diciotto

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—. ¿Fue tu primera vez, con Lee Jin Woo y además te fue bien?—preguntó sorprendida y a la vez confundida mi mejor amiga.—. No te creo, por eso me pediste que dijera que estabas en mi casa.

—. Creí que eso ya lo sabías.—dije soltando una risilla.

—. Ok, ¿y el que Jin Woo haya sido tu primera vez tiene que ver con Jimin porque...?—dijo Taemin igual de confundido.—. ¿Acaso él sabe que fue tu primera vez y eso lo hace sentir celoso?

—. Hasta donde yo se, Jimin no sabe eso.—aclaré señalando con mi dedo índice—. Sin embargo...hay más.

—. ¡¿Más?!—exclamó Jungkook—. ¡Mildred, pon la tetera!—bromeó canturreando con una voz aguda mientras se acomodaba mejor en su asiento.

—. Digamos que...Jin Woo y yo sí tenemos un tipo de relación...solamente no es lo más común entre dos personas, ¿entiendes?

—. Yo no lo entiendo.—dijo Jungkook enarcando una ceja y pasando su lengua ansioso por su cavidad bucal—. ¿Qué insinúas?

—sonreí y rodé los ojos—. Jin Woo y yo...sólo tenemos sexo, ¿está bien?

—Taemin ahogó un grito y me miró terriblemente sorprendido—. Definitivamente no lo esperaba.—contestó anonadado.

—. Le conté a Soo Ah sobre el tema y ella se lo dijo a Jimin. Y ahora...él cree que estamos saliendo y ha montado su escena de celos.

—. ¿Y no recuerdas nada de lo qué pasó después? Cuando te trajo a casa.—preguntó Jihyun enarcando una ceja. Yo negué con la cabeza y bufé cortamente.—. Qué desafortunada situación.

—. Dímelo a mí.—contesté suspirando—. En fin, mañana llega Antoine Bourdeu a Corea y yo tengo que presentarle a los modelos para comenzar con las sesiones, así que tendré que ver a Jimin de una u otra forma. Y también tendré que ver a Soo Ah siendo una de nuestras socias comerciales.

—. Ánimo.—dijo Taemin de forma sarcástica dándome un golpe pequeño con su puño.




[.....]




Nunca había tratado realmente con celebridades. Es decir, como revista nacional claramente teníamos contacto con agencias de entretenimiento y obviamente habíamos organizado sesiones fotográficas para sus idols en orden de que salieran en nuestra revista o incluso para su propia publicidad y mercado tomando en cuenta ciertas regalías a cambio de nuestros servicios. Y claro, nuestros modelos contaban claramente como celebridades, había unos cuantos que llegaban a actuar en series de televisión o aparecían como invitados o MC en programas de variedades.

Pero ciertamente es mucho más fácil manejar a las celebridades nacionales que a las internacionales. Y yo nunca había tratado con un diseñador de tanto renombre como lo era Bourdeu. Eran más simpáticos los actores, cantantes y modelos del medio, aunque fueran internacionales.

Debo decir que a partir de la impulsiva noticia sobre la llegada del diseñador hoy día, supe que no iba a ser tan fácil o cómodo trabajar con esta figura pública. Probablemente no era decisión del mismo Antoine, pero el hecho de avisar con un día de antelación, era el principal red flag para esperar lo más inesperado.

Antoine Bourdeu arribó al aeropuerto de Corea a las nueve de la mañana y nosotros ya estábamos ahí para recibirle. Hoseok, Yoongi y yo estábamos frente al avión que estaba aterrizando con el personal listo para atenderlo apenas bajase del avión. En cuanto la puerta de la máquina se abrió, un hombre alto, de tez pálida, calvo y vestido con un cuello de tortuga negro salió de la cabina. Sonrió ampliamente en cuanto nos vio a los tres y bajó las escaleras para acercarse a nosotros.

1996 ; P.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora