Lilianne y el Príncipe Mestizo

Capítulo 3

Flegggrrr

     Al parecer, no podía huir de la señora Weasley por toda la eternidad.

     Vinieron un sinfín de miembros de la orden, unos que en verdad solamente sabía sus nombre, a pedirme que fuera a la Madriguera algún fin de semana a cenar aunque sea.

     Solía declinar las peticiones cortésmente y decir que le dijeran a Molly que tenía trabajo que hacer y que no podía, que se lo agradecía y que era muy amable. Los otros intentaban negar vagamente que la señora Weasley tuviera algo que ver, pero al final todos acabaron diciendo que le mandarían saludos de mi parte.

     Un día, la perdición vino en forma de Remus mientras yo estaba fregando los platos del desayuno un viernes bien temprano.

     -Molly dice que pasarás el fin de semana con ellos -me dijo suavemente-. Volverías el lunes por la mañana.

     -Dile a Molly que lo agradezco mucho pero que no puedo aceptar -contesté enjabonando un plato. 

     -Molly dice que no va ha aceptar un no por respuesta -replicó.

     -Dile a Molly que aunque no es preciso que lo acepte, simplemente que lo sepa -quité el jabón del plato.

     -Molly dice que ha hablado con Dumbledore para que me dijera que te dijera... que te obligara a ir a la Madriguera -lo dijo como si nada. 

     Me giré con una ceja alzada. Remus continuó su relato.

     -Entonces Dumbledore le ha dicho a Molly que me ha dicho que te dijera que por favor vayas a quedarte un fin de semana con ella, y en privado ha añadido que también te dijera que por favor aceptaras porque los de la Orden tienen que volver a sus tareas y no pueden estar eternamente intimidados por ella.

     -La señora Weasley es de temer -dije cuando por fin puse a pila de platos mojados en su sitio-. Pero no voy a ir.

     -Dumbledore te lo pide por el bien de la Orden -su sonrisa parecía divertida.

     -Me niego. 

     A las ocho de la noche estábamos delante de la chimenea para ir a la Madriguera. Remus tenía una sonrisa culpable en la cara.

     -Podrías sonreír un poco -me comentó.

     -También podría equivocarme de dirección y sin querer aparecer en otra parte mientras viajo en los polvos flu -comenté casual.

     -Supongo que es pedir demasiado -soltó una suave risita-. Iré yo primero, si no te importa.

     Negué con la cabeza, y cuando el hombre desapareció entre las llamas verdes, estuve al menos treinta segundos tentada en no ir. Debía ir, me decidí al final. Había dado mi palabra de que si Remus me decía que hechizos había utilizado para el mapa del merodeador, yo aceptaría la invitación de quedarme un fin de semana entero con los Weasley. 

     -La Madriguera -dije claramente antes de desaparecer en el fuego verde y que Nyx, y Peque se asustaran. 

     Cuando llegué, todos estaban saludando a Remus, y cuando Molly fue hacia a mi, Arthur la detuvo.

     -Se supone que primero debemos averiguar si es Lily -le dijo su marido.

     -¿Eres tú, Lily? -preguntó la mujer.

     -Si -contesté.

     -Pero eso lo diría aunque fuera un mortífago, cariño. 

     -¿Y ahora cómo sé si...?