Una Esposa Para El Príncipe (Book#2).

Capítulo 17.

Mia pudo alcanzar el teléfono, marcarle a Stephy.

-Ven enseguida, por favor- le dijo con cierta dificultad, le dolía demasiado.

*

Matthew empujo a Rita, no quería tener malos entendidos con ella.

-Ya es suficiente.

-Gracias por cumplir ese delicioso deseo de besarte lastima que no sientas lo mismo que yo. - Dice sonriendo.

-Debo irme, quiero estar con mi esposa.

-Claro falta poco para que de a luz.

*

-¡Princesa!- entro Stephy- ¿esta bien?

-No, por favor llévame al hospital.

-Voy a llamar a Jorge para que prepare la camioneta.

-Llama a Matt, él tiene que venir. - El dolor era mas fuerte.

-Enseguida, Alteza.

Helen llega a su habitación de hotel, cuando fue a prender la luz cuando vio alguien sentado en su cama.

-Oh Dios mió- llevándose la mano al corazón- que susto me diste ¿Qué haces aquí?

-Vine a darte las gracias, por hacer lo que te pedí.

-No deberías- colocando su bolso en el sofá, luego se sirvió un vaso de Ron- Además prácticamente me amenazaste.

-Tenia que hacerlo para que las hicieras bien.

-Ahora vete, espero no verte mas nunca Frank.

-No lo creo, puede que me sirvas para otras cosas.

-No voy hacer mas nada para ti, no quiero ir a la cárcel por tu culpa.

-Demasiado tarde, belleza- levantándose la cama- estas hundida en esto, como yo. Además tengo una grabación que lo demuestra.

-¿grabación?- tartamudeo.

-Si, grabe todas las conversaciones telefónicas que tuvimos.

-Eres un desgraciado. - Gruñe enfadada.

-Si, lo soy- riéndose- ahora mismo, iremos al hospital para que me ayudes en la otra fase del plan.

-¡No!- alzándole la voz.

-Lo harás o dejare esas grabaciones en la estación de policía, imagínate el escándalo.

-Esta bien ¿dime que tengo que hacer?

Frank sonrió encantado.

*

Matthew salía del apartamento de Rita.

-Adiós, Matt- le dijo con tristeza.

Pero antes que le respondiera sonó su teléfono.

-¿Dime?

-Alteza, tiene que venir rápido, su esposa esta dando a luz en este momento.

-¿Cómo? Si, si ya mismo salgo para allá- colgando el teléfono.

-¿Qué paso?- le pregunto Rita.

-Tengo que irme, adiós Rita.

*

Mia estaba ya en la clínica, muy nerviosa y mareada el dolor era insoportable ni siquiera cuando tuvo a Julieta fue así.

-¿Dónde esta, mi esposo? Necesito que este aquí. - Dice adolorida.

-Tranquila, Alteza. Ya le avisamos, usted relájese- dijo una enfermera.

-No puedo, me duele mucho por favor, no quiero perder a mi bebe no quiero que le pase nada malo- respirando con mas dificultad.

Entro un medico y una enfermera ambos con tapa bocas.

-No se preocupe, princesa Mia. Todo saldrá bien, se lo prometo.

La enfermera tomo una inyectadora, se la coloco en el brazo.

-¿Qué es eso?- pregunto Mia, asustada.

-Es un cálmate, nada mas- dijo el medico.

Mia después comenzó a sentir cansancio, su visión se puso nublosa las voces se hacían mas agudas.

Unos minutos después se escucho un llanto muy fuerte pero Mia se quedo dormida.

Al despertar, estaba otra enfermera a su lado y la había llevado a una habitación distinta.

-¿Mi bebé donde esta? - Le pregunta preocupada.

-Aquí esta- la enfermera saco con mucho cuidado al bebé de la incubadora, se lo puso en los brazos.

Mia sonrió al ver a su bebé, emocionada y feliz que estuviera bien.

-Es hermoso, hola Caleb soy yo tu mamá- tocándole su pequeña manita.

-Alteza, debo decirle que es una niña. - Dice incomoda la enfermera.

-¿Una niña?- sorprendida para luego mirar a su bebé no podía creerlo.