un día importante Alessa, ¿cómo te sientes?" Empieza con su trabajo.

Miro a Margaret y sonríe guiñandome un ojo.

"Pues estoy neutra," la verdad nunca sé cómo sería responder bien esa pregunta.

"Tu mamá me comentó sobre la conversación que tuvieron ayer y creo que es importante que te digamos el diagnóstico que tenemos hasta ahora."

Lo que ella decía me pareció interesante, relamí mis labios y me acerqué al escritorio entrelazando las manos sobre el.

"Soy toda oídos."

Mira a Margaret y luego se concentra en mí.

"A tus diecisiete años tuviste un accidente, es algo que ya sabes pero que hay que resaltar, fue un accidente en auto, puedo decir que estás viva de milagro, tu cabeza se golpeó demasiado fuerte Alessa, tanto que de verdad es increíble que al menos puedas hablar. " trago saliva, "Debido a eso perdiste la memoria, hoy en día tienes diecinueve años y tratamos de recuperar aunque sea un quince porciento de tu memoria, pero se nos ha hecho imposible."

"Es como si jamás hubiese vivido," aporto y ella asiente.

"Pero eso no es todo, hay algo peor."

Sonrío.
"¿De verdad puede haber algo peor?"

Margaret toma mis manos y las aprieta.

"Alessa, no puedes sentir," continúa Hazel y me centro en ella nuevamente. "Es decir, puedes sentir dolor físico, eso es obvio, pero hablando de los sentimientos, no hemos encontrado rastros de ellos."

"Es imposible," susurro.

Hazel tenía un buen punto y es algo que he tenido claro, pero es imposible, se estaría desafiando hasta a la naturaleza, ¿qué tipo de trauma pude vivir para no tener sentimientos? Es absurdo.

"Parece imposible, pero no lo es, a ver, intentemos algo. Mira a tu madre y dime, ¿qué pasa por tu cabeza?"

Hago lo que me ordena y antes de hablar intento concentrarme bien.

Esto es imposible.

"Ni siquiera puedo decirte madre, ¿es algo loco no?" Río. "Esto es extraño, no recuerdo nada de mi vida y ahora resulta que no tengo sentimientos, no puedo querer a mi madre, ni siquiera a mi hermana, ¿toda mi vida será así?"

Margaret saca un pañuelo y limpia una lágrima que se le había escapado.

"Vamos a trabajar muy duro en esto Alessa, te lo juro. Usaremos los mejores tratamientos si es posible, no importa la cantidad de dinero que gaste, pero serás la misma de antes," entonces empieza a llorar con fuerza.

"¿Cómo se supone que seré una chica normal en la universidad cuando soy completamente diferente?" Pregunto.

"Nadie tiene por qué saberlo," dice Hazel.

"No," ellas se sorprenden ante mi respuesta. "Betty, Luka y Jules lo sabrán, ellos son mis amigos y Bet mi hermana, merecen saberlo."

Ellas asienten, Hazel toma un par de notas y luego de hablar con Margaret para que se calmara nos despedimos.

De regreso a casa voy en completo silencio, con la cabeza recostada en la ventana y con los auriculares puestos al volumen máximo, no quería hablar de lo ocurrido, tampoco quería que Margaret se pusiera mal, no es justo para ella.

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora