Capítulo 16

1.4K 99 2
                                    

-¿A donde vamos? ¿Está muy lejos? - pregunté ansiosa.
-Es una sorpresa, pero estoy seguro de que te va a gustar -dijo sonriéndome.
-Pero dame alguna pista, venga.
Río suavemente de una forma tan melódica que me encontré sonriéndole tontamente.
-Bien, sólo diré que me inspiré en una de las historias que me contaste ayer por la noche.

Sabía a lo que se refería: ayer por la noche no pude resistirme y lo llamé. Pero no sabía cuál era exactamente la historia, ya que después de cuatro horas hablando, hablé mucho sobre mi infancia, sobre mi madre, mis gustos y excentricidades. Como amaba leer, viajar y abrazar, este último era uno de mis vicios, lo advertí de que a partir de hoy iba a abrazarlo siempre que lo viera.

Mientras pensaba a que historia podía estar refiriéndose ya llegamos... al medio del bosque.
-¿Dónde estamos? Ha sido un trayecto corto, pensé que eso no existía en EEUU -bromeé suavemente.
Él sólo levantó una ceja sin entender mi humor.
-Estamos cerca, en un par de minutos andando estaremos.
Nerviosamente rodeé el coche y me acerqué a él y lo cogí de la mano.
-¿Vamos? -dije sonrojándome por mi osadía.

Sin soltarme la mano comenzó a caminar por entre los árboles por un camino bien señalizado.

-¿A donde estamos yendo? ¿Qué es este sitio?
-Es una sorpresa, que creo que te va a gustar. -respondió con una sonrisa.

En un par de minutos llegamos a una pequeña tienda "Kerosene Lamps Antiques". No me lo podía creer era una pequeña tienda de cosas antiguas o de segunda mano, de todas las historias se quedó con esa.

No era de las historias más graciosas ni intrépidas que le había contado, era una que salió sola cuando me dijo la obsesión por las comprar de su Alice, una de sus "hijas". Cuando lo dijo sólo resoplé, por lo que tuve explicarle que odio las comprar, pero mi madre las adoraba, así que siempre que me llevaba con ella yo intentaba escapar, si no conseguía esquivarla antes de salir de casa siempre buscaba alguna tienda interesante para mi mientras ella se probaba ropa, y normalmente era este tipo de tienda, dónde puedes encontrar cualquier cosa, desde libros a 2 dólares hasta bicicletas de segunda mano.

Yo adoraba este tipo de tiendas, podía pasarme horas rebuscando, y me entusiasmó que el prestara atención a ese pequeño detalle.

-¡Me encanta! No puedo creer que te acordaras. -respondí extasiada, lanzándome a sus brazos, para darle un enorme abrazo de agradecimiento. -¿Entramos?
-Claro, en realidad nunca había venido antes, espero que no esté demasiado vacía o con cosas inútiles.
-De cualquier forma seguro que es genial. -contesté con una sonrisa en la cara, segura de que pasara lo que pasara dentro de la tienda esta era la mejor cita de mi vida.

No sólo lo había recordado, también se había tomado la molestia de buscar algo único para una primera cita perfecta.

Y lo consiguió, esto era perfecto.

Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora