Epílogo

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LEAN LA NOTA FINAL, POR FA:).

Varios años antes...

Mi familia, mi loca familia. Vivimos en una burbuja de análisis y comentarios sobre si funcionó o no algún pequeño experimento. Todo era demasiado irrelevante, hasta que empezaron a trabajar con algo mayor: experimentar con personas. Ya tenían a una persona seleccionada, me alegraba bastante por mi madre y por Alfred, aunque no vivía con ellos, sino con Hazel, que es como mi segunda madre, estaba informada sobre todo lo que ocurría.

Se preguntarán: ¿Cómo es posible experimentar con personas?

Al pasar de los años la ciencia y la tecnología ha avanzado bastante, y mi madre se casó con un hombre adicto a la ciencia y al dinero, Alfred Lesman tiene una adicción nada sana con ello. Y cuando digo a nada sana es tan real a lo que pueden imaginarse, o incluso peor.

A ver, les cuento para que entiendan:

Él y toda su gente empezaron a realizar un mayor experimento como ya les mencioné, pero el candidato ha sido obligado a ello, aunque se negaba a hacerlo, no lo quedó otra opción. Era él contra mi padrastro y sus aliados. Jamás ganaría.

¿Yo estaba de acuerdo con todo eso?

Sí, lo estaba.

¿Por qué?

Porque era igual que ellos. Sólo me importaba salir y gastar el dinero como si cayera del cielo. De paso, había algo en lo que me destacaba bastante: la manipulación. Lo utilizaba bastante con Hazel, y vaya, siempre funcionó.

Pero no crean que nunca tuve remordimiento de conciencia. Todo empezó cuando me enteré quién era la rata de laboratorio.

El padre de mi novio.

Eso fue un golpe demasiado fuerte para mí. Itzan, mi novio, siempre me contó que veía a su padre mal, que al parecer estaba enfermo. Supuestamente estaba yendo a un doctor personal, pero no era cierto, las sesiones a las que lo sometían lo dejaban en muy mal estado, cada que lo sometían a ellas su salud se deterioraba un poco más. Nunca lo encerraron, pero sí lo amenazaron con matar a sus dos hijos: Greta e Itzan.

El solo hecho de pensar en cómo reaccionaría Itzan al enterarse lo que de verdad sucedía con su padre, me revolvía el estómago. Si él sabía que mi familia es la culpable de que Iker, su progenitor, estuviera casi muerto, seguramente me odiaría. Aún más cuando sepa que yo estoy al tanto de todo y jamás me opuse.

No estaba en mis planes que eso sucediera. Me enamoré perdidamente de Itzan, tanto así que soy capaz de cualquier cosa por lo que siento. Y eso no podía llegar a pasar.

Por las noches no podía conciliar el sueño, las pesadillas de Itzan dejándome estaban allí cuando podía dormir, así que prefería pasar las noches en vela. Me tocó actuar con mi mejor arma: manipular.

Le hice creer a Itzan que mi madre no aceptaba más nuestra relación, planee una fuga entre los dos en la cual Alfred fue a buscarme, era obvio que le había dicho a dónde iríamos. Amaba a Itzan, pero la culpa me era aún más grande.

Tomé una decisión: iba a ser un experimento más.

Iban a borrar mi memoria y a acabar con mis sentimientos. Ser débil nunca estuvo en mis planes y ese chico se convirtió en mi debilidad.

«Será doloroso, ¿Estás segura?»

«No va a ser fácil, ni antes, ni después»

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora