Capítulo 42. De rodillas

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Nirella no pudo dormir durante toda la noche pensando en lo que Almira le había dicho, ella sabia que no podía vivir aislada por siempre en aquel bosque, pero tenia miedo de volver al imperio, ella no quería que su hijo sufriera como ella lo había hecho, ella se sentía confundida y no sabia que hacer.

A la mañana siguiente ella se sentían cansada, tenia ojeras bajo los ojos y Almira le dijo.__ Te ves fatal.

__ No he podido pegar ojo en toda la noche.

__ Se nota tienes unas enormes ojeras

Nirella se asomo a la ventana y le pregunto. __ ¿ Como sabes que esta ahí fuera?

__ Simplemente lo se.

__ Sabes a veces pienso que en verdad eres una bruja.

__ Ha... tu también, cuantas veces tendré que decir que no soy una bruja.

__ ¿ Entonces que eres?

__ Has estado viviendo conmigo durante tanto tiempo y hasta ahora se te ocurre preguntar eso.

__ Siempre he querido preguntarlo, pero tu siempre te enojas cuando pregunto.

__ Confórmate con saber que no soy una bruja, siempre he odiado que me llamen así, es insultante.

Kai entro en la cocina medio dormido y extendió sus brazos hacia Nirella para que lo cargara.

Nirella lo tomo en brazos le dio un beso en la mejilla y le dijo.__ Buenos días cariño.

Kai se acomodo en el hombro de su madre y le contesto.__ Buenos días mami.

Mientras Nirella arrullaba a su hijo Almira le pregunto.__ ¿Qué piensas de lo que te dije ayer?

__ Aun no se que hacer.

__ No tienes que temer que ese hombre se los lleve a la fuerza, jamás dejaría que te fueras contra tu voluntad.

Nirella se río y le dijo.__ Si el viene con sus guardias dudo que puedas hacer algo contra él.

__ Te sorprendería si supieras lo que podría llegar hacer.

Al día siguiente Jonas y sus guardias continuaron buscando la casa de Nirella, ellos estuvieron buscando durante todo el día pero la nieve dificultaba mucho la búsqueda, cuando se hizo de noche tuvieron que refugiarse, Jonas estaba sentado frente a la hoguera calentado sus manos ya que las tenia entumecidas por el frío, el capitán de la guardia se acerco a él y le dijo.

__ Su majestad, mañana debería irse al pueblo mas cercano a descansar, nosotros continuaremos la búsqueda.

__ No, no me iré de este bosque hasta que no encuentre a mi familia.

El capitán al ver al ver al emperador tan decidido a no dejar ese bosque hasta haber encontrado a su familia no siguió insistiendo en que se marchara, Jonas no quería darse por vencido tan pronto, a él no le importaba el tiempo que tardara en encontrarlos, él los buscaría cada día hasta dar con ellos.

Después de cinco días de larga búsqueda los guardias estaban exhaustos ya que buscarlos en aquel bosque completamente congelado era agotador, ellos tenían las botas mojadas y los pies congelados del frío, y  varios guardias se habían  enfermado.

Después de varios días de meditar que  debía hacer Nirella le dijo a Almira.__ Si Jonas en verdad está en éste bosque  hablaré con él para ver que es lo que quiere.

__¿ Estás segura?

__ Si.

Almira  se asomó a la puerta, hizo un dibujo en la nieve con el dedo y dijo.__ Llegarán antes del anochecer, algunos están enfermos preparemos algo de medicina y  comida caliente.

Nirella se quedó mirando el dibujo que había hecho Almira y le preguntó.__ Que has dibujado.

__ Que más da, ayúdame a hacer lo que te dije.

Ese día  Jonas y sus guardias volvieron al sendero donde lo habían encontrado, para sorpresa de ellos esa vez el camino parecía estar despejado, mientras caminaban a Jonas aquél caminó le resultó familiar aún cuando está cubierto de nieve; reconoció el   árbol en el que había descansado cuando se había sentido mareado, y varias cosas más que antes parecía haber olvidado.

Después de varias horas de estar caminando Jonas vislumbró la pequeña casa de piedra, él pensó que quizá estaba delirando y preguntó.

__ ¿Vosotros también estáis viendo una casa de piedra en medió del bosque o estoy delirando?

__ No está delirando su majestad contestó el capitán de la guardia, nosotros también la vemos.

Mientras más se acercaban más nervioso se sentía Jonas, cuando llegaron al patio de la casa vieron a Nirella y a Almira que estaban de pie junto a la puerta.

Jonas cubrió la distancia entre ellos. No estaba muy seguro de que Nirella no fuera apartarse de él, pero Nirella no se movió. Jonas se acercó hasta que solo quedaron un centímetro entre los dos, hasta que Nirella lo miro con sus grandes ojos, y entonces Jonas se arrodillo, sintiendo el frío suelo bajo las rodillas.

Jonas no lo hizo como signo de sumisión, sino como disculpa.

__ Perdóname, le dijo fuerte y claro para que todos lo pudieran escuchar.

Nirella tenía los ojos como platos, ya que ella no podía creer que Jonas estuviera pidiéndole perdón de rodillas, al igual que los guardias que observaban aquélla escena.

NIRELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora