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            Una semana después, todo parece estar tranquilo. Han habido algunos incidentes destacables, pero nada demasiado grave que pueda preocupar. Han llegado algunos presos nuevos, los cuales han sido rápidamente puestos en su lugar por Luhan. Véase que alguno ha intentado verse dominante y tener el título que el chino regenta, pero ha fallado en el intento. El resultado ha sido una paliza preocupante y un diente menos.

Salvo eso, todo sigue igual. Luhan logra tener momentos a solas con Minseok, siempre con ayuda de Jongdae y Baekhyun cuyo trato, a estas alturas, es distinto. Si ellos siguen ayudándole como hasta ahora, no solo tendrán su fuerza, sino que, también, serán sacados de la cárcel por su hermano. Lo que harán después, nadie lo sabe; eso sí, tienen la salida asegurada gracias a Luhan.

-Minseok -Alguien la nombra.

La chica de ojos gatunos y mejillas pronunciadas se gira algo alterada, encontrándose cara a cara con Kris. Es su compañero, así que no es extraordinario encontrárselo a su lado. Sin embargo, algo en su expresión la amarga. Hay algo mal.

-¿Sucede algo, Kris? -Cuestiona, colocándose totalmente delante de él, cara a cara. Kris asiente.

-Debes seguirme. -Dice -Tenemos que hablar muy seriamente.

Y, con eso, acaba de asustarla más. Minseok asiente con la cabeza, con una lentitud preocupante. Hace, sin pensarlo demasiado, un puchero con sus labios y sigue obedientemente a Kris, que camina delante. No dice nada más durante el trayecto, pero su semblante es cada vez más alarmante.

Minseok analiza lo que ha estado haciendo en los últimos días que pueda haberle molestado. No ha hecho nada distinto. Ha seguido todas las rutinas, las normas más importantes, ha ido al gimnasio de la cárcel y se ha duchado, poco antes de que acabe su servicio, en el vestuario femenino, ha dado alguna que otra paliza como siempre y se ha burlado de los nuevos presos para dejarles claro que, por ser mujer, no es débil.

No. No ha hecho nada distinto. ¿Qué lo tiene tan molesto, entonces?

Llegan a la sala común, la cual debería de estar ocupada por algunos policías. Sin embargo, cuando entran, Minseok se encuentra con que no hay ni un alma por ahí.

-Que raro... -Murmura -No hay nadie.

-No, pedí que se marcharan por unos cuantos minutos -Le revela Kris -Realmente necesito contarte un par de cosas.

Minseok asiente, mirándolo fijamente. Ambos toman asiento en las sillas que rodean una de las mesas y Kris infla sus pulmones para poder comenzar, de alguna manera, lo que tiene que decirle. Esos gestos solo la ponen más nerviosa.

-Minseok... -Inicia -Estos meses han dado para mucho, supongo que lo sabes... -Dice -No has sido tan discreta como crees.

-¿De qué hablas? -Finge inocencia. No se le da mal, pero no sirve. No con Kris. No con quien la conoce tan bien.

-De lo tuyo con Luhan -Dice, finalmente. Ella no puede ocultar la sorpresa en su rostro, reflejada en sus ojos completamente abiertos y en su boca apretada, haciendo una leve mueca que no indica nada bueno. -¿Ya sabes de que hablo?

-¿Qué pasa con eso? -Comenta ella a la defensiva, sin mirarlo a los ojos -Tú dejas que los presos te la... a cambio de información y no decimos nada. ¿Por qué pasa algo malo si yo me acuesto con un preso? ¿Es porque soy mujer?

-No tiene nada que ver -Dice corriendo -Minseok, escúchame hasta el final, por favor. Tengo que avisarte de algo muy importante. No sabes lo que estás haciendo.

-¡Sé cuidarme sola!

-¡No tienes ni puta idea de quién es él, en realidad! -Le grita, alzando la voz más de lo que él mismo quiere. Minseok se estremece, no solo por el grito en sí, sino por las mismas palabras, y cierra la boca. Lo va a escuchar. Incluso si no quiere, lo va a hacer.

Kris, pese a todo lo que pueda aparentar, es un gran amigo. Fuera de sus múltiples intentos por acostarse con ella, es alguien que la ha apoyado en todo y la respeta. Siempre se preocupa por ella, le da consejos y ha estado a su lado, en las buenas y en las malas. Esta vez no va a ser distinto. Lo ve en sus ojos. Kris teme por algo; algo que ella no sabe.

-¿Qué sucede, Kris? -Pregunta. No sabe si quiere, realmente, saberlo, pero su instinto la invita a escucharle. -¿Qué está pasando? ¿Qué no sé?

-¿No te has preguntado nunca, por qué le llaman El Ciervo? -Le cuestiona. Ella asiente -¿Quién es realmente la persona que escribe las cartas? ¿El hombre que lo visita?

-Por supuesto. -Admite -Pero Luhan no quiere decirme nada.

-Claro que no te dice nada... -Murmura desesperado. Kris se ve pálido, y eso la asusta. Pocas veces lo ha visto tan mal. -Si te hubiera dicho quién es realmente... si hubieras sabido toda la verdad, quizás... -Pero no acaba la frase.

-¿Quizás qué?

-Quizás podrías haber huido a tiempo de sus temibles garras -Confiesa -Maldita sea, Minseok; todos supimos desde el principio lo que estaba pasando, pero no dijimos nada. Pensamos que, quizás, era mejor para ti no saberlo. Pensamos que te estábamos protegiendo. -Dice, como si se estuviera disculpando. Minseok lo entiende así. ¿Qué tan grave es? ¿Qué cosas le han ocultado? -No creíamos que fueras tan en serio con él, y ahora... ahora ya es tarde.

-Kris... me estás dando miedo.

<<La verdad debe dártelo>> Piensa Kris.

-Supongo que sabes sobre el incidente de hace un tiempo, en el cual robaron unos archivos relacionados con el mafioso temible Lay. -Comienza. Minseok asiente, sin encontrarle relación alguna. -El nombre real de Lay es Zhang Yixing -Dice. -Lay Zhang Yixing. ¿No te suena de algo?

-¿Debería?

-LZY. Lay Zhang Yixing.

Como si toda una verdad la hubiera golpeado, Minseok abre los ojos como platos y deja de respirar por unos cortos segundos. Siente un mareo que la hace sujetarse a los anchos hombros de su compañero, el cual la sujeta pálido. No es un tema fácil y contárselo tampoco. De hecho, todos los policías han estado hablando de esto durante varios días, decidiendo quién podría tratar este tema mejor. Al final, decidieron que Kris era el más apto, por su cercanía a ella.

-Minseok, ¿Estás bien?

-Luhan... -Susurra -Luhan tiene relación con el mafioso más temido del gigante asiático...

-Sí, pero eso no es todo. -Confiesa. Minseok alza la vista, temiendo saber más. Sus ojos están al borde del llanto, temiendo escuchar que Luhan es parte de su mafia.

-¿Qué más, Kris? ¿Qué más?

-El nombre real de Luhan, con apellido, es Zhang Luhan. -Rebela. -Luhan es el hermano menor de Zhang Yixing... Luhan es El Ciervo, el famoso Ciervo que pertenece a la mafia de Lay, experto sicario.

Maldita sea. Ciervo, aquel que tiene sobre su espalda más de cuarenta muertes y contando. Aquel hermano cuyo rostro nadie ha visto nunca. Aquel hombre lleno de misterios y de fama intocable. El llamado el segundo miembro de la mafia china más peligroso, solo superado por su propio hermano.

Toda la información de Luhan hasta ahora obtenida es falsa. Todo, completamente todo, es inventado. Nada sobre Luhan es cierto, porque la verdadera historia de Luhan es la del Ciervo y lo poco que se sabe de este, salvo que es el hermano de Yixing, que es temible y los muchos asesinatos que tiene a sus espaldas, en Corea y en China.

Luhan. El Ciervo. Lo ha tenido siempre delante, ante sus ojos, pero nunca lo ha relacionado. ¿Cómo ha podido ser tan estúpida? ¿Cómo, si ella siempre relaciona este tipo de cosas? ¿Por qué ha sido tan ciega?

-¿Minseok?

No procesa la información. No se da cuenta de las lágrimas que caen, de la falta de respiración estable y del temblor de su cuerpo. Kris la sienta sobre el suelo y la abraza, intentando controlar el ataque de ansiedad que le da a una perdida Minseok. Una Minseok metida en sus propios demonios.

<<Me he enamorado del peor hombre del planeta>>

Y, en medio de aquel ataque de pánico, Minseok se da cuenta de una cruda realidad. Está tan enamorada de él que, incluso sabiéndolo, no quiere abandonarlo.

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora