Capítulo 20. No te conozco.

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Jonas se quedó durante un rato mirando hacía la distancia, dándole vueltas a lo que la anciana le había dicho.

Nirella salió de la casa y se paro a su lado y le dijo.

__ No te acerques a mi hijo mientras estés aquí.

__ ¡Yo nunca le haría daño!

__ Yo no tengo manera de saber si eso es verdad o mentira, solo te advierto que no te acerques a él, y ni se te ocurra hacerle daño o te juro que haré que te arrepientas.

__ Me conoces desde que éramos niños, sabes que yo no le haría nada.

__ Yo nunca te he conocido realmente, al igual que tu nunca me conociste a mí, o acaso no recuerdas cómo protegiste a tu amante de mi.

Jonas se quedó en silencio sin decir nada, odiando que Nirella tuviera razón, él nunca se había tomado la molestia de conocerla realmente y el siempre había fingido delante de ella así que en realidad ellos solo eran dos perfectos desconocidos.

__ La anciana me dijo que el padre de tu hijo te abandono.

__ Si, creo que en esta vida estoy destinada a que los hombres me abandonen.

__ Ese hombre era el amante que tenias.

__ ¿Qué?

__ Hace un tiempo escuche a unas jóvenes hablando de que tenías un amante.

Nirella se le quedó mirando sin poder creer lo que escuchaba, ella quiso gritarle que ella nunca había tenido un amante, que el único hombre al que ella había amado y él único que la había tocado había sido él. Pero sabía que si decía eso el sabría que Kailed era su hijo y ella jamás admitiría eso.

__ Así es, tu siempre me ignorabas así que me busque un amante, estuve viviendo con el durante unos meses después de dejar el palacio pero al final me abandono.

__ ¿Quien era?

__ Que más da quien sea.

__ Si me dices quien es haré que se haga responsable de ti y de tu hijo.

__ No, yo no necesito que nadie se haga cargo de mi, y mucho menos de mi hijo.

__ Este bosque no es un buen lugar para ti y tu hijo.

__ Sabes, elegí este lugar porque creí que aquí no volvería a verte nunca más, y no escucharía nada sobre ti, para mí este lugar es perfecto y no pienso irme de aquí.

Jonas al ver que Nirella se estaba poniendo a la defensiva decidió dejar de insistir en lo mismo y se quedó cayado.

Unas cuantas gotas comenzaron a caer y ella le dijo. __ Vamos a dentro o nos mojaremos.

Al entrar a la casa un chaparrón de agua comenzó a caer, los truenos retumbaron y relámpagos resplandecierón en el horizonte.

Kai se asustó mucho y salió corriendo con lágrimas en los ojos de la habitación de Almira dónde Nirella lo había dejado y se aferro a su falda.

Ella lo tomó en brazos y él se aferró a su cuello enterrado su rostro en el hombro de Nirella, el niño estaba temblado ligeramente.

Nirella lo abrazo con fuerza y le dio unas palmaditas en la espalda. __ No tengas miedo cariño, todo estará bien mamá esta contigo.

Jonas se quedó viendo como Nirella intentaba calmar al niño acunandolo en sus brazos, ella lo llevó de regresó a la habitación, se sentó en la cama y comenzó a cantarle, su voz era suave y dulce he hizo que el niño dejara de temblar.

El se quedó de pie junto a la puerta viendo aquella escena y se preguntó si ese niño sería su hijo si él no se hubiera divorciado de Nirella.

Almira al ver que él no apartaba la vista de ellos cerró la puerta de la habitación, bloqueando su vista.

__ ¿Deberías irte a descansar o tardarás más en recuperarte?

Jonas hizo caso de la anciana y se fue a la pequeña habitación que le habían dado, afuera seguía lloviendo con fuerza y el clima rápidamente se volvió frío; A él le comenzó a doler la cabeza y se recostó en la pequeña cama con la imagen de Nirella y de su hijo grabada en su mente.

Ella parecía ser una buena madre, dulce y atenta, que cuidaba a su hijo con amor.

En el imperio normalmente los nobles no cuidaban a sus hijos y menos la familia imperial, a ellos se les asignaba un tutor desde que eran bebés y ellos eran los que se encargaban de la educación y cuidado de los hijos. Los padres solo compartían pequeños momentos con sus hijos ya que solían estar ocupados.

Aún el padre de Jonas que había sido un hombre amable, había dejado su educación a los tutores al igual que los otros nobles, él solo había pasado pequeños momentos con sus padres y por eso aunque él les había querido su amor no se asemejaba ni por asomó al que ese pequeño niño sentía por Nirella.

__ Quizá este lugar sea mejor para ellos.

Pensó, ahí nadie criticaria a Nirella por mimar a su hijo, nadie le diría que lo echaría a perder si lo mimaba, ahí ellos podían vivir como quisieran y serían felices.

Jonas nunca había pensado en que quería tener hijos, hasta que vio a Nirella y a su hijo fue que se comenzó a preguntar que tipo de padre sería él, sería igual que todos en el imperio e ignoraria a sus hijos o sería diferente.

Alina era plebeya así que se preguntó si ella sería igual a Nirella, si acunaria a sus hijos entre sus brazos y los protegería de sus temores de niño o si le dejaría la educación y cuidado a los sirvientes del palacio.

Desde que Jonas había encontrado a Nirella él había dejado de pensar en Alina, quizá ella debía de estar preocupada por él ya que se había retrasado en su regresó, pero él no quería irse sin Nirella ya que la necesitaba para hacer la ceremonia de separación, pero ella no iría con él, ella no iba a dejar a su hijo solo para acompañarlo al imperio.

No, aunque ella no tuviera a su hijo ella tampoco le acompañaría, ella había sufrido mucho en ese lugar y la sola idea de volver a ella le horrorisaba.

NIRELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora