Narra Alicia.
No sé ni siquiera a donde nos dirigíamos, Victoria me ha puesto una venda en los ojos para que no pueda ver el camino por donde ella conduce, pero me estoy muriendo por saber cuál es aquel lugar.
Estoy nerviosa, creo que llevamos 20 minutos en el coche.
¿Dónde me estará llevando?
Entonces sentí como el coche iba disminuyendo la velocidad.
- Ya llegamos, pero todavía no le quites la venda - me dijo, y yo asentí.
Escuché la puerta cerrarse y varios pasos fuera del coche, para después volver a escuchar la puerta, está vez, la puerta a mi derecha, abrirse.
- Antes de que bajes te voy a quitar los tacones que llevas, y te los cambiaré por unas deportivas ¿Okey? - me dijo, y sentí sus manos en mis pies quitándome los tacones.
- Me estoy poniendo nerviosa, ¿Dónde me has llevado? - pregunté, y era verdad lo que decía, me estoy muriendo de los nervios... Debería ser en un terreno como de tierra, donde no se pueda andar con tacones ¿No?
- Si, se nota tu nerviosismo - rio ella - Pero creo que con deportivas estarás más cómoda -
- Vale...
- Bien, ahora baja del coche - me dijo y fui tocando titubeante la zona, y sus manos agarraron las mías - Tranquila no te caerás, estoy aquí - me susurró al oído, mi piel se erizó al sentirla tan cerca.
Como era posible que ella provocara tal sensación en mí...
Me baje del coche, y sus manos se pusieron en mis hombros, ella estaba detrás mía, y me quito la venda.
- ¡Qué! ¡WoW! ¿Cómo? ¡ES HERMOSO, VICTORIA! - me giré para verla, y ella solo tenía una sonrisa. - Y la respuesta es sí, aunque ya te la había dicho -
- Es que quería volver a revivir ella recuerdo, y además, la vez que te lo pedí, no fue muy romántico que digamos. - dijo y la besé.
Para poneros en situación, cuando Victoria me quitó la venda de los ojos, había un prado inmenso delante de mí. Un gran campo lleno de flores, los dientes de león abundaban, dabas una calada al oxígeno y tus pulmones se llenaban del aire mas puro que haya. Había una casa grande ha un lado, no era antigua, pero tampoco muy moderna, era perfecta... y dos árboles con una hamaca entre estos dos. Se podía apreciar los años de aquellos árboles, su vejez decía que habían pasado muchas generaciones por aquí. Por último, y no menos importante, un cartel en grande donde ponía.
¿Quieres ser mi novia?
Es un paisaje hermoso, lleno de color y flores, sé que a Victoria le encanta venir al campo, y la verdad es que yo viví la mayoría de mi infancia en el campo, al lado de un pequeño pueblo, pero cuando tuve que entrar a secundaria, tuve que mudarme a la ciudad, para seguir con los estudios.
- Sé que ya te lo pedí, pero como dije antes, quería volver a sentir lo que sentí ese día, no me era suficiente con el recuerdo - me confesó.
- Entiendo, pero esto es... Dios, es increíble. ¿Cómo has hecho esto? - me resultaba algo raro, ya que Victoria no había salido del apartamento durante toda la semana, y si salía, volvía después de una hora y ya. No le habría dado tiempo suficiente hacer esto, en los pocos ratos que salía.
- Tuve una ayudita - se encogió de hombros.
Me tomo de la mano y me guío hasta el maletero. Y lo abrió.

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El intento.
RomanceUna policía de Nueva York, y una estudiante de Bellas artes... ¿Qué puede salir mal? A través de los ojos se esconden misterios, dos colores sin ninguna relación. Pero a veces los secretos más ocultos, salen para salvar una vida, pero quizás ahora...