¡¡¡¿ QUIÉN $#%#$ ERES TÚ ?!!!

Antes de la FIESTA (parte 2)

Bueno... :v , prometí escribir lo antes posible, pero porfa entiendan, es difícil cuando tienes labores que hacer  =( , pero trato de hacerlo lo mas rápido posible, NO ME JUZGUEN ... bueno, sin mas, comencemos¡¡¡ XD

Brillo y resplandor ocupaban casi todo el salón principal del Hazbin Hotel pues la decoración de Charlie era de lo más maravillosa, obviamente con ayuda de la pequeña Nifty que había dejado el enorme salón reluciente, el sexy Angel, que hizo nada más que recordar todo el tiempo a Charlie que no olvidara llenar el bar con distintos licores que, según él, "Cada demonio tiene diferentes gustos". La observadora Vaggie, quien a pesar del claro mensaje de que nadie trabajaría, esta había "suplicado" a la princesa que la dejara ser la encargada de vigilar a los demonios que iban a entrar (pero no salir) del Hotel, pues esa era un ardua labor, y ya no cometerían el mismo error de la semana pasada cuando el puesto de vigilante le había tocado a Angel, y bueno... casi todos los demonios se habían ido de la fiesta mucho antes de que esta acabara y les fue muy difícil hacerlos regresar, además, alguien tenía que ver que no haya infiltrados en la fiesta, y quien mejor en esto que Vaggie y su fuerte carácter.

Husk se quedaría en el bar, porque no había ni un otro lugar donde el mencionado quería estar, al menos que le den una botella de licor cada vez que se le acabara la anterior, pero a diferencia de Vaggie, este no iba a trabajar ya que para eso tenían a las preciadas sombras de Alastor, y hablando del demonio...

- Entonces, querida, ¿Cuántas sombras deseas a tu mando? - pregunto el demonio carmesí sonriéndole ampliamente a la princesa del infierno que no paraba de dar saltitos de emoción y aunque "el dominio en alguien" era un cruel pecado a Charlie esta idea le emocionaba, le encantaba, aunque se tratasen de sombras y no demonios de verdad, después de todo, era la hija de Lucifer.

- ¡¡¡1000!!! – dijo Charlie con brillo en los ojos.

- ¡Charlie! –exclamo sorprendida Vaggie, que se encontraba a la derecha de la princesa y con los brazos cruzados.

- Perdón, entonces... ¿500?

- ¿Lo está dudando, querida? – dijo Alastor arqueando una ceja.

- Bueno... - Charlie solo quería que su pequeño capricho de controlar o tener a alguien bajo su mando se haga realidad, "No importa la cantidad" pensó, pero al instante, como si alguien le hubiese escuchado, recibió una respuesta, "SI IMPORTA".

La demonio se sobresaltó, "¿Qué fue eso?" se dijo. Nunca había escuchado esa voz, esa poderosa e intimidante voz que por un instante le puso los pelos de punta.

- ¿Charlie...? – dijo Vaggie con preocupación y delicadamente poso una mano en el hombro de su compañera.

- E-estoy bien, Vaggie, d-descuida... - respondió la princesa llevándose una mano a la cabeza, "No es nada... tranquila", se dijo, "Tal vez estoy cansada".

Mientras tanto, Alastor veía con cierta "curiosidad" a la mencionada, le parecía sumamente extraño lo que acababa de pasar, hace apenas unos segundos la princesa brincaba molestamente frente a él y de la nada esa chispa en sus ojos se esfumo convirtiéndose en un gesto muy querido para él, uno de sus favoritos que nunca se cansaría de ver en sus víctimas, pero por una extraña razón, por primera vez, no le agradaba lo que veía. "MIEDO", pensó.

- En fin, no hay por qué alarmarse, ¿En que estábamos...? – dijo Charlie dedicándole al demonio carmesí una de sus dulces sonrisas, que si no fuera por lo ocurrido anteriormente cualquiera diría que es realmente sincera.

- ¡Ah, cierto, el número!

- Si no es molestia, querida, seré yo el que elija la cantidad por usted. - cuestiono el Demonio Radio y sin esperar respuesta alguna chasqueo los dedos haciendo que aparezcan al instante cientos de sombras negras en todo el salón, todas con la apariencia de su creador.