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            Minseok tiene aceptado, después de aquello, que ama a Luhan. Acepta que le gusta, que su cuerpo lo desea y que la oscuridad la tienta. Pero se niega a ceder todo el control a alguien como él. Ella, una mujer dominante, no cederá nunca ante alguien como Luhan. Si bien este le ha dejado claro que ella le pertenece y que quiere que esté a su lado, ella piensa demostrarle hoy que nunca tendrá todo el control.

Sabe como hacerlo.

Con una sonrisa aparentemente inocente, digna de un rostro como el suyo, y acompañada de su fiel – y coqueto – amigo Kris, camina por el pasillo del sector en el cual se encuentra Luhan. No mira ninguna celda. Va, de hecho, directa a una en concreto.

Son las siete de la mañana y se presenta frente a la celda de Luhan. Con la porra en mano, golpea las barras de la celda, despertándolos de golpe. Jongdae se ve asustado y desorientado, pero su cara de malhumor denota que pronto soltará algún improperio. Baekhyun se ha caído de la cama del susto, dándose un fuerte golpe y Luhan se levanta de golpe con una mirada que promete dolor.

-¡¿Se puede saber qué estás haciendo?! -Grita, mirándola a ella directamente. No solo está cabreado por lo obvio, sino que también por el hecho de verla con Kris.

-Inspección sorpresa. -Anuncia -Ayer hablamos de esto. Hemos decidido que, de vez en cuando, hacemos inspección sorpresa.

¡Y una mierda!

Luhan sabe que es mentira. Maldita sea, lo ve en su mirada inocente. Ella se ha inventado todo eso para fastidiarle. Las inspecciones incluyen la metedura de dedos en el ano, y sabe que ella lo va a intentar. Pero no, señor. Se niega a acabar con dedos en el culo de nuevo. Ya lo ha sufrido unas cuantas veces y si pudo escapar una vez, puede de nuevo.

Pero algo le dice que no va a ser así esta vez. Quizás como le mira ella. Quizás el hecho de que esté sujetando, en estos instantes, unas esposas que prometen no libertad.

-Me ocuparé de Luhan -Dice Minseok -Ocúpate de los otros dos, por favor.

Kris la mira de reojo. Cree ver su ceño fruncido pero lo ignora. Abre la celda usando el código y entra. Luhan no se resiste a que le ponga las esposas, consciente de que hacerlo ahora no sería beneficioso para él. Pero eso no quiere decir que no esté atento a todo. Su cuerpo está alerta y la mirada que le dirige a Kris es suficiente para que este sepa el mensaje.

<<Propásate con ellos dos, y mueres>>

-Vamos, león. -Dice Minseok con burla -Tenemos una revisión que hacer.

-Hija de puta -Murmura. Ella ríe.

-Yo de ti tendría cuidado con las cosas que digo -Le avisa -Tu culo está en mis manos.

-¿Crees que voy a dejarme, acaso? -Le cuestiona. Se ve obligado a caminar por los pasillos y las escaleras que comunican al primer piso. Ella va detrás, apretando con fuerza las esposas que dejarán marca. -Las cosas no son tan simples, Minseok. No seas ingenua.

-El único ingenuo aquí eres tú, Luhan -Le susurra al oído. Él se estremece, aunque logra ocultarlo. -Ahora verás.

-Ya logré escapar una vez, ¿Qué te hace pensar que lo vas a lograr ahora?

-Bueno, como he dicho antes, lo verás ahora. -Dice -No seas impaciente. No trae nada bueno.

Sí. Se está burlando de él. A pesar de todo lo que ha sucedido hasta ahora, insiste en quedar por encima de él. Baila a su alrededor y saca las garras de leona. Es una reina, y no piensa dejar su trono por nadie, ni siquiera por ningún rey como él. Se lo está dejando claro.

<<Puedo ser tuya, pero mi voluntad me pertenece>>

Es un mensaje claro.

Cuando llegan al primer piso, Luhan se da cuenta de que no entran en la misma sala de siempre. Está más cerca de las escaleras y la puerta se ve más reforzada. Frunce el ceño, pero no dice nada. Se deja guiar hasta ella y entran. Entonces, Luhan palidece. La habitación es más pequeña y no tiene ningún punto de acceso más allá de esa puerta.

-¿Sorprendido? No vas a poder escapar de aquí -Dice.

Entran y cierra la puerta con fuerza. Entonces, pone un código que no logra ver. ¡Lo está encerrando!

-¡¿Qué haces?!

-Asegurarme de que no vas a poder salir. -Le cuenta -Hoy, la que domina soy yo.

-¡Y una mierda!

Pero Minseok se gira dispuesta. Pone a Luhan contra la pared, con la cara pegada a ésta y baja la cremallera del mono naranja. Se enguanta la mano y, con dificultad, por las esposas que inmovilizan al chino, mete la mano por el mono hasta su trasero. La mete entre los bóxers y acaricia la zona de su entrada. Luhan cierra los ojos y se relaja, sabiendo que no tiene manera de escapar de ahí. Tiene más fuerza que ella, pero ahora mismo la llave que ella le hace lo tiene completamente inmovilizado. Si hace algo, podría romperse el brazo. Le sale más a cuenta soportar esto.

-¿Eres consciente de que me vengaré?

-Sí, lo soy. Pero no te preocupes, porque entonces me vengaré de tu venganza, y así sucesivamente. -Le dice divertida. Sus dedos siguen acariciando la zona, lleva de nervios que impulsan un placer que Luhan disfruta y odia al mismo tiempo. -Así es la vida.

Finalmente, introduce un dedo dentro. Lo hace poco a poco para no dañarle, cuidando de él. Luhan muerde sus labios, pero acaba por soltar un jadeo cuando comienza a moverlo. Pronto hay un segundo y estos le dan placer. Ya no hay dolor como la primera vez, y lo disfruta plenamente. Pero sigue siendo humillante.

Ella no lo suelta y sigue usando sus dedos. Da contra su próstata varias veces y Luhan jadea. No se controla. Finalmente, ella deja de humillarle y saca sus dedos. Con la boca, saca el guante y lleva su mano a su erecto miembro, el cual acaricia hasta que se corre en su mano.

Él respira con fuerza, sus mejillas rojas y sus ojos enrojecidos del orgasmo. Ha sido demasiado intenso, pero no va a admitirlo nunca. Jamás.

Detrás, ella sonríe. De nuevo, ha demostrado que ella puede ser superior a él.

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora