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Pum, pum, pum.

Me levanté al sentir golpes en mi cabeza, era como si tuviera a una pequeña personilla dentro de ella que me golpeaba con un martillo. Sujeté mi cabello cuando el dolor se incrementó más, me tomé una pastilla de las que Hazel me había dado, me levanté de la cama para ir al baño a echarme agua en la cara pero mis piernas flaquearon y caí arrodillada al suelo.

«No es verdad, tus padres te están mintiendo».

Una voz susurró en mi mente y un pitido ensordecedor penetró mis oídos.

"Por Dios," me quejé y agarré mi cabeza con fuerza.

Sentía calor y había empezado a sudar.

«Nada es lo que parece Alessa Hoult».

Otra vez esa voz. Me arrastré hasta el baño y como pude me incorporé sujetandome del lava manos, miré mi reflejo en el espejo, estaba pálida.

«Ellos mienten».

Abrí el grifo y empapé mi cara de agua. Una punzada en la cabeza me hizo soltar un chillido y apretar mis ojos con fuerza.

"¿Quién eres?," pregunté como si alguien pudiera contestarme.

Recosté mis espalda a la pared del baño y me dejé caer en el suelo, atraje mis piernas a mi pecho y las abracé para luego esconder mi cabeza entre ellas. Gruesas lágrimas empezaron a salir de mis ojos, mi cabeza quería explotar.

Voy a morir, duele mucho.

Empecé a sollozar con fuerza como si eso fuera a liberar mi dolor, lo único que hacía era empeorarlo.

«Aún no has descubierto la verdad, tienes que seguir buscando hasta encontrarla».

"¿Quién eres?," volví a preguntarle a la nada.

Me acosté en el suelo echa un ovillo y seguí llorando, sentía mi cuerpo arder, había mucho calor.

"¿Alessa? ¿Alessa estás bien?," Betty se acercó corriendo hasta donde estaba y acunó mi rostro. "¿Quieres que llame a mamá?"

Niego.
"Necesito... necesito bañarme, ayúdame," hablé como pude.

Betty me ayuda a levantarme del suelo y camino hasta el lado de la ducha para sentarme nuevamente, ella abre la regadera y el agua fría cae empapando mi pijama y la de ella, abrazo mis piernas nuevamente y aprieto mis ojos.

«Soy Iker».

Abro mis ojos y miro a Betty quien ha empezado a acariciar mi cabello.

Iker.

¿Esto es posible?, debo estar alucinando, él no puede estar en mi mente, todo esto debe ser mentira.

El dolor de cabeza había cesado, pero una pesadez cayó en mí hasta hacerme desmayar.

Mis párpados aletean y poco a poco mi visión nublada vuelve a la normalidad, el pitido de la máquina a mi lado llama mi atención, observo el lugar, estoy en el consultorio de Hazel, en el mismo lugar donde me hicieron aquel tratamiento. Veo el suero que pasa por mis venas, remojo mis labios resecos y me incorporo un poco en la camilla.

El recuerdo de lo que había pasado viene a mi mente. Iker me estaba hablando, era él en mi cabeza, no podía estar volviéndome loca, fue real.

"Hola Alessa, me alegra que despertaras pronto," dice Hazel acercandose a mí.

Me examina y anota algo en una carpeta.

"¿Qué fue lo que pasó?"

Aquí empezaron las preguntas, esas preguntas que no ayudaban en nada a mi condición.

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora