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            Es un domingo cualquiera, unos días después de recibir la carta, cuando Luhan recibe la noticia de tener una visita de alguien, que se prepare.

El régimen de visitas de la cárcel no es demasiado estricto, en realidad. Al menos, en cuestión de la visita en sí. Sin embargo, la persona que entra es estrictamente observada y revisada, sin pasar por los controles tan exhaustivos de un preso, claro está. Pero Luhan se muestra sorprendido con la noticia, puesto que, en Corea del sur, no hay nadie que quiera verle la cara más que para escupirle y desearle la muerte en persona.

¿Quién puede ser? Luhan no lo sabe.

-No puedes decir nada que ponga en aprieto a los policías -Le advierte Tao, quién lo lleva esposado por el edificio hasta plantas más arriba -Ni puedes recibir nada de sus manos.

No le contesta. No tiene por qué hacerlo.

-¿Lo has entendido? -Dice Tao.

-Lo único que he entendido es lo mucho que te preocupa no salvar tu corrupto culo -Le contesta -¿Cuánto dinero tienes ya por dejarte sobornar?

-Eso no te importa.

-No, pero es curioso. Si la policía de por aquí está tan estúpidamente corrupta, ¿Qué tanto lo está la cúpula? ¿Y los políticos? -Dice -Es curioso como perseguís a los mafiosos, cuando sois iguales que ellos.

-No nos compares con esos. Nosotros somos la ley -Se defiende. Luhan ríe, más no insiste en el tema.

No vale la pena.

Cuando por fin llega, Tao abre la puerta y lo sienta sobre la silla. Inmediatamente quita las esposas y le coloca otras que se encuentran sobre la mesa, atándolo a ella. Desde el inicio se da cuenta de que no hay guardias que lo vigilen cuando Tao se marcha y eso canta demasiado. Por si fuera poco, la forma de actuar del chico de ojeras es rara, como si estuviera intentando ocultar algo.

¿Qué está sucediendo? Luhan lo entiende cuando la puerta se abre y, delante de Leeteuk, se deja ver Zhang Yixing vestido como un chico normal de su edad. Pero, incluso detrás de esa vieja camiseta negra y esos ajustados pantalones, incluso detrás de esos cabellos peinados con decencia, se puede ver una mirada peligrosa que invita al pecado más absoluto en todo aquel que lo mire.

-Zhang Yixing... -Murmura -De todas las personas, no esperé que tú fueras a visitarme.

-¿Por qué no podría hacerlo? -Dice sentándose. -Me he tomado muchas molestias en venir, ¿Sabes? El vuelo no ha sido barato y pagar a unos cuantos policías para que cubran mi llegada ha costado millones.

-Creo que ahora entiendo muchas cosas. Siempre te ha gustado presumir del dinero que tienes.

-Me lo he ganado con esfuerzo, ¿Por qué no presumir de ello? -Cuestiona con una sonrisa inocente demasiado falsa -¿Cómo es la vida en la cárcel, Luhan? Me sorprende que aún no me hayas contactado para sacarte de aquí. O me sorprendía, hasta que un pajarito me dijo un nombre.

-¿Un nombre?

-Kim Minseok.

Luhan se tensa.

-¿Crees que no me daría cuenta? -Le dice Yixing -Sé lo que haces en todo momento. Sé quiénes son Kim Jongdae y Byun Baekhyun y de qué pie cojean ambos. Conozco a todos los policías de esta cárcel y, por supuesto, a ella. Los he investigado.

-¿Cuál es la intención detrás de todo este gasto innecesario de dinero, Yixing?

-¿No puedo preocuparme por ti, Zhang Luhan? ¿No puedo querer saber qué hace mi hermano menor en la cárcel para no querer salir? Dudo que sea por arrepentimiento. -Comenta. -Esa chica, Minseok, es hermosa. La he visto al pasar. No se ha dado cuenta de mi presencia.

-No la toques. -Ordena -Es mía.

-¿No quieres compartir? -Sugiere -Yo tengo la mente abierta.

-Yo no, y ella es una presa mía. No la toques. No te dejé que tocaras a la perra de Wendy, ¿Qué te hace pensar que te dejaré a Minseok?

-Me sorprende esa obsesión tuya. -Dice él mayor, recostándose sobre el asiento -Wendy era una chica normal y, aun así, nunca quiso saber nada de ti; ¿Qué te hace pensar que Minseok, una policía, va a ceder a tus demoníacos encantos?

-¿Te importa?

-Mucho, después de todo, eres mi hermano y ella puede afectarte. Tocarla sin su consentimiento puede conllevar una pena tan grande y un revuelo tal que no pueda sacarte de esa ni pagando. -Le avisa -Tienes suerte de que tenga a muchos policías sobornados o amenazados. Sino, ella habría sabido quién eres.

-¿La caja de condones iba con recochineo? -Cuestiona Luhan -Gracias, porque la usaré. La próxima vez que vengas, si lo haces, estará vacía de haberlos usado todos con ella.

-Me gusta esa seguridad -Dice sonriente. Se ve lindo, pero Luhan sabe que esa apariencia dulce es una mentira. Una gran falsedad que muchos se creen, pero solo hay que mirar sus oscuros ojos para captar el aura oscura a su alrededor. Zhang Yixing es peligroso. Muchísimo más que Luhan. -Por cierto, me han dicho que se está planeando algo en tu contra, así que ten cuidado.

-Ya lo sé, me he enterado. -Asegura -No podrán contra mí.

-Lo sé, pero por si acaso te aviso. No respondo si te dañan.

-Deja de protegerme, Yixing. Ya no tengo cinco años.

-Para mí siempre serás mi pequeño hermano menor -Habla con sinceridad. Luhan mira a otro lado incómodo. -La persona más importante de mi vida.

Lo sabe. Por supuesto que lo sabe. Siempre se han tenido el uno al otro y siempre será así. Yixing siempre ha estado a su lado y Luhan le ha correspondido. No se han juzgado y se han cubierto las espaldas desde que eran dos enanos mocosos de barrios bajos que lloraban por todo. La obsesión de Luhan y la peligrosidad de Yixing. Un lazo que no se romperá jamás. Un lazo de hermanos muy, muy, fuerte. Irrompible.

-¿A qué has venido, realmente? -Cuestiona Luhan.

-A verte.

-¿Y?

-A conocer quién es esa chica. -Confiesa Yixing -No intervendré. No ahora. Igual que con Wendy, te las vas a apañar tú solo, pero recuerda que ella es distinta. Ella es fuerte, Luhan. Incluso si cae en tus encantos, es demasiado fuerte mentalmente. Puede que algún día sea tuya. Puede que logres tenerla bajo tu cuerpo jadeando por más. Puede que la vuelvas loca de placer. Puede, incluso, que logres que se marche contigo. -Le dice -Pero nunca lograrás someter su voluntad por completo. Es el tipo de mujer que te va a controlar y te dominará tanto como tú la domines a ella. Es peligrosa.

Luhan cree que Yixing exagera. Yixing sabe que no lo hace.

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Cuando Yixing sale, acompañado de Leeteuk, que va detrás intentando mantenerse oculto y no caer en la tentación de disparar a semejante hombre, este se detiene y observa a una Minseok que se para frente a él, al ver que la mira. Ella se ve linda, pero confundida. Sus ojos gatunos, tan extraños pero llamativos, lo miran bien abiertos y tiene sus mejillas ligeramente abultadas en un puchero que le recuerda a un Baozi.

Es muy hermosa. Sino fuera porque Luhan la desea, él la tendría en su cama. Se volvería loco hasta lograr tenerla como una de sus tantas amantes personales.

-Gracias por la estancia aquí y por el trato -Dice él con respeto. Ella, confundida, corresponde con una corta reverencia.

-De nada -Responde -Espero que se haya sentido cómodo.

-Mucho. Ha sido una visita agradable.

Dicho esto, Yixing sigue caminando con esa sonrisa de superioridad que tanto le caracteriza, logrando causar un escalofrío en ella qué, con cierto miedo, se gira a verle caminar. No sabe quién es, pero no le gusta. Le da miedo y le provoca ganas de correr. Sea quien sea, no es alguien con quién ella quiera relacionarse.

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora