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Miro mi reflejo en el espejo, mi mejilla se encontraba un poco roja y aún sentía un leve escozor. Luka se había puesto demasiado furioso cuando lo puse al tanto de todo, pude calmar su furia, evitando así que fuera a partirle la cara a Alfred. Todo esto hizo más fácil que aceptara ayudarme con el plan: hacerles creer que ambos salimos.

Quizá no vaya a ser tan sencillo, no tengo un curso de teatro o algo parecido, pero pretendo esforzarme bastante. Además, Luka me estaba dando clases de cómo debo fingirlo hace unos minutos.

"¿Qué tal si hacemos galletas de avenas?," propone el pelirrojo.

"Está bien."

Bajamos y me dispongo a buscar los ingredientes que Luka me iba mencionando, me afinqué en la encimera y de puntitas intenté alcanzar la avena, pero no pude. Bien, mi altura no favorecía en muchas cosas.

"Déjame ayudarte," propuso Luka.

Se inclinó hacia mí y sentí en calor que emanaba su cuerpo, estiró la mano, tomó el frasco y lo dejó reposar en la encimera. Cuando creí que se iba a alejar, me tomó de la cintura y me hizo girar quedando frente a frente. Observé sus facciones, esa mandíbula perfectamente marcada, sus labios con un volumen perfecto, su cabello color cobrizo, sus ojos oscuros, Luka era ese chico que cualquiera moriría por tener; cualquiera menos yo.

"Sigueme el juego, tu madre está justo detrás de nosotros," susurra sacándome de mis cavilaciones.

Su rostro se acerca al mío, corta toda distancia y sus labios se unen con los míos. Los mueve de forma lenta, saboreando cada segundo de aquel beso y yo le seguí la corriente. Apreté los ojos y puse toda mi atención en aquel beso, debía verse real, Margaret debía creerse todo nuestro teatrito.

"¿Alessa?," susurró sorprendida en un tono muy poco audible.

Bingo.

Ese tono me hacía saber que se lo había creído, o al menos se había sorprendido por lo que acababa de ver.

Luka se separó de golpe como si lo hubieran pillado en algo que no estaba en sus planes, debo admitir que actúa muy bien mi amigo, ¿dónde lo habrá aprendido?

"Muchos gusto, soy Luka Watson, novio de Alessa," se acerca y le extiende la mano.

La boca de Margaret formó una especie de "o", su actitud era un poco inquieta, había algo, algo de todo esto que acaba de presenciar que no le cuadraba para nada. Después de todo Iker ha tenido razón en cada cosa que me ha dicho. Si así es la reacción de ella, ya quiero ver la de su esposo.

"¿Novio? ¿Ustedes son novios?"

Sonrío y me acerco a Luka para enganchar nuestros brazos.
"Sí madre, es genial ¿no?, las cosas cada vez van tomando su rumbo."

"¿Te gusta," pregunta aún en su estado de trance.

Hundo las cejas.
"¡Claro! Y mucho, más de lo que creería. Es algo un tanto... raro, no lo sé, no había experimentado algo parecido. Por cierto, ¿podría quedarse a cenar?," pregunto.

Ojalá ustedes pudieran verle la cara a mi madre.

"Sí, por favor," habla Luka. "Alessa y yo cometimos un grave error, quiero disculparme con su esposo, ahora que tengo una relación con su hija, con más razón debo hacerlo."

"Okey, está bien," responde seca y se va.

Luka me mira y una sonrisa se forma en sus labios.

Se había creído toda nuestra mentira y eso la había dejado descolocada.

¿Soy un experimento? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora