Capítulo 23

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Después del entierro

     Por encima de las torrecillas del castillo empezaban a verse fragmentos de un cielo azul intenso, pero esos indicios de la proximidad del verano no me levantaron el ánimo. 

     Se me estaba acabando o el tiempo, y no encontraba la forma correcta ni el momento indicado para acercarme a Draco. Por otra parte, en la sala Slytherin se respiraba cada vez más la tensión.

     La mayoría de los estudiantes de la casa de las serpientes se metían en sus habitaciones sin salir por miedo a que se les escapara algo de sus bocas y que fuera notificado a sus padre. Yo me había decantado por sentarme todas las tardes en la misma mesa de la biblioteca, y no me había topado con el trío de oro desde hacía casi dos meses.

     No estaba defraudada, de echo estaba bastante feliz de no tenerlos rondando a mi alrededor como moscas. Pero eso solo significaba que Harry no conseguía avances algunos en su tarea con Dumbledore. Por lo menos en sus encomiendas podía utilizar magia verbal, ¿Por qué demonios Dumbledore quería que practicara un hechizo de área? Eso ni siquiera era una rama secundaria de la Alquimia.

     -Maldito Dumbledore -me quejé mientras agarraba mi giratiempos a punto de volver en el tiempo, pero el sonido de los pasos acercándose me detuvo y volví a guardar el collar.

     -¿Perdona, eres Lilianne? -un niño, seguramente entre primero y segundo, me miró expectante.

     -Si -me imité a contestar.

     -Me dijeron que te entregara esto -informó extendiéndome un pergamino con un lazo azulado.

     -Gracias.

     El niño se fue corriendo mientras yo abría el rollo. Al parecer Harry ya había conseguido el recuerdo si Dumbledore volvía a convocarnos... me equivoqué. Esa letra no era del director.

     Querida Lily: 

     Aragog murió anoche. Me has estado ayudando durante todo este año en su cuidado, y me hubiera gustado que la hubieras conocido en sus años de esplendor.

     Estoy seguro que ella estaría contenta que asistieras al entierro que he pensado oficiar al anochecer porque ésa era su hora preferida del día. Como sé que no os dejan salir del castillo a esas horas, tendrás que hablar con Harry y sus amigos para utilizar la capa. 

     No debería pedíroslo, pero no tengo ánimos para hacerlo solo. 

     Hagrid

     Salí de la biblioteca guardando todo por el camino. Me encontré a  las hermanas Montgomery, las dos con caras afligidas. Una lástima lo que les había pasado. A su hermano lo atacó un hombre lobo. Dicen que su madre se había negado a ayudar a los mortífagos. El niño sólo tenía cinco años y murió en San Mungo. No pudieron hacer nada para salvarlo. 

     Apreté más los libros en mi pecho hasta que oí una protesta por parte de Peque. 

     -Lo siento -contesté sin mirarlo.

     Estaba hartándome muy fuertemente de ese tal  Fenrir Greyback. Él sabía perfectamente que a veces nuestras habilidades bajo la luna llena iban más allá y mataban en vez de simplemente convertir a la gente en hombres lobo.

     Era un maníaco que ataca a los niños sin piedad. Por su culpa más de la mitad de la gente que odiaba a nuestra raza era porque nos relacionaba a todos con él Solamente pedía que la guerra no terminara antes de que lo pudiera matar, porque o sinos no tendría escusa para cometer un asesinato hacia su persona.

Lilianne y el Príncipe MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora