Capítulo 2

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Pov. Matías

Observé a Lit como si fuera la primera vez que lo hacía.

Y tal vez lo era.

Estuve como un iluso, dos años completos, pensando que era un chico más, adorable, hetero... Para acabar enterándome de que les cobraba a los chicos del Quinto por un acostón.

Sentí ganas de vomitar de solo pensar en ello.

Recordaba bien a Lombardo, a Nacho, a Dam... Todos diciendo lo genial que era la "puta" con la que se acostaron. Y yo ilusamente creyendo que se trataba de una piba, para que resultara ser mi mejor amigo.

Nunca me había interesado entrar donde ya habían entrado casi todos, y ahora me enteraba de esto.

Incluso recordaba una charla con Lit, donde le había preguntado si se había acostado con la piba.

Tuve que contenerme para no soltar una risa irónica.

Me sentía traicionado y boludeado. Todo el tiempo me estuvieron viendo la cara de estúpido entre Dam y Nacho. Recordaba bien haberles contado en su momento que le tenía ciertas ganas a Monzón. Recordaba cómo se vieron entre ellos antes de que Dam me dijera "Deberías quitarte las ganas con la puta del quinto".

—No me digas que no sabías... —susurró Mauro, mirándome como si fuera un idiota.

Gruñí, y el rio.

—Entonces, sin saber mi "hobby", solo me mandaste un mensaje pidiéndome coger. Wow. Debería darte un premio —espetó con diversión—. Yo creía que ya no te importaba lo de "entrar donde todos entraron" —recordó—. Veo que no —suspiró—. Voy a ir a cambiarme. —me dijo, antes de darse la vuelta para irse a su cuarto.

—Lit, espera —se giró a verme—. Tenemos que hablar. —enarcó una ceja.

—No hay nada que tengamos que hablar, Matías.

—Claro que si, ¡Como el hecho de que nunca me dijiste nada! —me quejé, levantándome del sillón.

—No tenía por qué decírtelo, que yo sepa. —me respondió, cruzando sus brazos.

—¿No merecía saber a lo que se dedicaba mi mejor amigo? —pregunté, molesto.

—Por favor, Mati —rodó los ojos—. ¿Crees que no pensé en decirte? Literalmente me dijiste que te daba asco pasar por donde todos pasaron, ¿Crees que así me iba a animar a decirte? —preguntó, sarcástico— Además, lo que yo haga con mi cuerpo no te interesa y menos aún te incumbe. —finalizó.

Hice una mueca, tratando de defenderme, pero las palabras no llegaban, y sabía que tenía razón, pero aun así me sentía traicionado.

—Ya sabes dónde está la puerta. Está abierto —dijo, amagando a irse, pero no lo hizo—. A no ser que sigas queriendo acostarte conmigo.

Lo miré en silencio, procesando la idea, observándolo de arriba abajo e inevitablemente haciendo una mueca.

—Eso pensé —sonrió con diversión, dándose la vuelta—. Nos vemos. —dijo finalmente, dándose la vuelta para irse.

Fruncí el ceño, solté un gruñido y lo detuve, jalándolo del brazo para atraerlo a mí y besarlo, mientras sujetaba su nuca con firmeza.

Sentí su sorpresa, pero no tardó en corresponderme, con una pequeña sonrisa.

Solté su brazo y nuca, tomándolo firmemente por su desnuda cintura, mientras el rodeaba mi cuello con sus brazos.

Deslicé mis manos hasta su culo, sin preocuparme por ser suave, colando mis manos bajo su minifalda y jugueteando luego con el borde de las al parecer panties que estaba usando.

Sentí un jalón en mi miembro, lo cual solo me enfureció más.

Deslicé mis manos a sus muslos y lo empotré contra una de las paredes, escuchándolo jadear de manera ahogada.

No me contuve al ingresar mi lengua entre sus labios, dominando el beso sin que el siquiera se opusiera, y eso me excitó, pero a la vez me molestó.

Caminé hasta el sillón, sintiendo la ira y la excitación correr por mis venas.

Lo tiré al sofá sin preocuparme por ser suave, manteniendo mis ojos fijos en los suyos mientras me colocaba entre sus piernas.

Noté que retuvo un gemido. Parecía que mi enojo lo excitaba.

Lo manipulé a mi antojo para que quedáramos cómodamente en el sillón, moviendo sus bragas a un costado.

—¿Lubricante? —pregunté, de la manera más fría que pude.

—No es necesario, ya estoy acostum... —arqueó su espalda y gimió sonoramente al sentirme ingresar de una sola estocada.

Gruñí ante su estrechez, irónicamente. Estaba acostumbrado a las chicas, después de todo, y no eran tan estrechas.

Volví a gruñir al darme cuenta de que había entrado sin condón. Quise pensar que Lit con los otros se cuidaba y no me contagiaría nada.

Empecé a embestir poco después de haber ingresado en él, de manera certera y profunda, escuchándolo gemir y jadear, casi lloriqueando.

Yo me perdí en ese mismo momento entre el enojo y el placer.

Lo único en lo que podía pensar en ese momento, era en la sensación de haber sido engañado durante casi 3 años por mi mejor amigo y mucha otra gente que consideraba cercana.

No estaba consciente de mí mismo.

Solo podía pensar en eso, y en que quería borrar todo rastro de cualquier otra persona del cuerpo de Lit.

Y al final, no quedé satisfecho.

Tuvimos dos rondas más, igual de intensas.

Pero seguía insatisfecho al momento de irme.

Quería cogerlo las veces que fueran necesarias, hasta que se olvidara de cualquier otro con el que se hubiera acostado.

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N/a: Y hasta acá el capítulo 2 <3

Siento que quedó medio pete, pero cuando lo escribía me gustaba como quedó.

En fin, mañana saco un one-shot de estos dos en "Our way out" así que estense atentos, ndeah.

Recuerden que votar y comentar es gratis ;)

Sin nada mas que decir,

Espero que les haya gustado <3

Atte. Liam

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora