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Luka en multimedia.

Siento que me remueven en la cama, pestañeo y al recordar mi situación me levanto de golpe. Enfoco a Greta quien lleva su dedo índice a sus labios indicándome que haga silencio.

"Debemos salir de aquí," susurra.

Arrugo el entrecejo.
"¿Qué ha pasado?"

"Nos encontraron. Ahora apaga tu celular y coge un abrigo para salir de aquí. ¡Rápido!"

Hago lo que ella me ordenó rápidamente, la observo y noto que está un tanto inquieta y pálida. ¿Tiene miedo? Tal vez. Me sujeta de la mano y me arrastra por el pasillo contrario a la cocina, nunca había ido hacia allí. Las luces están apagadas, lo único que alumbra es la luz tenue de la luna. Al final del pasillo hay una puerta, Greta introduce una llave, ésta cede y la abre con cuidado para luego entrar y cerrarla con seguro nuevamente.

"¿Cómo vamos a salir de aquí?," pregunto.

"Papá habló conmigo por si esto pasaba, pero estoy muy nerviosa. Itzan es un idiota."

"¿Cómo estás segura que fue él?"

"Es el único que sabe donde estamos aparte de papá. Itzan es la carne débil, papá jamás hablaría."

Tenía razón, Iker era un hombre que intimidaba y se notaba que cuando se planteba algo sigue las instrucciones al pie de la letra.

"¿Qué hacemos ahora?"

"¡Cállate!," chista. "No me dejas pensar."

Un estruendo se escucha a lo lejos, estaba segura que era en la cocina. El sonido eran platos rompiéndose. Greta camina de un lado a otro, se detiene delante de un sofá marrón y lo arrastra con una fuerza que nunca imaginé que tendría. Debajo del sofa hay una pequeña puerta de madera con seguro, ella introduce la llave y luego hala la madera. Me acerco, hay unas escaleras que se pierden en la oscuridad. Mi acompañante registra unas gabetas, saca dos linternas y me entrega una.

"Baja tú primero para poder cerrar desde adentro."

Asiento, enciendo la linterna y comienzo a descender las escaleras. Escucho como cierra la pequeña puerta, se apresura y se adelanta unos cuantos escalones. La sigo ignorando el horrible calor que hacía aquí abajo. Alumbro las paredes, son de concreto. Este lugar parece hecho justo para una situación como esta.

"¿A dónde nos lleva este..."

"Túnel," termina por mí. "Al bosque, hay que apresurarnos antes de que consigan la puerta, tenemos que perdernos de ellos."

Me sujeta del brazo nuevamente y empieza a caminar aún más rápido. La idea de traer abrigos suena estúpida con el calor que hace aquí abajo.

"¿Para qué eran los abrigos? Me estoy asfixiando."

"No seas estúpida, aquí hay calor, pero cuando salgamos al bosque habrá mucho frío."

Sí, mi comentario fue demasiado estúpido.

Después de varios minutos llegamos a otra puerta de madera, Greta utilizó las llaves para abrirla y cuando salimos la cerró. La brisa fría de la madrugada golpeaba mi rostro con rudeza, miro a mi alrededor, había una gran cantidad de árboles, las ramas bailaban de un lado a otro, el suelo se encontraba cubierto de arena, piedras y hojas.

"Andando," suelta Greta y comienza a caminar.

Seguimos al mismo paso en el que veníamos antes. Ella parecía saberse el camino de memoria, ¿es posible que haya sido entrenada para situaciones como estas? Era creíble. Nos detenemos al llegar a una larga carretera, habíamos caminado tanto que ya me dolían los pies.

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora