1996 ; P.jm

venti

—. Erin, tenemos un problema.

Cuando me giré observé a Yoongi parado sobre el marco de la puerta. Tenía la frente ligeramente brillante por una gota de sudor y su respiración estaba agitada. Enarqué una ceja y me levanté de mi silla para poder acercarme a él.

—. ¿Qué sucedió?—pregunté observándole preocupada.

—. Son los modelos. Miyoung no ha venido a la agencia hoy y los modelos están quejándose con el fotógrafo. No se que sucede. No he visto por ningún lado a Antoine y si Miyoung no está yo no se como controlarlos, tienes que ayudarme.—suplicó mirándome con esperanza. Asentí cortamente y respondí:

—. De eso me encargo yo. ¿En qué salón están?

—. Ala veinte, salón tres.—respondió quitándose el sudor de la frente.

Tomé toda mi valentía posible y comencé a dirigirme al salón donde estaba el problema. Siendo totalmente sincera yo tampoco estaba preparada ni sabía cómo iba a controlar a un grupo de modelos. Aunque primero tenía que ver por qué se estaban quejando y ya después sabría solucionarlo. Aún así, estaba un poco aterrada.

Al llegar al lugar donde me indicó Yoongi, los gritos en distintos idiomas inundaron mis oídos. El fotógrafo americano que contrató Antoine argumentando en inglés, mis modelos tailandeses exclamando en su idioma, las chicas francesas insultándole y claro, los chicos coreanos gritándole molestos. Parpadeé ante el desorden que estaba observando y como nadie sabía cómo parar aquel barajo de gritos inentendibles.

Observé a todas direcciones y mis ojos cayeron sobre un altavoz blanco colocado sobre una de las mesas de maquillaje. Caminé hasta ella y tomé el altavoz en mis manos para encenderlo y acercarme al barullo. Coloqué mi boca en él y exclamé.

—. ¡Yah!—grité en el altavoz haciendo que los modelos se detuvieran.—. ¡Cállense! ¡Parecen animales gritando cosas sin sentido!—exclamé molesta—. ¿Qué sucede aquí?

—. Noona...—musitó Taehyung observándome decepcionado—. Ha habido un error. El fotógrafo se niega a tomar las fotos de Eunwoo y de Alice.

Observé a ambos modelos y sus semblantes molestos mientras miraban al fotógrafo que trajo Antoine junto con su equipo. Entonces miré al sujeto pidiéndole una explicación con la mirada.

—. El señor Antoine Bourdeu me dio otras instrucciones. Me dio nombres y yo sólo estoy cumpliendo con mi trabajo.—se defendió el fotógrafo.

—. Está diciendo que tengo un remplazo. Nadie nunca me dijo que sería remplazado.—se quejó Eunwoo cruzándose de brazos y mirando al hombre de la cámara con su ceño fruncido y sus ojos afilados como cuchillas.

—. Esto es un malentendido, señor. Antoine me ha dado la lista de los modelos y nunca me informó sobre un remplazo.—abogué yo esta vez.

—. El señor Bourdeu me dio esas instrucciones esta mañana.—respondió el hombre.

—. Pero le digo que no hay...

—. Ya estoy listo, Sajinsa-nim.

Fruncí mi ceño al escuchar su voz. No podía ser posible. Tenía que ser una broma de mal gusto. Antoine tenía que estar loco para darle al fotógrafo una instrucción así. Al levantar mi cabeza, Park Jimin salía de los vestidores ya vestido con una de los conjuntos de otoño invierno de la colección de Bourdeu para Chanel. Cuando sus ojos cayeron en mí, al principio parecía asustado y un poco disgustado, pero después sus comisuras se levantaron cortamente en una sonrisa socarrona. Me estaba sacando de mis casillas. No era posible que Jimin había ido a quejarse conmigo y a gritarme por no estar en la elección de Bourdeu y ahora él era el remplazo de Eunwoo.