¡¡¡¿ QUIÉN $#%#$ ERES TÚ ?!!!

Sanmy

Sorpresa!! *u*, disfrutenlo ♡

- ¡¿QUÉ MIERDA ES ESTO?!

- Al parecer un humano ...

- ¡Por qué dices humano, si tú también lo eres!

- ......

- ¡¿ES UNA BROMA, VERDAD?!

Charlie trataba de calmar al ahora alterado demonio araña quien le cayó como agua fría todo esta situación que la princesa le había contado desde que vió entrar a la humana al Hotel.

- No puede ver, está ciega - susurró Charlie a Angel.

- ¡Pero no sorda! - dijo un tanto enfadada la chica - ¡Además, no es como si no viera absolutamente nada!

- ¡Perdón, pero es cierto! - contestó Charlie, ahora acercandoce más a la joven quien no retrocedió, al contrario, esta encaró a la princesa - ... ¡Si estubieras bien hace rato estarías gritando de miedo!

- ¿Por qué? - La humana miró algo confundida a la rubia y después al arácnido que se encontraba detrás de ella viendola como si aún pensara que fuera un sueño lo que pasaba ante sus ojos. Después de un largo silencio Angel decidió jalar un rato a Charlie para hablar en privado algo que aún no le cuadraba muy bien.

- Charlie, que piensas hacer con esa perra...

- ¿Angel ni bien acaba de llegar y ya la estas insultando? - El arácnido levantó los hombros como si no le importara, la princesa no hizo más que suspirar por la típica acción de este - ... La verdad planeaba en llevarla con mi padre-

- ¡¿QUÉ?! - gritó Angel sin controlarce, pero al instante el mismo se tapó la boca.

- ¡Charlie, no! ¡Ni se te ocurra, LA MATARÁ!

- ¿Entonces qué? - dijo Charlie, esta vez sonando realmente preocupada y luciendo como una, la verdad no sabía que hacer con la "intrusa por accidente". No quería llevarla ante su padre, pero tampoco quería que se quedara pues ocacionaría muchos problemas tanto para el Hotel como para ella.

- No te preocupes, creo saber que hacer... - Angel se acomodó su voluminoso cabello y se encaminó hacia la desconocida quien empesaba a pasearse por el cuarto curioseando.

- ¡Hola, linda! ¿Cómo dijiste que te llamabas? - preguntó este con una sensual sonrisa.

- Jamás te lo dije...

- Bueno, ¡Pues dímelo ahora! - dijo Angel. La joven achinó sus ojos al arácnido antes de asentir rendida, además, no le importaba mucho rebelar su nombre.

- Sam, soy Samantha, pero puedes llamarme Sam.

- Que horrible nombre niña, ¡Y sé más original con tu apodo!

- Tienes algo mejor - respondió la humana con los brazos crusados y viendo a la araña de una forma retadora. Totalmente emocionado por su gran busqueda, que solo le tomó unos segundos, Angel ya había elegido un sobrenombre para la guapa intrusa.

- *Sanmy* - dijo con brillos en los ojos.

- ¡Angel no te encariñes, ella no se quedará aquí!

- ¡¿QUÉ?! No, no, no, no... ¡Tengo que quedarme, no tengo a donde ir! ¡Por favor, haré lo que sea! - Expresó alarmada la joven, parecía que lloraría en cualquier momento. Esto le chocó a Charlie que odiaba ver a las personas tristes, pero esta vez no pensaba ceder, el futuro de su Hotel estaba en juego.

- Perdoname, pero no te quedaras - Dijo Charlie haciendo lo posible por sonar seria y decidida.

- ¡Oh, vamos Charlie! - Angel saltó a envolver entre sus brazos a la joven humana mientras miraba a la princesa con ojos cristalinos, llenos de ternura. Esa táctica ya había funcionado con Charlie varias veces. La princesa no pudo evitar ver al aracnido con algo de tristeza y luego pasó a ver a la humana que había usado la misma táctica del arácnido. "...Maldición...", pensó la rubia antes de flaquear su postura recta que tanto le costó hacer y acceder rendida de una buena vez a las súplicas de estos dos.