Ahora puedo decir que...

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Narra Victoria.

Lo volvía a ver, estaba delante de mí, parecía que no tenía fuerzas para defenderme, todo me daba vueltas, las imágenes borrosas de él sacándome la ropa. De cómo me amarraba a la silla, y me ponía un pañuelo en la boca para que no pudiera hablar. Las lágrimas salían de mí como si de mi vida trataran.

El miedo recorría mi cuerpo, y se mezclaba con el efecto del alcohol que ya tenía dentro.

Me tocaba, me... Me obligó.

"Pronto se te quitará lo de lesbiana" dijo con la misma voz distorsionada.

Intentaba escapar a toda costa, me movía, pataleaba, gritaba. Por lo menos había en intento. Pero no funcionó.

Narra Alicia.

Después de estar por toda la tarde hablando en la hamaca decidimos irnos a dormir, y hasta que nos cogiera el sueño veríamos una película.

Pasaron horas y por fin nos quedamos dormidas.

Creo que eran las 3 de la madrugada, cuando me desperté por un movimiento brusco, que provenía de al lado mío.

Victoria se movía como si estuviera queriendo alejar algo, y ponía caras asco y negaba con la cabeza varias veces.

Me asusté, estaba teniendo una pesadilla, así que lo que hice fue lo mismo que ella me hacia a mí, cuando yo las tenía.

Le agarré las manos suavemente he intente tranquilizarla. Fue en vano, provocó todo lo contrario, empezó a empujarme con más fuerza. Pude ver como las lágrimas se le salían sin control.

- No... - dijo en un sollozo. - No, por favor... - suplicó.

Victoria... ¿Qué te pasa?

La verdad es que me estaba empezando a asustar.

¿Qué tan fuerte era su sueño?

- Hey, Vic. Amor. Ya, tranquila. - le dije acariciando su mejilla, y limpiaba algunas de sus lágrimas

Ella se sentó en la cama de un salto, estaba agitada, con lágrimas por toda su cara, y miraba a todos lados. Pero cuando sus ojos se posaron en mí, me abrazó fuerte.

Ella estaba mal, lo sabía, algo le pasaba, desde que le comenté lo del primer día que estuvo desaparecida estaba así. Yo lo notaba, nunca la había visto tener una pesadilla así de fuerte como ésta.

Se veía que realmente estaba asustada.

Nunca vi ese lado de ella.

Se aferraba a mí, y lloraba en mi hombro, yo solo acariciaba su espalda y peinaba su cabello, mientras también le correspondía el abrazo.

Una vez se calmó la miré a los ojos, podía ver el temor, dolor y sufrimiento en ellos. Ese color marrón intenso se oscurecía, casi parecía negro.

- ¿Mejor? - Pregunté quitándole un mechón de pelo, poniedoselo detrás de la oreja.

- Si, ahora sí - dijo. Parecía desorientada y triste.

- ¿Victoria, qué soñaste? - pregunté, y pude ver perfectamente como se tensaba.

- Nada - dijo, acomodándose para dormir otra vez.

- Como que nada, Vic. Te conozco, pero nunca te había visto así... Estabas empujando algo, y decías que "No", que "No, por favor". Dime, ¿Que soñaste? - volví a preguntar, estaba preocupada por ella.

El intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora