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            Luhan observa como Minseok se lo queda mirando por un largo tiempo. Unos segundos casi eternos. Alza una ceja al ver como ella frunce el ceño e infla sus mejillas, recordándole a uno de esos Baozis que, de pequeño, tanto amaba comer. Se ve linda, pero nunca se lo dirá. Sin embargo, todo ha venido debido una nueva carta de su hermano, firmada como LZY. A su forma de ver, una firma demasiado obvia, tanto que no entiende como Minseok no ha relacionado las siglas.

-¿Qué sucede? -Cuestiona.

-Nada. No es nada.

No es eso. Le pasa algo. Algo está pensando que la tiene inquieta y debe tener algo que ver, o con las cartas, o con la persona detrás de las cartas – lo que ella cree que puede ser –.

-Entonces, hazme el favor de darme la carta -Dice Luhan, alzando el brazo para que ella pueda pasarle los materiales que su hermano a mandado para él. -Quiero leerla, ¿Sabes?

-Sí...

Ella le pasa la bolsa con los materiales y Luhan la coge sin delicadeza. No están solos en la celda, pero a Luhan le importa poco. Le da una palmada en el culo a Minseok, la cual se deja hacer, y se sienta en la cama. Comienza a sacar las cosas de la bolsa, directo a la carta que abre para leerla.

"Falta poco, Ciervo. Ya estoy preparando la plata. Mi paciencia se agota día a día, así que espero que deshagas los nudos que te atan aquí, para poder actuar. Te veré en dos semanas."

Atentamente, LZY"

De nuevo, su hermano y su poca paciencia; claro que él no es quién para hablar, respecto la paciencia. Maldita sea, debe tener menos que su hermano mayor. Pero le causa gracia como su hermano tiene prisa por sacarlo de la cárcel, y sabe que el interés detrás de todo no es por dinero, o porque esté cansado de observar el sector de Luhan. El interés es puramente amoroso. Preocupación de hermano mayor.

Siempre se han tenido el uno al otro. Antes que sus padres, antes que los amigos. Antes que todos, han estado el uno al lado del otro, unidos por la fidelidad de la hermandad que poseen. Estar tanto tiempo separados no es una costumbre en ellos, así que entiende que Yixing esté desesperado por sacarlo. Solo han pasado algo más de dos meses, pero es tiempo suficiente para que se ponga nervioso. Hasta ahora, no han pasado mas de un mes separados. Es la primera vez que pasan tanto tiempo el uno sin el otro. Bueno, se han visto dos veces, pero él no cuenta esas reuniones y está seguro de que Yixing tampoco.

-Luhan... -Murmura Minseok. Este alza la vista y la ve acercarse a él, quedándose parada a tan solo dos pasos. -Te voy a hacer unas preguntas.

Es gracioso como no pregunta si puede hacerlas. Asume que él las va a contestar.

-Adelante. -No pierde nada saciando su curiosidad.

-¿La persona que escribe las cartas, es la misma persona que te ha visitado dos veces? -Cuestiona ella. -La primera vez que lo vi, no supe que te había ido a visitar a ti, pero la segunda lo averigüé.

-¿Cómo lo supiste?

-Se le escapó a Leeteuk.

Ese estúpido...

-Ya veo... -Comenta, como si no le interesara el tema -No pierdo nada diciéndotelo. Es la misma persona, sí. ¿Y? ¿Sucede algo?

-¿Por qué te apodan El Ciervo? -Pregunta -Me dijiste que es solo un apodo, pero todos en la cárcel te llaman así -Mierda. En ese momento, Luhan frunce el ceño, llamando la atención del instinto de Minseok. El asesino oculta algo. -¿Por qué te llaman El Ciervo? ¿Qué apodo es ese y por qué? ¿Qué me estás ocultando?

Demasiadas preguntas para la bloqueada mente de Luhan el cual, de rabia, arruga la carta. Minseok tiene una curiosidad peligrosa, pero sabe que no es su culpa. Ella es una policía y él un preso que ha asesinado, que ella sepa, a una mujer inocente. Además, la culpa ha sido suya. Ha olvidado que Minseok es policía y debe tener un instinto agudo. Ha pasado por alto que todos lo han reconocido y le llaman por ese apodo, y que tarde o temprano llegaría a sus oídos.

-Luhan, contesta -Insiste Minseok.

Jongdae y Baekhyun se miran en silencio, observando la escena interesados. Luhan está en un gran problema y ellos tienen curiosidad por ver como sale de esta. Muchas cosas pueden pasar ahora.

-Es un apodo -Insiste -Un apodo que me gusta. Siempre lo han utilizado conmigo porque yo lo he querido y ahora todos me llaman así. Es misterioso. Es solo eso.

Minseok frunce el ceño.

-¿Te crees que soy idiota, o algo? -Le pregunta ella -Mira, puede que hayas logrado que me abra de piernas para ti. Puede que, pese a ser una asquerosa persona, me gustes. Puede que esté siendo idiota queriéndote. Puede, incluso, que sea, al final, una ingenua, pero no sé que diablos tenemos y tú me ocultas cosas. Odio esto, Luhan.

-No oculto nada.

-¿Qué es El Ciervo?

-¡Es solo un apodo! ¡Un simple y estúpido apodo, Minseok! -Grita, alzándose de golpe. Su rostro se ve furioso y da miedo, pero ella no se rebaja. Lejos de eso, saca la pistola y apunta directamente al pecho del chino, la zona del corazón. Este se bloquea, sabiendo que, pese a todo, ella está de parte de la justicia. Un movimiento mínimamente brusco hacia ella y disparará por protección.

<<Siempre se me olvida que ella no es Wendy>>

A Wendy le gritaba y ella se asustaba. A Wendy la golpeó para someterla a él, la gritó y la humilló cientos de veces a solas. Con Wendy, Luhan era el dominante rey que sometía a su esclava para que fuera siempre suya. Wendy, cuyo corazón era bondadoso y bueno, era una mujer débil y frágil, muy fácil de dominar. No supo nunca controlar la fiera que es Luhan. Pero Minseok es totalmente opuesta a ella. Minseok somete a Luhan, no se deja golpear ni se deja dominar. Minseok le deja claro día a día que, si le pone un solo dedo encima, habrán consecuencias. Minseok no es la esclava de Luhan. Ella es la reina.

Luhan nunca podrá someterla, y es ahora cuando lo ve. Ahora ve todo lo que Yixing le ha advertido. Minseok es independiente y siempre lo va a ser. Nada de lo que haga logrará que Minseok sea sometida al cien por cien. Si comete los mismos errores que cometió con Wendy, el muerto será él, no ella. Porque Minseok tiene un instinto de supervivencia demasiado fuerte, y Luhan pierde el control ante las cosas – y las personas – que son suyas y desea. Cuando pierde el control, no piensa. Minseok siempre tiene la cabeza fría.

De los dos, el que saldrá perdiendo si comete errores, es Luhan, no Minseok. En el pasado, una Wendy sometida murió a causa de los errores de Luhan. Porque Wendy se sometió, pero nunca se entregó a él. Nunca lo amó. Nunca lo quiso. Luhan la alejó a cada grito, a cada golpe, y finalmente la mató.

-Alza esa mano una vez más y disparo -Dice Minseok. Porque sí, Luhan ha alzado la mano con la intención de darle, ante los asustados ojos de sus compañeros. Pero no la ha movido. Paralizado, se ha dado cuenta del error -Un movimiento erróneo más, y todo lo que tenemos se acabará para siempre. Tomaré un traslado, un avión y me marcharé lejos de ti. ¿Crees que no sé que tipo de persona eres?

Maldita sea...

-Ahora, Luhan, si realmente me amas un poco, baja esa mano, siéntate y contéstame.

Y, sorprendentemente, El Ciervo se somete a la voluntad de la reina y se sienta sobre el colchón, intentando relajarse. Ella no baja la pistola, pero se acerca un poco más a él.

-¿Quién es El Ciervo? ¿Quién eres realmente?

-Te lo diré, pero no ahora.

-¿Por qué?

<<Porque no estás preparada para saberlo. Porque huirás de mí. Porque no quiero dañarte como dañé a Wendy. No quiero cometer los mismos errores. Porque no será bueno>>

-Porque... -Intenta decir -Porque yo no estoy preparado.

Y cuando dice la frase, una pretendida mentira, se da cuenta de que, en realidad, ha sido cierta. Al final, por muchas excusas que se ponga, la única verdad es esa. Él no está preparado para decírselo.

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora