23. CON GANAS DE ECHARLE DE MI LADO.

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VIOLETA

En realidad, verle tan sumamente imponente, con ese traje, me hizo tener ganas de echarle de mi lado. Aún amaba a Richard. Le amaría siempre. Pero no era de piedra. Me sentía insegura como la niña tonta que fui. Se quitó la chaqueta, adaptó los retrovisores y conectó el navegador. Quise hacerle el viaje incómodo. Pero su conversación y seguridad me ganaron por goleada. A eso hay que sumarle su perfume... Una locura.

Conversamos sobre vino. Salió Australia a relucir, también Jasmine y sus estudios: Se sorprendió cuando le hablé de la educación en casa que recibían mis hijos.

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