2

174 17 0
                                    


            Tras tres horas enteras de camino sin un solo descanso, el coche para frente a una de las prisiones más famosas de Corea del sur. A través de la ventana, es capaz de ver la estructura del enorme edificio que sobresale de las paredes gruesas y altas, de más de quince metros, que la ocultan. Por si fuera poco, sobre las paredes hay una reja de un metro que se ve eléctrica.

Nadie puede escapar de ahí.

Sacándolo a la fuerza, Luhan se ve caminando sin miedo hacia la puerta. Ya para entrar, hay un enorme control. Dos policías uniformados con casco, porra y chaleco antibalas lo esperan y lo agarran con fuerza. Entonces, lo estampan contra la pared, con fuerza, y comienzan a tocar su cuerpo por encima.

-No lleva nada visible -Dice uno. -Déjenlo pasar.

Las puertas se abren, dejando ver el edificio completo. Luhan no duda que, más que una prisión, ahí debe haber otros elementos para que sea tan grande. Quizás espacios para reinsertar a los prisioneros, quizás salas para los policías. No lo sabe. Ya lo descubrirá.

Cuando entra por fin, se encuentra con tres policías más, dos hombres y una mujer que le llama la atención. Pasa de mirar a los hombres para contemplarla a ella con una seca sonrisa que no promete nada bueno. Cualquier otra se habría intimidado, ella solo alza una ceja.

-Así que este es el nuevo preso -Murmura uno de los policías -Tao, quédate a vigilar. Me llevaré a este idiota con Minseok.

Así que se llama Minseok.

-Sí, señor.

Los tres policías son destacables. El que parece superior es rubio con los cabellos ligeramente largos, es muy alto y posee rasgos extranjeros, con un acento norteamericano notable. El segundo, de cabellos negros, presenta unas ojeras de risa, más su rostro es seco, serio y frío. Pero es la chica quién llama su atención, con su estrecha cintura, sus caderas prominentes y sus grandes pechos.

Una sexy policía. Ñam, ñam.

Ella lo agarra con fuerza, colocándose detrás. Sujeta las fuertes esposas y, con un fuerte empujón, obliga al chino a que camine hacia donde ella desea. El rubio va delante, confiado. ¿Es que acaso no sabe que él podría derribar a una mujer sin esforzarse? ¿Tan poco se preocupa por su compañera? Oh bueno.

Luhan intenta librarse de ella. No duda que será capturado rápido, pero añadiría un poco de diversión al asunto, más cuando lo intenta, ella agarra sus dos manos y clava en sus muñecas sus largas uñas, provocando que él gruña.

-Inténtalo una vez más y haré algo más que clavártelas -Le susurra la policía -No me subestimes por ser una mujer.

Vaya que no debe hacerlo.

La primera planta parece ser más bien un recibidor, con poca – o ninguna – presencia de presos. Sabe que debe haber más cosas, porque cuando se acaba el recibidor, hay un pasillo con muchas puertas, pero solo es capaz de ver el contenido de una. Es una sala enorme, una que no promete nada bueno.

-Puedes retirarte -Dice el policía rubio a Minseok, pero ella niega.

-He hecho esto más veces de las que crees -Habla ella -Este conejito no presenta problemas para mí.

-¿Estás segura?

-Totalmente. Márchate.

Y lo hace.

Luhan se gira a ver a la sexy policía, de mejillas abultadas y ojos gatunos. La ve ponerse un guante azulado, parecido al de los cirujanos, y siente un escalofrío por todo el cuerpo. No sabe de qué se trata esto, pero sabe que no le va a gustar nada por la sonrisa que ella pone.

-Ahora, conejito, vamos a pasarlo bien -Dice Minseok -¿Cómo te llamas?

-Luhan -Responde -Y, al parecer, tú te llamas Minseok, preciosa.

-Para ti soy Señora Kim -Ordena Minseok -No te tomes tantas confianzas. ¿Crees que, por haber asesinado a una joven, vas a poder dominar sobre mí? No te creas tanto, chino de mierda.

Vaya con la policía sexy. Luhan se ve alzando una ceja. La observa de arriba abajo, interesado en la personalidad de esa mujer. Tiene un cuerpo increíble, pero no la hace idiota. Es la clara definición de las apariencias engañan. Y eso le encanta. Le pone a cien. Está seguro de que va a ser una estancia en prisión muy, pero muy, divertida.

-Ahora, sino te importa... -Murmura ella -Te vas a desnudar.

Antes de que pueda protestar, o hacer algún comentario sobre eso, ella lo libera de las esposas. Él no hace nada contra ella, incluso si está libre. La ve mostrando su pistola de forma disimulada y sabe que es una clara advertencia. Me haces algo y antes de que puedas siquiera tocarme, te traspaso la cabeza con esto. Su mirada no miente. Ella puede matarlo sin arrepentirse.

-Eres una pequeña fierecilla -Se burla el chino, comenzando a desnudarse -Ya me han hecho un control afuera.

-Lo sé, pero este es distinto.

-¿Quieres que hagamos un control juntos, o quieres verme desnudo, gatita? -Cuestiona cuando, finalmente, se quita los oscuros bóxers.

Queda completamente desnudo ante los ojos de la policía que lo mira desde la cabeza hasta los pies. Sin embargo, no muestra signos de excitación. Ha visto muchos cuerpos desnudos de hombres desde que está en esta prisión, así que poco le importa uno más. Pero reconoce que es sexy, con ese tatuaje misterioso en el pecho.

-Gírate -Ordena -Y pon las manos sobre esa pared.

Y Luhan lo hace.

De repente, se da cuenta de que se trata todo esto y poco puede hacer cuando ya tiene un dedo en su ano, rodeándolo hasta entrar completamente. Él gruñe de dolor, avergonzado por semejante acto. ¡Nada ha entrado jamás en ese lugar! Duele como el infierno, y eso que es solo un dedo, pero más duele cuando entra un segundo y comienza a moverlos.

-¡¿Se puede saber que... que haces?!

-Mirar que no te hayas metido nada por el culo -Responde -Una vez al mes, como mínimo, pasarás por esto, así que acostúmbrate.

-¡Saca tus dedos de ahí, joder! ¡Duele!

-No quiero -Se burla -¿Qué pasa, machote? ¿Te gusta demasiado y temes descubrir un lado de ti que no quieres?

-Me vengaré por esto...

Y es una promesa. Piensa cumplir su venganza por esto, pero no será ahora. Se comporta como un buen chico mientras ella mueve sus dedos por todo el ano hasta que, sin querer, toca un punto que lo hace gemir sin querer. Ella alza una ceja, pero no dice nada y sigue hasta que los retira.

-No tienes nada, enhorabuena.

Luhan no comenta nada. Se viste avergonzado, con más furia que nunca.

Esa maldita mujer se va a enterar.

.

.

.

En las prisiones este control se hace, no en todas, claro, pero no es legal que una mujer le haga este control a un hombre, igual que un hombre no puede hacérselo a una mujer. Podréis ver que tan buena es esta prisión con tan solo este punto... Y lo fierecilla que es Minseok. xD

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora