Capítulo 03.

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Los declaro marido y mujer.

"Hay felicidad en saber que alguien se atrevió a confiar en el vínculo sagrado del matrimonio, detrás de cada promesa hecha en el altar reside la más bella esperanza de los enamorados."

Frank corrió hasta que las piernas no le pudieron más y se sentó en el suelo tratando de tomar aire luego reviso el arma para ver si tenía suficientes balas.

-Voy a llegar antes que los declaren marido y mujer, lo juro- se puso de pie y siguió corriendo entre los matorrales.

Por otro lado, Mia estaba en el salón de belleza, súper emocionada al lugar se habían acercado varios curiosos que saludaron a la nueva princesa de Villa Hermosa, algunos decían que seria también la futura reina pero Mia apenas se estaba acostumbrando a causar tantos revueltos cuando pisaba un sitio. Los flashes de las cámaras la cegaron por unos instantes, antes de entrar.

-Bienvenidas, altezas- dijo la dueña, haciendo una reverencia- pasen por aquí. Laura entro con la barbilla muy en alto, seguidas por Coral, Mia, Carlota y sus hijas.

-¿Cómo quieren que las maquillemos y peinemos?- pregunto la dueña del salón.

-Pues para la novia algo sencillo no quiero que la maquillen mucho y peinado el cabello recogido totalmente, para que puedas poner la corona de diamante- Laura saco una maleta y de ella única corona de diamantes.

-Wow, es hermoso- dijo Mia, tomando la apreciada joya con delicadeza- ¿en serio, me colocaré esto?

-Claro, cuando el padre diga “Los declaro marido y mujer” también te estarán declarando princesa de Villa Hermosa, esa será tu corona de ahora en adelante.

- Quiere decir que es mía? - aun asombrada.

-Así es- dijo Carlota- serás la novia más hermosa que haya visto, Mia.

-Gracias de verdad- dijo Mia emocionada, tratando de controlar las lágrimas. Unas cuantas horas después, todas estaban listas, Mia se miro al espejo le encanto lo que vio, Laura tenia razón al decirle que debía lucir poco maquillaje, la corona en su cabeza era muy llamativa para que su cara pareciera un payaso, sonó el teléfono de Mia.

-¿Hola?

-Hola, Mia. Soy tu papá- con voz ronca y autoritaria, hay que recordar que era militar.

-¡Papá!- exclamo con alegría- ¿Ya llegaste al aeropuerto?

-Si, hace como media hora, ya estoy en el palacio…Gracias por enviar un auto a recogerme.

-De nada, llegare en unos minutos.

-Esta bien, aquí te espero. Muero de ganas de verte a ti y a mi nieta aun no la he visto este lugar es enorme- riéndose.

-Si- ella también se río- luego te daré un recorrido. Nos vemos más tarde- después de colgar, Mia se monto en la limosina que estaba afuera del salón. Matthew estaba arriba en la habitación que le había tocado dormir, arreglándose enfrente del espejo. Cuando entro su gran amigo Dominic.

-No puedo creer que por fin te casas- dándole unas palmadas en la espaldas- Claro, con la mujer que si amas.

-Tu lo has dicho- sonrío- siento unos nervios tremendos, hermano. Ni cuando me case con Helen.

-Es diferente porque a Mia si la amas y quieres envejecer a su lado.

-Ya te estas poniendo sentimental- Los dos se echaron a reír pero luego tocaron la puerta, entro uno de los guardias reales.

-Alteza, tenemos que comunicarle una noticia. - Se veía preocupado.

-¿De que se trata?

-Es que hubo una fuga de la prisión de máxima seguridad.

-¿Cómo? ¿Quién escapo?- pregunto preocupado.

-Frank O' brien… -No termino de hablar cuando el príncipe Matthew soltó una maldición.

-¿Cómo sucedió tal cosa?- casi gritando- Es una de las mejores cárceles de América, nadie ha escapado de allí.

-Lo se, Alteza- dijo el hombre aclarándose la garganta- lo que sucede es que el abogado del señor Frank logro que un juez lo trasladara a otra cárcel antes del juicio, él y otro preso cuando iban en el autobús, lograron someter a los guardias y escapar.

-¡Esto es insólito!- exclamo enojado, comenzó a caminar de un lado a otro preocupado.

-¿Pero aun no hay señas de su paradero?- pregunto Dominic.

-No, bueno el señor Frank con el otro recluso, corrieron hacia los sembradíos y donde encontramos muerto al otro preso, suponemos que fue Frank.

-Ese tipo es un demente, no puede andar por la calle-dijo Dominic angustiado.

-Quiero que triplique la seguridad en el palacio, ese desgraciado seguro quiere impedir mi boda o secuestrar nuevamente a Mia, no quiero recorrer ese riesgo.

-No se preocupe, alteza. Eso lo esta resuelto, hace rato hablamos con el ejercito así que la iglesia y el palacio es impenetrable.

-Eso espero- pasándose una mano por el pelo, así estaban sus nervios no por él, sino por su familia, Frank había demostrado que se había vuelto loco con los años y su obsesión hacia Mia- No quiero que despeguen los ojos de mi mujer ni de mi hija, no quiero que le digan nada de esto a nadie, puedes retirarte. -El guardia hizo una reverencia se dispuso a irse, cuando Matthew lo llamo de nuevo. -Si ven a Frank, quiero que disparen a matar- con una voz que helaría la sangre de cualquier enemigo, el guardia asintió y salio de la habitación.

-¿No le dirás a Mia?- pregunto Dominic, también preocupado.

-No quiero angustiarla con esto- sentándose en la cama- es mejor guardar el secreto, hasta después de habernos casado.

*

Todos los invitados estaban en iglesia, afuera había mucha gente esperando ver al príncipe contraer nuevamente matrimonio.

También había demasiada seguridad hasta francotiradores en las azoteas por si acaso Frank quería hacer algo estupido. Mia estaba lista con su vestido de novia, su buquet y su hija estaba preciosa también con un vestido blanco, su tiara y llevaba una cesta con rosas blancas.

-Hija, estas hermosa- dijo el padre de Mia, dándole un beso en la mejilla- estoy feliz por ti.

-Gracias, papá- Mia se le aguaron los ojos pero no quería que se le dañara el maquillaje por la emoción.

-Abuelo -dijo Julieta- ¿Vas a quedarte con nosotros?

-Si, unas semanas para cuidarte preciosa, mientras tus padres estén de luna de miel- tomándole la mano a la niña.

-¿Qué es luna de miel, abuelo?- pregunto inocentemente.

-Bueno a donde van los recién casados para estar solos- dijo su abuelo un poco incómodo.

-Ah- respondió Julieta, Mia se aguanto las ganas de reír.

Mia subió a la carroza iba hacer tirada por caballos blancos hasta la iglesia, todo hasta el momento iba perfecto, al llegar entro comenzó la marcha nupcial.

Mia tomo el brazo de su padre, su hija se ponía delante comenzó a lanzar los pétalos en el suelo, todos hicieron un “Aaaw” al verla…  Matthew estaba en el altar muy nervioso pero como una gran sonrisa en su rostro cuando Mia llego a su lado.

-Que bella eres- le susurro Matthew cuando le echaba atrás el velo para mirarla, le beso la mejilla y Mia sonrío emocionada. Luego de unos minutos, el padre seguía hablando y hablando, Matthew por sus adentros deseaba que todo terminara de una vez, no quería correr riesgos con Frank suelto y pareciera disparando.

Los dos dijeron “Si” después de mencionar sus promesas de amor.

-En nombre de Dios, los declarado marido y mujer. Puede besar a la novia, Alteza. - Beso a Mia ahora se convertía en su esposa, todos aplaudieron emocionados.

-Listo ahora eres solo mía, señora de Bomer - besándola de nuevo.

-Siempre lo fui, príncipe Matthew- riendo pero con los ojos llenos de lágrimas.

Una Esposa Para El Príncipe (Book#2).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora