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            Que Luhan no esté alrededor de ellos dos en, al menos, cuatro días, es problemático. Jongdae lo sabe cuándo pone un pie fuera de la celda, obligado por los policías, y es observado intensamente por ciertos presos con los cuales aún tiene una cuenta pendiente. A su lado va Baekhyun, nada relajado e intentando mantenerse pegado a su amigo para hacer algo de bulto y que no le hagan nada.

Es la hora de la ducha, la cual es cada dos días en esta cárcel. Jongdae sabe lo problemático que puede llegar a ser ducharse, sobretodo teniendo cuentas pendientes. Por si fuera poco, las personas a las cuales les debe un favor no son especialmente buenas de corazón. No es que Luhan lo sea – él sabe bien que ese chino es un loco acosador – pero esos tíos están metidos en una peligrosa mafia.

¿En qué momento Jongdae pensó que sería buena idea pedirles algo? Mierda.

Todos en fila, caminan hasta la ducha. Se mantienen ordenados, pues están rodeados de policías con sus armas fuera, dispuestas a disparar a cualquiera que fuera mínimamente problemático. Entre ellos, Minseok, luciéndose como siempre. Es la única mujer policía de la cárcel, pero se ha creado su hueco aquí. No hay preso que no la respete o, al menos, sepa de su fama. Bueno, alguno hay, como Luhan. Pero Luhan, de nuevo, es otro tema.

-Están detrás nuestro -Le susurra Baekhyun al oído -¿Estarás bien?

-Mientras te mantengas a mi lado por si acaso, creo que sí -Aclara, intentando que no se note el temblor en su voz -Maldita sea, no pararán hasta que les pague el favor.

-Eso te pasa por pedirles ayuda. -Le recrimina -¿Cómo se te ocurrió algo así?

-¡Estaba siendo perseguido injustamente por otro grupo de reclusos! -Protesta con clara ofensa. -Necesitaba alguien que pudiera darles unos buenos golpes. Sirvió para que no volvieran a molestarme, pero ahora los tengo siguiéndome para pagarles. No tendría problemas si el pago no incluyera poner mi culo para uno de ellos.

-Yo lo haría. -Dice -No es que me gusten, pero soy bisexual y con tal de perderles de vista, me dejaría hacer.

-¡Sí, pero yo soy heterosexual!

Maldita sea, pero si para él ya era todo un trauma ser revisado, como mínimo, una vez al mes. Esas revisiones que incluían uno o dos dedos en su ya no tan intacto trasero lo tienen traumado. ¡No quiere, encima, un miembro dentro! ¡No! ¡Iugh! Él respeta los gustos sexuales, pero la idea de estar con otro hombre es... asquerosa.

Cuando por fin llegan a las duchas, asegurándose de tener su culo pegado a la pared, se desnuda y se mete en una de las duchas, asegurándose de no perder de vista su ropa. Lleva el tiempo suficiente como para saber esas cosas básicas de supervivencia. A un lado, a la derecha, está Baekhyun, más relajado que él. A su izquierda, uno de esos tíos a los cuales le debe el favor.

No le mira, tampoco le habla. Sin embargo, Jongdae sabe que no debe relajarse. Los conoce lo suficientemente bien como para saber que, en cualquier momento, atacarán. Lo pillarán cuando esté mínimamente distraído y le obligarán a pagar por aquello que pidió hace algunos meses.

<<Maldito Luhan, ¿Dónde estás cuándo se te necesita?>>

El tiempo para ducharse se acaba, así que cierra el agua, alcanza una toalla y se seca, manteniéndose lo más pegado posible a Baekhyun. No es que sea de mucha ayuda, pero intimida a varios con sus tatuajes y su cara de malhumor en días como este. Baekhyun no es tan frágil como parece a primera vista.

Pero eso no quita que los vigilen. Cada gesto, cada movimiento, es seguido por alguno de ellos. Jongdae sabe que, en cualquier momento, atacarán y debe estar lo más atento posible. Sino quiere acabar poniendo el culo, o golpeado hasta casi la muerte, debe vigilar cada paso que dé junto a Baekhyun y, sobretodo, no separarse. Juntos pueden hacer más cosas que por separado. Con esa mentalidad, los dos se duchan pegados.

Vestidos y más relajados, ambos chicos salen de las duchas para volver con rapidez a la celda. Si se encierran ahí, pueden dar por hecho unas cuantas horas de paz y tranquilidad. Solo deben llegar a tiempo.

-¿No estamos caminando demasiado rápido? -Cuestiona Jongdae.

-Deberías de tener prisa. -Le recuerda -Están detrás nuestro.

-Mierda.

No lo piensan ni un solo instante. Caminan con una rapidez cercana al trote, con esos hombres pegados a ellos a tan solo unos cuantos metros. Después de la ducha, tienen el suficiente tiempo posible antes de tener que volver a la celda como para dar una paliza a alguien. Hoy, ese alguien va a ser Jongdae, con un Baekhyun de efecto colateral. Lo tienen claro, y ellos dos lo saben. La forma de caminar, sus expresiones chulescas y la insistencia. Todo indica paliza y a saber qué cosas más.

-Maldita sea... -Susurra Baekhyun -Espero que esto te haga aprender una importante lección cuando se trata de tipos como este.

-Créeme cuando te digo que he aprendido la lección -Murmura con palidez -Pero ahora, sigue caminando y actúa como si nada. No creo que nos beneficie que los policías se den cuenta.

-Siendo como son, acabaremos siendo castigados todos, incluso si nosotros somos las víctimas.

-Para ellos, Baekhyun, solo somos escoria -Recuerda el de sonrisa gatuna -Escoria que podría dejar de existir.

El de tatuajes por el cuerpo no replica, pues no puede estar más de acuerdo con su comentario. Sin embargo, no es el tema importante aquí, así que tampoco se esfuerza en seguirlo. Prefiere centrarse en seguir con vida que en si son, o no, escoria o basura para los policías de la cárcel.

Los sienten cada vez más cerca y, en algún punto, comienzan a correr, viéndose cercanos a su celda. Con suerte, si siguen así, pueden entrar y cerrar la reja sin ser golpeados. Pero, viendo como corren sus captores, necesitan un milagro para que eso suceda, y los milagros en la cárcel son escasos, casi inexistentes. Cuentos de hadas en los cuales nadie cree. Cuentos de fábulas para los recién llegados, abandonados tan pronto reciben la primera paliza y los policías no hacen nada.

-¡Mirad como corren! -Escuchan detrás de ellos.

-¡Corren como nenas!

-¡A por ellos! ¡Vamos a mostrar a ese idiota lo que sucede cuando no pagas tu parte del trato! -Dijo el que identificaron como el jefe, a quién le debía el favor.

Les pisaban los talones y estaban cada vez más cerca. Tanto Jongdae como Baekhyun giraron hacia la derecha, pero fueron rápidamente capturados. Ambos fueron agarrados de los brazos, siendo tirados al suelo con muchísima fuerza.

-Míralos, tan indefensos ahora -Dice uno de ellos.

Jongdae hace una mueca. Se niega a parecer indefenso, incluso si el miedo lo tiene paralizado. Puede que reciba la paliza de su vida, pero será peleando, porque no piensa seguir siendo el chico que alguna vez fue. Rápidamente, se levanta y golpea en el estómago al jefe de ese grupo, provocando que escupiera saliva y gotas de sangre. Este maldice, retorciéndose, pero no tarda en mandar la orden de pelea.

Animado por la acción de Jongdae, Baekhyun se alza y comienza a repartir golpes, ayudando a un Jongdae que continúa golpeando. Los dos forman un equipo increíble, pero están en inferioridad numérica y no son realmente fuertes. Por eso mismo, comienzan a ser superados. Incluso si dan fuertes golpes, los que reciben son mayores y acaban en el suelo siendo pateados por los demás.

El dolor es indescriptible, pero no se arrepienten de haberlos provocado. Han peleado, han demostrado que no son realmente cobardes y algunos se lo pensarán antes de ir a por ellos. Pasará. Esto terminará pasando.

De repente, dejan de recibir golpes, pero el sonido de una pelea se sigue oyendo. Cuando abren los ojos, se encuentran a una Minseok dando golpes con la porra a los prisioneros, junto un Tao que no parecía demasiado conforme con el hecho de intervenir a favor de algunos presos. Minseok y su sentido de la justicia de nuevo.

-¡Y por todo esto, estaréis una semana en aislamiento! -Grita ella una vez acaba. -Y vosotros dos... -Se gira a verles -Os llevaré a enfermería para que os curen esto y recibiréis un castigo. Las peleas no están permitidas, aunque entiendo que os habéis defendido. Por eso, solo será un pequeño castigo.

Ah... algo es algo. Por lo menos, la deuda está pagada... a golpes.

Entre rejas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora