NIRELLA

Capítulo 19. Secuestro

Soy una basura, se dijo así mismo Jonas, como pude tratarla así.

Esa noche él se quedó despierto durante toda la noche, pensando en como había tratado a Nirella, y comenzó a entender porque ella se negaba tanto regresar al imperio.

Al día siguiente Nirella le llevó un tazón de sopa y un poco de pan recién horneado y queso.

__ ¿Tu preparaste el desayuno?

__ Si, así que si no te gusta no te quejes.

__ ¿Donde estamos, vi por la ventana y solo vi árboles?

__ Estamos en el bosque de Goren.

__ ¿No sabía que había una aldea en este bosque?

__ Eso es porqué no la hay, esta es la única casa que hay en este bosque, el pueblo más cercano es el pueblo de Dreu en el que tu me encontraste.

__ ¡Creí que vivías ahí!

__ Solo estaba haciendo un recado, vivo aquí.

__ Mis guardias deben de estar buscándome.

__ Si te sientes bien ya puedes irte.

__ No creo que llegue muy lejos en mi condición.

__ Entonces espera a recuperarte.

__¿ Tu podrías acompañarme hasta el siguiente pueblo?

__ Estás loco, para empezar nunca te acompañaría ya que no confío en ti y temo que me secuestres cuando encuentres a tus guardias, y segundo el único caballo que teníamos se quedó en el pueblo cuando me secuestraste.

__ ¡No te secuestre!

__ Y tu cómo llamarías a una persona que lleva a otra en contra de su voluntad.

__ Supongo que tienes razón, lo siento prometo no forzarte a regresar conmigo.

__ No creó en tus disculpas y menos en tus promesas, así que recuperate y marchate con tu propio pie ya que yo no pienso ir contigo a ningún lado.

__ Esta bien no te alteres, no seguiré insistiendo, me gustaría salir de esta habitación y estirar las piernas, ¿Puedo?

__ Si, pero espera un momento.

Nirella salió de su habitación y fue a buscar a Kai, él estaba recogiendo mariquitas de las flores que habían en el jardín. Amelia estaba a su lado y le explicaba para que servían algunas de las flores ya que también eran medicinales, aunque él no le prestaba mucha atención.

Jonas sintió un poco de curiosidad de por qué ella quería que él se espera, así que la siguió con cautela para que ella no se diera cuenta.

Ella salió de la casa y dejó la puerta abierta, Jonas vio a una anciana y aun niño pequeño junto a un jardín de flores.

Nirella se acercó a ellos y el niño al verla se había lanzado a sus brazos, ella lo levantó del suelo y él le mostró lo que llevaba en la mano.

Jonas se acercó a ellos y escuchó como el niño le decía. __ Mira mami, ¿A que es bonito?

Nirella le sonrió y le dijo. __ Si es precioso.

Por un momento Jonas creyó haber escuchado mal y al estar más cerca de ellos la anciana que había estado agachada recogiendo flores se giro para verlo. __ ¿Qué estás haciéndo aquí?, Le preguntó.

Nirella cubrió al niño con sus brazos para que Jonas no lo viera y le dijo. __ ¿Porque has salido, te dije que esperaras?

Kai asomó su cabeza por el hombro de Nirella y le preguntó. __ Mami, ¿ese es el hombre malo?

Ella se apartó más de Jonas y él le preguntó. __ ¿Tienes un hijo?

__ Eso a ti no te importa, le contestó y camino a paso rápido de regreso a la casa con su hijo en brazos.

Al llegar al interior de la casa ella abrazo a su hijo con fuerza.

__ Mami me aplastas.
Se quejó.

Nirella lo soltó y le dijo. __ Lo siento cariño, estas bien.

__ Si, mami ese era el hombre malo.

__ Si cariño, cuando lo veas debes esconderte no dejes que te vea o querra apartarte de mi lado.

El asintió con la cabeza y le dijo. __ No me acercaré al hombre malo.

Jonas se había quedado a solas con Almira, cuando el quiso ir detrás de Nirella para que le respondiera si ese era en verdad su hijo, la anciana lo detuvo. __ ¿A donde crees que vas?

__ ¿Ese niño es su hijo?

__ Si.

__ ¿Dónde está el padre del niño?

__ La abandono, le contestó la anciana.

__ ¿ Que desgraciado como pudo abandonarla a su suerte?

__ Que no es lo mismo que hiciste tú.

__ Yo...

Jonas había intentado decir que no era verdad que él no la había abandonado, pero sabía que así era, él se había divorciado y olvidado de ella sin importarle mucho lo que sería de su vida.

__ No le preguntes por el padre del niño, se pone muy sensible con eso.

__ No le preguntaré nada.

__ Bueno tampoco es como que tengas derecho a preguntarle nada y aunque lo hicieras ella no te responderá.

__ Se que no tengo el derecho de preguntarle nada.

__ Me alegro que lo sepas, ahora si ya te sientes bien lárgate y no vuelvas a buscarla, ya que ella no irá contigo a ninguna parte, y si insistes pueda que ella te ataque, cuando una madre siente que su hijo puede ser atacado no dudará ni un segundo en atacar a cualquiera que se acerque aún cuando ese hombre fue alguien a quien alguna vez amo.

__ Yo nunca le haría daño a su hijo.

__ ¿Que no quisiste separarla de él hace solo algunos días?

__ Yo no sabía que ella tenía un hijo.

__ ¿ Y eso hubiera cambiado algo?, ¿la abrías dejado marchar?

__ No.

__ Ya la has hecho sufrir demasiado, deberías dejar que sea feliz, vete de aquí y no vuelvas a buscarla nunca más.

__ Ella sigue siendo mi esposa.

__ ¿Y eso que?, aún cuando es tu esposa tu llevaste a tu amante a vuestra casa humillandola, al decirle que nunca la habías amado y pidiéndole el divorcio, y ahora quieres que ella vaya contigo para realizar una ceremonia de separación para hacer a tu amante tu esposa.

__ Este no es un buen lugar para que ella viva.

__ ¿Y que lugar crees que sería mejor?
¿un imperio en el cuál es odiada y despreciada?, no seas hipócrita ella a ti no te interesa, tu solo quieres que ella vaya contigo para romper por completo vuestro matrimonio pero eso no va a suceder.

Almira chasqueo la lengua y dijo.
__ Esa muchacha tonta, yo en su lugar te habría dejado morir.

La anciana camino hasta la casa y cerró la puerta de golpe.