Dos

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Fernando


—Por favor, dime que estás poniendo atención a todo lo que están hablando.

Escucho la voz de un hombre a mi lado y regreso a mi realidad después de perderme en mi mente por un momento. O tal vez por minutos.

—Sí, sí los estoy escuchando —respondo en cuanto lo veo; se trata de mi padre, el señor Emilio Galván, quien me ve molesto porque sabe que no es verdad. 

—Por favor, concéntrate. Jamás te pido nada y solo quiero que prestes atención a esto, es demasiado importante y no quiero que pierdas detalle.

—Está bien, no te preocupes.

Se reacomodó en su lugar mientras yo permanecí en la misma posición. Llevo poco más de media hora en esta silla y siento que mi trasero está perdiendo forma, que se está quedando plano. Estamos en la sala de juntas en la presentación de los proyectos en la empresa para los próximos meses y el siguiente año.

Somos parte del grupo inmobiliario más reconocido de la ciudad de Monterrey: Galván Desarrollos. La empresa desarrolla y opera proyectos residenciales y centros comerciales en el estado de Nuevo León. Quien está al frente de todo esto es mi abuelo, quien fundó la empresa hace más de veinte años, seguido de mi padre, además de mi tío y un gran equipo de asociados y colaboradores. Por mi parte tengo cerca de seis años trabajando aquí aun cuando era estudiante, he acompañado a mi padre en varios trabajos, pero no me he hecho cargo de algo tan importante... Hasta ahora.

Miércoles, poco más de las cinco de la tarde, esta junta se extendió más de lo normal debido a un futuro proyecto departamental en la zona más exclusiva de San Pedro. Ya he hablado lo suficiente, aportando más detalles a una idea que di hace días que puede beneficiar a la construcción, y solo quiero salir de aquí. Tengo un compromiso y ya voy tarde.

Trato de mantenerme concentrado cuando comienza a vibrar en varias ocasiones mi teléfono. Lo ignoro por completo pero no deja de hacer eso, fue hasta que vi a mi asistente, la señora Gabriela, al otro lado del cristal que me hace señas sin que los ingenieros lo noten, parece que es más importante de lo que pensaba. No lo dudo más y verifico qué es lo que sucede. Lo que sospechaba, son mensajes de mi hermana preguntando si voy a ir a visitarla o no. Aprieto el puente de mi nariz, frustrado al ver que esto no acaba. Pero cuando menos lo imagino dan por terminada la reunión del día de hoy.

Los ingenieros se despiden y cada uno comienza a tomar su camino, recordando que hay que poner en marcha el trabajo que es uno de los más importantes en este año, además de escuchar felicitaciones y una ronda de aplausos que me sacan de onda. Todos salen, y lo mismo pienso hacer cuando mi padre me detiene justo antes de llegar al ascensor.

—Fernando, espera.

—¿Qué pasa? Papá, tengo que irme. Hoy es miércoles y tengo que ver a...

—Lo sé, sé que llevas prisa. —Interrumpe—. Pero esto es importante.

Por volverte a ver [Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora