Capítulo 20

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¿Qué he hecho?
Fue lo primero que pensé cuando me subí a su coche. No me podía creer que iba a conocer a su familia vestida con un chándal y con los ojos hinchados, delatando que había estado llorando.

Cuanto más nos alejábamos de mi casa, más nerviosa me ponía, no era capaz de quedarme quieta en el sitio. Carlisle, al notar mi malestar, colocó una mano en mi pierna, para darle un apretón en un intento por tranquilizarme.

-Lucía -dijo con voz tranquilizadora -Mírame.

Pero yo no era capaz de mirarlo, estaba teniendo un ataque de pánico y no quería mirarlo hasta que pudiera controlarme un poco.
No me lo permitió. Dio un último apretón a mi pierna, antes de parar el coche en el arcén y coger mi barbilla para poder girar mi rostro hacia él.

-No tienes que preocuparte, vas a gustarles tanto como a mí -dijo mientras cogía mi rostro entre sus manos y dejaba un beso en mi nariz.
-Pero... creo que no debería conocerlos así, me has hablado de ellos, y no creo que... Alice, me has hablado de ella, y no creo que le guste que me presente así vestida. Y todavía se nota que me he pasado toda la tarde llorando como una tonta.
-Eso no es cierto, estás igual de hermosa que siempre -dijo en un intento de tranquilizarme.

Me quedé mirándolo hasta que suspiró.
-Bien, no tenemos por qué ir, pero todo lo que piensas que puede salir mal, solo está en tu cabeza, Alice disfrutará aun más que estés en chándal, porque así podrá vestirte ella misma. Y ya no se nota que has estado llorando. Todo estará bien.
-Vale, intentaré no entrar en pánico. -respondí con una pequeña sonrisa.
-Bien -dijo mientras me sonreía de vuelta. -Vamos, ya estamos muy cerca. -dijo antes de volver a poner el coche en marcha.

No tardamos mucho en entrar por un camino a penas visible al lado de la carretera.
-¿Vives en el medio del bosque? ¿Eso no es peligroso? -pregunté un poco preocupada.
-En absoluto, en realidad, es muy agradable y pacífico.
-Pero no hay nada cerca, ¿no hay animales salvajes en el bosque?
-Solo ciervos, los depredadores no se acercan tanto.
-¿Y los lobos? Son peligrosos, pensé que había lobos en Forks.
-No tienes que preocuparte, estamos a salvo. -me respondió mientras ponía otra vez su mano en mi pierna.
-Bien, vale, dejaré el tema. -respondí sin estar del todo convencida.

Un par de minutos después aparcamos delante de una enorme y preciosa casa, nunca me la habría imaginado así.
Me quedé mirando un atónita la casa, y, luego, a Carlisle.
-¿Qué? -me preguntó con una sonrisa.
-¿Eres rico o algo así?
Se rió suavemente, pero no respondió a mi pregunta.
-¿Entramos?

Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora