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—. Yah, ¿quieres dejar de llorar? Es sólo un chico.—se quejó Jihyun pasándome la caja de pañuelos. Tomé uno de ellos y limpié mi nariz.

—. Es fácil para ti decirlo, a ti no te gustan. Las chicas son más fáciles de tratar.—mencioné secando mis lágrimas. Jihyun asintió con la cabeza ante mi comentario, sabía que era verdad.

—. Da igual. Jimin es solamente un chico guapo que le gusta bailar, hay miles como él en todo el mundo. Deja de atormentarte tanto, que te aseguro que en unos años se va a arrepentir.

—. Tienes razón.—dije asintiendo fervientemente y secándome las mejillas.—. ¿Tienes helado?

—Jihyun bufó y asintió con la cabeza, salió cortamente de su habitación y cuando volvió tenía el envase mediano de helado en sus manos.—. Pero no te lo termines. Mamá odia cuando el helado se acaba así de rápido.

—. Tu mamá me ama, deja de hacer tanto escándalo.—me quejé comiendo la primera cucharada del helado. Había recurrido a la única opción en mi cabeza después de pelear con Jimin, quedarme a dormir en casa de Jihyun.—. ¿Sabes qué es lo peor? Como van las cosas estoy casi segura de que vamos a estar los dos como finalistas.

—. ¿Y qué tendría eso de malo?—preguntó invadiendo con su cuchara el bote de helado en mis manos—. Digo, el punto es ganar. Y si todos se enteran que Jimin va a estar contra nosotros habrá más gente ese día.

—. Sí, pero. ¿Hasta qué punto puede llegar Jimin para ganar?

—Jihyun bufó—. No me dirás que te creíste que te iba a enamorar para que te rindieras. Él mismo lo dijo, fue sólo una broma.—dijo lamiendo la cuchara cubierta de helado—. Yo me preocuparía más por los demás equipos, parecen débiles pero ya vimos que saben jugar sucio.—hizo una mueca y entrecerró sus ojos—. Aguarda un segundo, ¿quién le dijo a Hyunjin que Taemin iba a bailar esa canción?

—suspiré—. No tengo idea. A este paso no me sorprendería que...oh, por Dios.—me interrumpí a mí misma y cubrí mi boca con mis manos. Jihyun me miró confundida y se acercó a mi con su ceño fruncido.

—. ¿Qué sucede?—preguntó mirándome alertada.

—. La única persona que sabía que iba a bailar Taemin era Jimin.—los ojos de Jihyun se abrieron como platos en sorpresa y después sus cejas se apretaron, parecía molesta.

—. No creerás que él-

—. Si no fue él, ¿quien pudo haber sido?—le interrumpí—. Está claro que hará lo que sea para ganar.

—. De cualquier forma, ¿por qué le dijiste si sabias que Jimin quería ganar tanto como tú?—preguntó señalándome.

—. ¡Porque soy una idiota, Jihyun! ¡Por eso le dije!—exclamé frustrada. Jihyun suspiró profundamente y dejó caer sus brazos a sus costados.—. Me siento como una estúpida.

—. Lo dijiste tú, no yo.—le lancé la almohada que tenía a un lado, Jihyun rió ante mi reacción tan infantil y dejó la almohada de nuevo en la cama, se sentó junto a mí y me miró con una mueca.—. Basta de sentirte así, no has hecho nada malo.—retiró de mi pijama un cabello que se me había caído y lo tiró al suelo—. Escucha, no tiene absolutamente nada de malo que te guste Jimin, seguro pueden arreglar las cosas. Y en cuanto a la competencia, ni te preocupes, nosotros nos encargamos de ganar. ¿De acuerdo?—asentí con un puchero—. Muy bien, ahora dime cuál es el plan para la próxima presentación.

—suspiré abultando mis mejillas, tenía un plan en mente, claro que lo tenía; el problema era si le iba a agradar a Jihyun—. Tengo dos opciones, una no es suficientemente buena, y la otra es buena, pero estoy casi segura de que no te va a agradar.

1996 ; P.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora