Treinta y seis

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C A P Í T U L O   F I N A L


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Bárbara


La última vez que dormí mis ocho horas fue hace varias semanas. Ahora apenas y duermo unas cuatro, o incluso menos.

Durante estos días he permanecido despierta durante casi toda la noche, por más que trato de tomar una buena posición para descansar simplemente no puedo. Con mi enorme barriga me es imposible, añadiendo que el bebé no deja de moverse precisamente a estas horas, incluso he sentido dolor en la parte de mis costillas por los movimientos tan bruscos que hace en ocasiones.

Este último mes ha sido el más difícil.

A veces, cuando Fernando está a punto de irse a trabajar, me encuentra sentada en la cama con los ojos cerrados. Ha conseguido un montón de almohadas para poder tratar de tomar una posición más cómoda para lograr dormir, pero es imposible. Aún falta poco más de una semana para la llegada del bebé, será los primeros días de marzo. Siento un sinfín de nervios recorrer mi cuerpo, temor por lo que sucederá ese día, pero debo tener fe que todo saldrá bien.

Es el mes de febrero, hoy es una fría mañana y ha llovido un poco en la ciudad, es normal en este mes ya que el clima es variado, no hay uno en especial. Desde hace un par de semanas dejé de trabajar para tomar un descanso previo al parto. Observo a Fer caminar de un lado a otro preparándose para ir a trabajar, lo veo abotonarse su camisa y aprecio sus tatuajes.

Me siento en el borde de la cama, llevo una bata para dormir puesta ya que me siento más cómoda con esta prenda de vestir. A pesar de hacer frio por momentos siento un poco de calor. Me duele demasiado la espalda por la terrible posición que debo tomar para dormir solo unos cuantos minutos.

—¿A dónde vas? Sigue durmiendo, es demasiado temprano —me dice mientras se coloca su corbata. Huelo su fragancia que siempre he amado desde la noche que nos volvimos a ver.

—Quiero ver por la ventana en el momento que te vas. Sabes que siempre lo hago —digo mientras suelto un largo bostezo.

—Está bien, pero debes dormir más. Por lo que veo, el bebé de nuevo no dejó de moverse. —Solo niego con la cabeza y le doy una sonrisa.

—Supongo que será una clase de deportista porque da demasiadas patadas.

—Seguro le gustará el futbol o las artes marciales mixtas.

Ambos soltamos una risita. Debo admitir que en estas últimas dos noches, el bebé se mueve más de la cuenta, como si fueran las dos de la tarde.

—Ya falta poco, aunque debo de decir que dormirás más, pero es mentira.

Por volverte a ver [Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora