Un joven se contemplaba en un espejo de cuerpo completo, mientras mirando su traje blanco espléndido. Se puso de lado arqueando la ceja en el proceso mientras miraba su culo que resaltaba perfectamente en aquel traje, sonrió satisfecho, pero después esa sonrisa se esfumó para asi tirar el ramo de flores que tenia entre sus manos para ponerse a chillar.
La puerta de aquel cuarto fue abierta por el señor Wang, que al ver a su hijo menor tirado en el suelo llorando suspiro cansado, para después fruncir el ceño; ¿Que carajos había hecho con su cabello?
- ¡Youngjae Wang! ¡Que hiciste con tu cabello!
- Déjame en paz, yo soy Choi como mamá y no Wang como tu anciano. - dijo sollazando.
- Youngjae, levante que ya va empezar la boda- dijo ignorando lo dicho por su hijo.
El menor al oir eso se puso a chillar más. ¿Acaso su padre no entendía que no quiera casarse con ese idiota Alfa? El señor Wang se hacerco a su hijo y lo hizo levantar de un tirón, sacudió el traje blanco de su hijo para después limpiar sus lágrimas.
- Deja de llorar que te ves feo.
- ¡Me vale si me veo feo!
- ¡Deja de gritarme que soy tu padre!- gruño, asiendo en el acto que su hijo chillara de nuevo. El señor Wang sólo negó para recoger las flores y dárselas a su hijo.
Después que Youngjae estuvo mas tranquilo, el señor Wang salió de la habitación con este para entregárselo a su futuro esposo. Cuando el menor de los Wang vio que entraron al jardín trasero de su casa, trago saliva a ver la gente sentada en sus asientos esperando por el y al fondo vio aquel Alfa. Su futuro esposo.
Entonces como si fuera a morir, pequeños fragmentos de su vida vinieron a su mente, mientras empezó a caminar del brazo de su padre hacia el altar.
Un pequeño Youngjae, corría de un lado a otro divirtiéndose en su fiesta de cumpleaños número ocho. En la fiesta había mucha genta, la mayoría eran socios de su padre que fueron a celebrar su cumpleaños. Ese día era uno realmente agradable para el menor, hasta que apareció un cierto aroma.
El menor de un momento a otro fue llamado por un aroma particular, haciendo que se quedara quieto y empezará a buscar el dichoso aroma de café con su nariz, hasta que lo halló. Se acercó a paso lento al dicho dueño. El dueño de aquel aroma era un Alfa mayor que el, el cual lo miro indiferente.
- O-oye...
- ¿Que quieres niño?
- Café...- juego con sus deditos algo inquieto sin poder mirar los ojos de aquel Alfa.
-Eh...- cuando iba hablar aquel Alfa, alguien lo empezó a llamar, así que miro en la direción de la persona que lo llamaba para voltearse y empezar a caminar hacia esa dirección, pero el pequeño Youngjae lo agarró de la camisa.- Niño, sueltame.- dijo con cierto enojo para quitar la mano que sostenía su camisa.- Eres realmente molesto, y sobre todo tu olor es horrendo alejate de mi.-
- ¡Im Jaebum!- gritó de nuevo aquella persona.
- ¡Ya voy!- dicho eso volvió a su camino, sin prestar importancia al menor.
Algo en el pequeño Youngjae dolió y su lado Omega que había sido despertada por aquel aroma se sintió triste y por igual bajo sus orejitas mientras chillaba, hasta volverse a dormir.
Aquel día no fue tan radiante para el pequeño cumplañero.
Quería caminar lo más lento posible para tardar una eternidad en llegar a su destino final, pero no se podía, ya que su padre lo hacia caminar rápido.
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Sinvergüenza || 2Jae ||
Random"Un matrimonio arreglado entre un Alfa y un Omega, ¿Que podría salir mal?"