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            -¡Culpable!

El llanto de los padres de la difunta, por la cual él se encuentra ahí, es escuchado por toda la sala, agradeciendo a la justicia que el criminal haya sido condenado. Pero él no se arrepiente. Impenetrable, sin mostrar ni una sola gota de arrepentimiento, Luhan se cruza de brazos y escucha lo que dice el juez.

Diez años. Diez años en la cárcel. Ja.

-¡Púdrete en la cárcel! -Grita aquella mujer de casi cincuenta años, abrazada a su desconsolado marido -¡Púdrete y sufre como hiciste sufrir a mi niña! ¡Sufre!

-Pedimos silencio en la sala, por favor -Dice el juez -Señora Choi, por favor, guarde silencio.

-¡Es un hijo de puta!

Ella no se calma y, para poder proseguir con el juicio, la sacan de la sala. Por el bien de su propia salud – y de la integridad física del acusado – es escoltada todo el camino y un agente se queda con ella. Por si acaso. Luhan solo sonríe, encontrando la escena divertida. La ha estado mirando con diversión, como si de una película se tratara. Para él, ella era patética.

Vuelve a mirar al juez, que lee todos sus derechos y le explica su condena. No le importa lo que diga, de todos modos. Diez años en la cárcel sin posibilidad de salir. Diez años completos, a no ser que se pague los diez millones de fianza, aparentemente imposible para cualquiera. Aparentemente imposible para alguien que proviene de un barrio pobre como él. Esos malditos quieren asegurarse de que no salga.

Bueno, podría haber sido peor. La condena a la cual se ha estado enfrentando es de quince años, más al confesarse culpable y confesar el crimen, ha acabado siendo tan solo diez.

-Se acaba la sesión.

Y todos se levantan. Su abogado, de oficio, se levanta y le pide disculpas por no haber sido capaz de rebajar más la pena. No importa, repite en su mente.

-Deja eso. -Le dice -Podría haber sido peor.

Podrían haber sido quince años y casi veinte millones de fianza.

Sin más, dos policías se acercan a Luhan, le ponen las esposas y se marchan con el asesino, que debe escuchar decenas de insultos por parte de los espectadores que han ido a apoyar a la familia de la víctima.

Antes de entrar al coche, Luhan ve un cartel con la cara de Wendy, la mujer ya muerta. Luhan sonríe.

-Que se pudra en el infierno.

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Esta historia me pertenece a mi y a mi hermana que anterior mente era conocida como Xiuminlove1, ella perdio su cuenta como muchos saben, por este motivo las historias que fueron creadas por las dos y que en su mayoria son Xiuhan seran lentamente publicadas en mi cuenta.

Repito la historia me pertenece por completo a mi y a mi hermana, fue pensada, planeada y creada por las dos. Gracias

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora