Plata y ópalos
¿Dónde estaba Dumbledore y qué hacía? Durante las semanas siguientes, solo vi al director en mis clases. Más de una vez aplazadas, y más de una vez con deberes en mi agenda de hechizos difíciles que me obligaba a usar el giratiempos para tener todos los deberes a punto y tener tiempo para sus practicas.
A mediados de octubre tuvo lugar la primera excursión del curso a Hogsmeade. Había puesto en duda que esas excursiones continuaran realizándose, dado que las medidas de seguridad se habían endurecido mucho. No es que me importara mucho, yo seguía sin poder participar en ellas, pero ñee...
El día de la excursión me desperté incluso más temprano de los que iban a irse. Era una mañana que amaneció tormentosa, y me sorprendió que una lechuza que no fuera la mía se posara delante de mi en la hora de desayuno.
Yo, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, autorizo a Lilianne Black a asistir en las excursiones para Hogsmeade.
Debajo, estaba la firma indiscutible del director.
Ya estaba, necesitaba que Dumbledore me adoptara.
Era posible que padre le pidiera al director que me diera permiso el mismo. Severus no podía participar en eso. También era posible que lo hiciera simplemente porque se había acodado de que era tontería tenerla o no porque no tenía inconveniente en escaparme.
Sea como sea, me puse en la cola en donde Severus y Minerva se dirigieron a la vez hacia mi para decirme que no podía ir, que sin autorización de padre o tutores no se les tenía permitido dejarme marchar.
Cuando les enseñé la nota adquirida ese mismo día, los dos acallaron y fruncieron el ceño en mi dirección.
-¿Porque el director ha firmado tu autorización? -preguntó Severus, mirando a contraluz la firma como si quisiera comprobar que era falsa.
Los alumnos de Slytherin se pararon a ver las intersecciones.
-Eso, profesor Snape, es entre el director y yo -dije con rotundidad.
Me devolvió la autorización con una mueca. Minerva disimulaba muy bien su sonrisa.
-Ten cuidado, señorita Lilianne -me recomendó el profesor-. No querrá perderse su primera visita al pueblo por una falta de insolencia.
-No, señor -dije en el mismo tono.
Guardé el permiso bajo los ojos de los alumnos y la maestra de Transformaciones mientras el de Defensa miraba dudoso. En verdad no tenía ni idea de porque Dumbledore me había dado el permiso, por lo que descarté la opción en donde él se lo había pedido.
Continué mi camino, disfrutando del suave plumaje de la lechuza de mi hombros, que me cosquilleaba en el cuello. El sombrero de lana negra, que dos inviernos antes me había regalado Dobby, estaba sobre mi cabeza.
-¿Donde está Draco? -preguntó Astoria a su hermana Daphne unos pasos delante de mi.
-Lo han castigado -respondió Pansy por su amiga.
Allí se encontraban las tres chicas caminando al mismo ritmo.
-¿Castigado? -preguntó la pequeña confundida.
-Si -bufó Pansy-. Es tan injusto. ¡Es la primera salida a Hogsmeade, pero la profesora McGonagall lo ha castigado por no hacer los deberes!
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Lilianne y el Príncipe Mestizo
FanficY es justamente este año, en el que todo el mundo sabe que el Rey ha vuelto y ha estallado la burbuja de felicidad que les envolvía. Supongo que deberé ayudar a que Harry no muera pero que la familia de Malfoy tampoco. ¿Se puede saber cua...